Fig.65-A1
Prototecosis

En la pierna de un inmigrante de cierta edad nativo de Siria que vive desde hace mucho tiempo en Mérida/ Venezuela, se observa una úlcera discretamente levantada de color gris con una zona hemorrágica. El paciente dice que se trata probablemente de una alteración cutánea que se desarrolló hace muchos años después de bañarse en el lago de una playa de una isla del Caribe. Todos los ensayos de tratamiento fracasaron. La lesión tiene cierta semejanza con un micetoma.

Fig.65-A2
Prototecosis

Después de un tratamiento con amphoterixina B recomendado después del diagnóstico biópsico, la infección por algas curó en tres meses con una superficie lisa, como se ve en esta Figura 65-A2. Sin embargo, poco tiempo después había una recidiva, ya que el paciente no quiso seguir un tratamiento con inyecciones intravenosas.

Fig.65-A3
Prototecosis

En la biopsia se observaron con la coloración de rutina elementos redondos que alcanzaron un tamaño de más de 15 µ y que eran parecidos a los hongos del B. dermatitidis. Además, habían esporangios (ver Figura 65-A5).

Fig.65-A4
Prototecosis

Los elementos sospechosos de ser hongos (Figura 65-A3) eran Grocott-positivos y dispuestos en parte en acúmulos. Se hizo el diagnóstico de células de algas. Las especies de algas que producen lesiones en el hombre pertenecen al género de Prototheca. Las algas verdes del género Clorella, en cambio, son patógenas para animales. En nuestro caso se trata de la especie de P. wickerhamii, como fue determinado por cultivos. Los primeros casos de esta clase fueron descritos en el hombre hace más de 40 años.

Fig.65-A5
Prototecosis

Los esporangios mencionados en la fig. 65-A3 contienen corpúsculos internos visibles aquí con la coloración de Gridley.