Ensayos




LA MATEMÁTICA: ALGO MÁS QUE NÚMEROS

 

María Elena Maninat

Universidad Carabobo.

Valencia – Edo. Carabobo. Venezuela

E-mail: mmaninat@hotmail.com

 

Contenido

-        La evolución gradual del concepto de valor posicional y el papel de los objetos en su desarrollo

-        Referencias Bibliográficas

 

 

            La idea de número, además de ser un pilar fundamental de la Matemática, es un concepto muy antiguo. Surge como una necesidad del hombre al tener que contar los animales de sus rebaños, los frutos de sus cosechas, etc., por lo que se las ingenió para expresar esas cantidades por medio de símbolos.

            Representar gráficamente una cantidad atiende a una serie de reglas peculiares, en tanto responde a convenciones sociales, lo que determina que tenga que ser enseñado.

            El principal objetivo de la matemática escolar es llevar a los niños a comprender el concepto de número natural, el que el niño aprende para contar y lo conduce a concretar la noción de cantidad al tener que identificar que el número uno (1) representa un elemento, el dos (2) dos elementos y que, a su vez, contiene al uno; sucesivamente, agregando una unidad, obtendrá un nuevo número. Por otra parte, al escribir cifras que exceden los nueve elementos hay una idea adicional, el valor de posición.

            Ahora bien, es importante considerar la diferencia entre abstracción y la representación de la cantidad, el número, como tal, no existe, es una elaboración de la psiquis del hombre a partir de establecer una relación no observable entre los objetos, los cuales en la realidad física están separados, a esto Piaget lo llamó “abstracción reflexionante”.

            El número, para Piaget, es una síntesis de dos tipos de relaciones que el niño crea entre los objetos. Una de estas relaciones es la inclusión en clases, y la otra, es ordenarlos. Además, para que el niño realmente comprenda lo que es el número, debe haber adquirido la conservación de cantidad, es lo que lo lleva a darse cuenta de que si tiene dos grupos de elementos equivalentes, el número de uno de ellos no varía al cambiarse su distribución espacial.

            Toda iniciativa pedagógica para enseñar el número a partir de su representación, es un acto inútil. Tradicionalmente se ha enseñado a los niños a recitar los números, memorizándolos, ejercitándolos, se ha enfatizado en su aprendizaje mecánico obviando la red de relaciones lógicas que son necesarias para realmente comprender este complejo concepto.

            Tal y como lo plantea Mirá (1989), el aprendizaje, la enseñanza y el desarrollo intelectual son conceptos relacionados entre sí, pero diferentes. El desarrollo de la inteligencia consiste en la construcción sucesiva de nuevos esquemas de conocimiento, integrando y coordinando los esquemas anteriores.

            El aprendizaje se refiere al incremento de contenidos, a la adquisición de habilidades, a la construcción de nuevos significados y a la memorización comprensiva de lo que se aprende.

            El niño aprende más y más cosas a medida que se desarrolla, pero estas cosas que aprende se integran en una estructura cognoscitiva, de la que los elementos aprendidos forman parte y permanecen disponibles para ser utilizados. No se trata de una colección de datos específicos almacenados, sino más bien de una estructura organizada dentro de la que asimila cada nuevo contenido.

            El conocimiento, en sentido amplio, es aquello que hace posible que el niño llegue a aprender las informaciones particulares.

             Ausubel (citado en Díaz–Barriga y Hernández, 2002) postula que el aprendizaje depende, en gran parte, de la capacidad del niño para relacionar el nuevo contenido con sus conocimientos previos, el conocimiento anterior bien estructurado, capacita al niño para interpretar los hechos de una forma más rica y precisa. Lo importante es brindarle al niño un contexto rico en oportunidades para aplicarlo en situaciones cada vez más complejas.

            Esta forma de entender cómo se construye el aprendizaje le asigna al niño un papel activo dentro del proceso, lo que lleva implícita una gran actividad mental, el educador ha de tener en cuenta tanto el nivel de desarrollo alcanzado por el niño como los conocimientos previos como resultado de experiencias anteriores.

            En matemáticas, el aprendizaje sigue una dirección hacia una abstracción mayor, los conceptos de orden más elevados se abstraen de otros conceptos primarios.

            Como se señaló anteriormente, el concepto de número es una idea, una abstracción que la mente del niño pequeño no es capaz de entender a partir de la simple repetición de los símbolos, esto será posible gracias a sucesivos reacomodos en su estructura mental producto de la interacción sostenida con material concreto clasificable, seriable, y con la elaboración de correspondencias.

            La construcción del concepto de número está mediatizada por las nociones lógico–matemáticas producto de los procesos de clasificación, seriación y conservación de número.

            El trabajo de Piaget ha demostrado que el conocimiento infantil pasa a través de períodos de creación y recreación en diferentes niveles y que ese paso a través de las etapas es gradual. La evolución de ideas matemáticas empieza con una elaboración cualitativa con materiales, antes que con una elaboración cuantitativa. Para Piaget, esos niveles no son sólo limitaciones sino indicadores de nuevas posibilidades.

            Respetar el pensamiento del niño implica tratar actividades a su nivel y darle tiempo para explorar esas nuevas posibilidades al máximo; no es dejarse seducir por un simbolismo vacío en un nivel sólo superficialmente superior.

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La evolución gradual del concepto de valor posicional y el papel de los objetos en su desarrollo

 

            Para cuando la mayoría de los niños están adquiriendo apenas el concepto de número, los contenidos de los programas requieren que aborden ejercicios de adición y sustracción que suponen una comprensión de los conceptos de valor posicional. Generalmente esta expectativa incluye el trato con problemas en un nivel simbólico, abstracto, con sólo una breve exposición al nivel gráfico y sin ningún ejercicio con objetos conexos. A los niños se les da poca oportunidad de elaborar sus relaciones de valor posicional antes de aplicarlas. Aquellos que comienzan a desarrollar sus propios métodos, encuentran que los del maestro no se pueden deponer por los suyos y, en consecuencia, ceden ante la autoridad, memorizan y obedecen un conjunto de reglas ciegamente.

            Cuando los números se escriben en combinaciones, es decir, a partir del diez (10), no sólo se está representando un número, sino que sus posiciones también toman un valor.

            En un sistema de numeración, al número que indica la cantidad de unidades de un orden que se agrupan para formar una unidad del orden inmediato superior se le llama la Base del Sistema de Numeración.

            En nuestro caso, ese número es diez (10), por esto se llama Sistema de Numeración Decimal, ya que diez unidades de un orden constituyen una unidad del orden inmediato superior.

            Para representar ese valor de posición se recomienda el uso del ábaco y el cartel de valor, este último es ideal darle oportunidad a los niños de agrupar materiales diversos (granos, piezas de encaje o ensartables, etc.).

            Los granos pueden utilizarse sueltos para representar las unidades, las decenas se colocan en vasos (preferiblemente transparentes), paletas o tapas. Las centenas se pueden formar pegando las paletas, usando una base más grande que la utilizada para la decena, una vez que el niño ya domine la noción de centena, se recomienda ir sustituyendo los granos por otro material simbólico (piezas de diferentes formas o colores).

            El papel del docente en la comprensión del concepto de número y el dominio de las operaciones es definitivo, a él le corresponde aprovechar todas las oportunidades que le brinda su rutina diaria de trabajo con el fin de proporcionar a los niños experiencias que le permitan adquirir las nociones fundamentales para llegar a su consolidación, en este sentido, el principio de globalización invita a los docentes a integrar conceptos, procesos y actitudes presentes en las diferentes áreas académicas.

             Coincidiendo con lo expresado por Longa (1998), la transversalidad que impregna el currículo de la reforma educativa para la primera etapa de Educación Básica contribuye a plantear aspectos planteados en cuanto a la construcción y uso del número, así como el desarrollo del pensamiento lógico-matemático en el niño. La profundización en los ejes transversales desarrollo del pensamiento y lenguaje permiten afianzar procesos ligados a lo lógico y a lo físico; los ejes transversales valores y trabajo integran lo social a estos conocimientos, de tal forma, que la escuela contribuya al desarrollo integral del niño.

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Referencias Bibliográficas

CENAMEC. (1998). Carpeta matemática para docentes de Educación Básica. (Vol. 1). Caracas: autor.

Díaz-Barriga, F. y Hernández, G. (2002). Estrategias docentes para un aprendizaje significativo, una interpretación constructivista. (2ª. ed.). México: McGraw-Hill Interamericana.

García de Clemente, C. (2002). Enseñando a enseñar Aritmética. Caracas: INED.

Labinowicz, E. (1985). Introducción a Piaget. Pensamiento. Aprendizaje. Enseñanza. Estados Unidos: Addisson-Wesley.

Longa, J. (1998, Diciembre). Hacia la construcción y uso del número en la escuela. Educación. Desarrollo del Pensamiento y matemática, (183), 31-40. Caracas: Ministerio de Educación.

Mirá, M. (1989). Matemática “viva” en el parvulario. España: CEAC.

Oviedo, M. (1998, Diciembre). Nociones lógico–matemáticas. Una propuesta Pedagógica. Educación. Desarrollo del pensamiento y matemática, (183), 22-30. Caracas: Ministerio de Educación.




Equisangulo
Revista Iberoamericana de Educación Matemática
Facultad de Humanidades y Educación
Universidad de Los Andes
Mérida-Venezuela

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