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Hoja Electrónica

Textos del Taller Abrir las (J) Aulas (julio, 2001)

Médicos de la vida...

Luis Moreno y Maribel Daboín

Alejandro Arroyo y su Viagra Natural

En estos días vino un señor que tenía problemas con su mujer y me dijo: chico, necesito de tu atención. Tengo un problema y no puedo tomar viagra porque sufro de la tensión. Entonces le dije: mira vamos a hacer algo. Hay una táctica y yo la encontré ¿tú lo haces? Sí, yo lo hago, respondió. Entonces preparamos el almendrón de la fruta con leche de cabra negra y vino Sansón y le dije: hacé una toma en la mañana y otra en la tarde...pero se ha tomado un vaso, chico, pero un vaso así de grande! Ya te voy a decir que fruta es: el almendrón que bota la fruta algarroba, ese que uno a veces no toma en cuenta, es una maraca, uno le da un mamonazo y la parte; entonces la mete en la nevera y con el frío de ella se va pelando; entonces uno agarra el encurtido ese y lo licua con leche e' cabra negra y le echa el vino. ¡Tome pa´que vea!

¡Qué bisolvón!

Ya le voy a decir porque es que ahorita los niños sufren de asma. En la época cuando uno nació, cuando nací yo, no se sabía lo que era ir para un hospital, las parteras agarraban al niño y hasta que no botaban toda la baba del parto no lo volteaban y le trozaban el ombligo. Ahora los médicos no, ellos agarran al muchacho "púquiti" de una vez lo acuestan, entonces les queda el agua del parto, chico, aquí en el pecho. Ahí es donde se hace el asma, yo se lo he dicho a los médicos y lo que me dicen es: vos podeís ser doctor chico, claro. Mire, para una tos, esas que uno ve que la gente que no puede casi ni resollar, uno agarra un cuarto de miel de enjambre y le tira un cuarto de leche y la pone a hervir, entonces la pone a hervir con mantequilla. Cuando ya está fría corta cuatro deos de sábila, la pela, lava el cristal y lo licua con la leche. Se da una tomita en la mañana y otra en la noche por tres días. Ahí no vale frasco ¡qué bisolvon!.

Chacón sí cura

Yo nací con ese don y yo lo pulí. Me di cuenta que lo tenía a la edad de 14 años, porque desde que estaba muchacho yo encontraba un animal engusanao y le hacía las cosas y se curaba, pero yo creía que eran otros porque allá son abundantes los conocedores (en el Táchira), pero un día encontré un animal muy malo y le hice la cuestión, como estaba yo solito y el animal y se curó, entonces me dije: ¡ah¡ si soy yo el que cura. Ahora tengo ésta libreta donde está escrito todo y mire como dice: Nota, en esta libreta hay oraciones para diferentes aplicaciones,siempre que se hagan con fé.

Atención: para el manejo de la misma el signo cruz se utiliza como bendición, la X como conjuro...está explicado todo, de modo que cuando yo muera los demás lo puedan aplicar. Una de mis hijas tiene la misma fuerza mía, pero no quiere ejercer porque le dicen bruja. Yo le digo: ojalá yo fuera brujo. Nosotros no vamos a la palabra sino a hacerle bien a la gente. Y eso en todo. Fíjese, una vez me encontré una señora que me dice: "ay Chacón, qué hago yo que le puse cahchos a mi marido y no me abastezco". Yo la secretié y la mandé a tomar el jugo de 3 limones por 3 mañanas en ayunas. Cuando volví a ver a la señora me brincó encima, me abrazó y me besó. Yo creía que nola había curado, pero sí, mire lo que me dijo: gracias Chacón, ya estoy curada, yo creía que mi esposo me iba a matar.

Sobre estas "Ciencias Ocultas"...

Cuando oímos testimonios de curaciones y sanaciones, algunos hasta sensacionalistas, cuyos mecanismos no podemos comprobar, siempre surgen las dudas y las interrogantes. Se las hacen médicos, psicólogos, psiquiatras y gente del común también. A pesar de que no hay respuestas claras sobre esto, algunos médicos, incluso, han llegado a remitir a sus pacientes a este tipo de personas, cuando se han visto imposibilitados de dar alivio con su ciencia. Científicos como el doctor Marco Tulio Mendoza, profesor de la UCLA y ex presidente de la Sociedad Venezolana de Psiquiatría, afirman que los cultos mágico-religiosos son saberes populares de los grupos humanos excluidos de la cultura dominante, respuestas que estos dan a las vicisitudes de su existencia.

Ese conocimiento oculto no puede explicarse, pero está presente y se hace tangible con resultados concretos. Este saber, dice Mendoza, es un derecho que ejercen los seres humanos de guardar una identidad propia y su permanencia entre nosotros evidencia el fracaso de la cultura dominante en la satisfacción de los requerimientos materiales y espirituales de la población a lo que se suma la incapacidad de los mecanismos de control como la iglesia, el sistema asistencial o el aparato educativo.

La gente siente necesidades que deben ser satisfechas: quiere salud, paz, amor, hermandad, fortuna hoy y aquí, no en otras vidas, como prometen las religiones dominantes. La psiquiatría, agrega el médico, coincide con los cultos en la necesidad del uso de la fuerza de la mente para recuperar el bienestar actuando sobre el estado emocional del enfermo. El médico utiliza su poder persuasivo, los sanadores y curadores convencen al paciente de que el mal es un enemigo externo y eso lo lleva a un estado emocional libre de tensión y presión sobre él mismo, tan característico de esta sociedad. En las pociones y bebedizos puede haber algo farmacológico, concluye el científico, pero lo más importante de la cura no es eso, sino la creencia de que eso lo curará. Que exista este tipo de creencias hoy es un señalamiento a un desarrollo científico y a una sociedad que no ha logrado buenos niveles de bienestar para todos. Lo que hacen los sanadores es rescatar lo humano, el conjuro mágico que consiguieron en su paso por la universidad de la vida, antes de que la ciencia pariera la medicina.

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