El docente universitario venezolano: calidad de vida y migración

Abstract

La realidad socioeconómica y educativa venezolana actual, afecta el significado de la educación, en detrimento de sus estudiantes. El contexto venezolano ha castrado la libertad en la creación de ideas generadoras de cambios positivos en beneficio de la academia y el entorno social, en aras de mejorar la calidad de vida de sus integrantes y de la ciudadanía. Es necesario, para brindar una educación de calidad, atender la formación del docente, pero las instituciones de educación superior también han sido alcanzadas por la retórica de la productividad, competitividad y rentabilidad, en los nuevos paradigmas de reorganización. En Venezuela, el salario del docente apenas alcanza para la supervivencia, así que no hay muchos interesados en ingresar a la Academia, cuando pueden ganar mucho más hasta como vendedores ambulantes. La crisis ha llevado a que profesores, inclusive del máximo escalafón universitario, emigren a otros países, con las consecuencias que implica para las regiones, y dejando las aulas sin profesores. Ello representa una carga alta de gastos para las arcas de cualquier país, superando la capacidad de acogida, con consecuencias nefastas para el venezolano y los países involucrados, que ya sienten como negativa la migración. El desarrollo del país y la región, exige ponerse metas de intervención en el mejoramiento en todos los ámbitos de la vida social, particularmente en el ámbito laboral de Venezuela, donde se requiere elevar los estándares de empleo y de las condiciones de trabajo, ya que por años, se ha castigado el saber, mientras otros países padecen las consecuencias.