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Reunión de Cuenta Cuentos      Cuento de Encanto

 

Los siguientes narraciones, son transcripciones de una jornada de cuenta cuentos realizada en el Museo Comunitario de Santiago, durante la realización del "Taller Portátil.

 

Wilfrido Gonzáles Rosario ¿Señora Ramona como es el cuento de la Playita?

Sra. Ramona Aguilar:  Pues ahi lo que había era la creciente, eran que bajaban de pronto, que podía caer una llovinita, y cuando la gente acordaba, lo que bajaba era una creciente, pero eso era pura arena, como rollos de arena, entonces la gente decía que oía música de violín y que veían peines que pasaban en el agua y cosas que viajaban en las crecientes y decía también Notario y que había un hombre hay y que siempre y que salía, como el echaba tantos cuentos y viejo ya.

Y una muchacha de Agua Azul, en estos días pasados eran como las ocho de la noche y ella subía y cuando paso la Playa estaba una señora sentada ahí pala parte de arriba, ella y que paso y le dio las buenas noches, dos veces y que le dijo, buenas noches y no le contesto, buenas, en eso en lo que paso y la miro y que tenia todito el pelos así de largo, ella dice que cuando ella fue a querer caminar rápido, y ella no podía, ella vino a poder caminar cuando salio de ahí y agarro la vía de Agua Azul.

***

Custodio González: Yo estoy acostao cuando oigo venir una bocanada de viento por el camino, como especie de ruido de un carro, y llega la bocanada de viento y en eso salen los perros llorando, bueno,  ahora llega, yo estaba acostao tranquilo, sin miedo ni nada, cuando llega una broma y abre la puerta y paso como especie de una persona  y se paro así delate mío.  A lo que el viento se calmo en lo que llego a la orilla de la casa y enseguida se paro alante mío como especie de un hombre y lueguito me dejo caer como una cobija encima, pues yo sentí como si fuera un hombre que se me había acostado encima y empecé a gritar, llamando al hermano mío que estaba allí durmiendo a un lao mío y otro durmiendo en otro cuarto, y entonces empecé a llamarlo, entonces no podía porque me había puesto como mudo, entonces en lo que grite ave Maria Purísima por tres veces, se me quito de encima, y cuando salio abrió la puerta otra vez y salio, cuando salio al corredor de la casa volvieron a seguir los perros con la llorason, y enseguida se fue, se formo la bocanada de viento otra vez y coje por ai pabajo y eso estaba saliendo en estos días, siempre se oye tanto por el filo de Santa Rita, como por la Vega y en lo volví a sentir la cuestión y se formo la bocanada de viento sigue por ahí pabajo aquel zumbido, como una bocanada de viento, no estaba dormio ni nada, entonces me pare y salí pafuera pael patio y camine por ahí un poco y me volví a acostar, tranquilo, pero cuando salio la bocanada de viento parecía que había abierto la puerta, pero cuando fui a echarle mano a la puerta estaba cerrada y  trancada también, era un espíritu que andaba en la bocanada de viento. Eso me costo bastante rato paquitármelo de encima

- ¿En todo caso no fue pesadilla, fue despierto?

Wilfrido: ¿Y a eso no le conocen algún nombre?

Custodio: No, No. Notamos que puede ser un espíritu que anda en un viento, y así le sucedió también a otro señor por allá. Sintió como una persona se le había acostado encima; y hay algunos que se le quitaba al primer canto de gallo, ahora a mi se me quito gritando tres Ave Maria Purísima. Eso si yo no lo niego, entonces me decían los otros muchachos, los hermanos míos, no, eso es una pesadilla; ¡y como va hacer pesadilla si yo estaba despierto¡ y yo salí de una vez atrás de él.

 María Teresa Montilla: A mi también me paso, fue horrible, es que uno no puede ni hablar, verdad, uno trata como de gritar pero no le sale a uno, no le sale, porque ese es un peso tan grande.

 Custodio: Si, un peso, y yo le hacia así a la pared, payo, y no llega la mano a la pared. Entonces me agarraba la mano y me dejaba crucificado por una parte y por otra, entonces yo halaba la otra mano por aquí, padale a la cama, paque despertara alguno que estaba a un lado mío y tampoco oyó, el que estaba a un laito mío.

María: Es como si lo quisiera matar a uno, porque uno se queda sin respiración.    

- Eso es una pesadilla

Maria: No, eso no es pesadilla, por que a mi prima también y yo me reía mucho de ella hasta que a mi me paso.

 Custodio: Pasa lo siguiente que hay cosas que son pauno y otras que son paotros, los espantos no son para todos…

 ***

Sra. Ramona: Hay borrachos delicaos, entonces el señor se puso tomar por allá, en una fiesta que están, pero los otros se fueron y el se fue quedando solo, y amaneció y no sabia para donde se iba a ir, ni nada, entonces el amaneció por ahí, bueno, por la mañana le da esa vomitason, eso será el ratón -digo yo-, en una crisis como la que no hay trabajo, la gente no haya que hacer, y había unos perritos que se estaban muriendo de flacos y con hambre, y se acercaron unos perritos ahí, y el con los ojos cerraos vomitando, ahora cuando el  y que abrió los ojos y que dijo:

-¡Ay dios mío a honde me habría tragado  yo estos perros¡

 ***

Sra. Ramona: El día del anciano celebraron el baile de Santo Domingo por aquí, entonces seleccionaron como a cinco parejas, una señora, una mujer, estaban bailando, entonces vino un hombrecito chiquitico, y la saco a bailar y cuando lo saco ella y que dijo:

- Por aquí te estoy mirando, por debajo de este umbral, pareceis mierdita de pollo acabada de cagar.

Entonces el hombre y que dijo:

- Esta copla que me echaste te la voy a devolver, con una totuma de mierdita que te la vas a sorber.

 ***

Sra. Ramona: El esposo se habia ido para Cabimbú, cuando venia por Piedra Gorda, el sintio que al carro se le subio una cosa muy pesada, pero el siguio, cuando llego a una parte adonde llaman La Playa, donde es la pasarela, ahí sintio cuando se bajo, el peso que traia el carro hay lo dejo y el siguio, el llego a la casa como a las nueve de la noche, bueno, el llego y se acosto, por ahí como a las once, sentimos nosotros que la máquina estaba cosiendo… (continua el Sr. Omar) como a las once de la noche esa maquina si roznaba esa maquina, cosiendo como a las once de la noche, le digo yo a Ramona, Ramona eschuche, estan cociendo en la maquina, esa maquina roznaba, eso le afincaban la pata al al motor y esa vaina no, despues dejaban quieto un rato, entonces la jalaban pala cocina, arrasaban con la cocina, la volvian a traer paca, entonces jalaban las sillas, y yo le decia a Ramona, parese Ramona, esa maquina roznaba, eso fue como una hora, al rato se acabo la vaina.

 ***

Sra. Ramona: - ¿Mano Fel –José Rafael Albarran-, cuanto hace que paso eso, de que ustedes se consiguieron la virgen?

José Rafael Albarran (Mano Fel) - Bueno, hace como cartoce años

Sra. Ramona: Ellos están por aquí,  por la pasarela, entonces el esta por ahí conversando con otro señor, pero por ahí botaron una cabeza de res, mataron la res y botaron la cabeza por ahí, entonces estaba con el otro señor viendo a los zamuros comerse la cabeza y cuando de repente vieron una piedra y le llamo la atención, y la sacaron entre los tres y una señora le hizo la capilla y ahí esta la piedra.

Wilfrido - ¿Y como se llama la virgen?

Sra. Ramona - La virgen del Valle…

Wilfrido: ¿Ahí en Quebrada de Ramos y que es muy brava la quebrada?

"Mano fel": Esa Quebrada te da unas crecientes de las que se llaman escandalosas. Fíjese en esta quebrada aquí, esto es un chorrito de agua y esto hace como pacartoce años que realizo tremenda matanzón al llevarse alguna casas, ahí donde esta la capilla, ahí era la casa de los que se ahogaron, en una casa había nueve u ocho personas y en otra una sola, y esas se ahogaron toditas.

Sra. Ramona: Pero esa es otra historia, sabe que hai hicieron un matadero, allá en la Quebrada, lo hizo el consejo, entonces una señora que no estaba contenta con eso que habían hecho, ella salio y que dijo ahí:

- Dios quiera que venga una creciente y se lleve ese matadero.

Porque ellos no querían ahí, porque ellos pensaron que iba a hacer una cosa antihigiénica.

Y sabe que el viernes, eso fue el viernes santo, que vino toda la familia de ella, de Caracas, bueno, y ahí bailaron toda la semana, eso fue un fieston, y eso fue en abril, la semana santa, no, el 7 de mayo empezó como a nublarse en la tarde, las hermanas de Omar habían pasado pala parte de allá, por allá había una señora, empezó como a nublarse, entonces me dice Omar, pero no estaba lloviendo recio tampoco:

- Parece que la quebrada va a crecer, porque se oye como una sonaja. Se oye como que suena esa quebrada pero arriba, arriba, y esas mujeres que están por la parte de allá, ¿Por qué no vas y las llamas?

Entonces yo fui al filito y las llame, que se vinieran porque parece que va crecer la quebrada, y no hay por donde pasar, no había la pasarela. Entonces ellas se vinieron, por ahí, bajaron por ese filo, pero cuando ellas llegaron a la quebrada, ya la quebrada  había comió bastante pedazo, ya no había mucho por donde pasar, pero ellas pasaron, al poquito se fue como anocheciendo y anocheciendo, cuando se viene esa creciente, tan bárbara de grande esa creciente, se cayeron los postales, se fue la luz, fue un desastre y allá en esa casa se ahogaron once personas no.

"Mano Fel": Bueno dicen que nueve, cuatro acá, y el señor Pedro, que se había quedado en la casa de el.

Sra. Ramona: Y al primero que se llevo  fue al dueño de la casa de la señora. Bajo el matadero, se tranco en una piedra grande y el agua corrió por otra parte y fue la primera casa que se llevo, y se llevo al señor, todos se habían ido cuando llego la gente en Semana Santa y se quedo el señor solo, eso ahí tenían aparatos y cosas, se llevo eso, eso se  tranco ahí mas abajo y subió el agua y se llevo la otra gente, dos mujeres embrazadas que estaban y se llevo toda esa gente, bueno una muchachita que no se la llevo, porque se quedo trancada en una cerca, y esa noche sin poderse comunicar, como seria que tiraban piedras para decir los nombres de las personas que se habían ahogado y no se podía pasar por ningún lao, ni con cabuya ni nada…

(Recopilado por Wilfrido González y Argenis Valera. Transcrito por Argenis Valera)

 

 

Cuento de Encanto –Cuencas-

 El siguiente cuento fue grabado en la comunidad de Cuencas -Santiago-. Narrado por su propios protagonistas José Encarnación Montilla "Canacho" y Francisco "Chico" Andara en compañia de los participantes del "Taller Portátil".

Máximo Paredes: Ellos nos han tomado a nosotros, en este caso a Santiago, a Santiago han venido en varias oportunidades, ya hemos hechos algunas grabaciones, unas filmaciones y con el compromiso que ellos nos van a regresar esas grabaciones para nosotros verlas en un televisor cualquiera por ahí. En Santiago tenemos varias anécdotas, varios cuentos y también tenemos algunas filmaciones. Santiago como casco de la parroquia, ellos nos han visitado, ya hemos hechos algunas grabaciones, pero la inquietud de esta gente no se limita ahí, sino que quiere llegar a los campos, es por que en el campo es donde está la esencia de la verdadera historia, cosas que le han sucedido a uno, cosas que uno ha copiado de nuestros abuelos, los cuentos aquellos de brujas, que contaban los abuelos allá sentados a la orilla del fogón. Eso se lo graba uno. Hoy en día esa narrativa tiene mucha importancia, importancia que nosotros hasta ahorita no conocíamos, y gracias a esta gente que nos está visitando y que está siendo un gran esfuerzo por involucrarnos pues en el desarrollo de la cultura. Creo que a través de la comadre Ramona que ha despertado la inquietud  de las regiones donde hay mas cuenta cuentos, pero tienen muchas historias, sobre todo porque están a pie de monte y generalmente las cuestiones de encantos, de brujas, de ucuras siempre están en el monte, anécdotas que a ustedes la hayan sucedidos por ahí con culebras cuando están cazando, con encantos, ahorita oí algo  de un señor que disparó siete tiros a una pava  y al final cayo en un pozo y nadaba como si fuera otra especie de ave, entonces le dió miedo al señor, pensó que si se mete ahí es capaz que el encanto lo atrapa. 

 José Encarnación Montilla (Canacho): Nosotros hemos sido compañeros desde un principio, ¿verdad, compadre Andara? de amistad y familia, somos primos hermanos, somos compadres, cuñaos, somos un familia unida, muy cercana de uno al otro y de confianza. Nosotros siempre hemos sido compañeros paasuntos de montear, sea de cacería, sea de cortar un palito ahí pamadera, paleña, una cosa así, si bien es cierto que nosotros nos invitamos esa vez a ir a cazar pallá, a divertirnos con los perros, eso es un deporte de uno, bueno nosotros nos reunimos aquí en El Filo, aquí donde el Bolo, él venía de allá de casa de él y yo salí de aquí, de la casa mía, nos reunimos, como estábamos invitaos, nos reunimos, y arrancamos y nos fuimos por ahí parriba, con la fe de dios y de la Virgen que nos favorezca.

De avio llevábamos comida, cada uno traía su comida, eso fue una fecha por un sábado 6 de agosto día de San Roque, pero a nosotros se nos fue de la mente, que era un día muy respetado para montear, el día muy respetuoso, pues el día de San Roque, un día de fiesta que hay que respetarlo, abusamos al agarrar paelmonte, verdad.

Bueno llevábamos avio de comida, lo suficiente, porque era paempezar la tarde y la noche y por lo menos que nos aguantara hasta el otro día, meternos por una parte al monte y bajar por otra, ahí llevábamos una linterna, un litro de kerosén, fósforos, cigarrillos, chimo, equipaos completo, por lo menos, nosotros siempre hemos acostumbrao prepararse un por lo menos con su contra en la cartera, en el cuello o en el bolsillo de la camisa. Gracias a dios, porque esas cosas son favorables a uno.

Nosotros nos fuimos por ahí parriba, verdad, primero llegamos a la cueva de la Escalera, pero ante de llegar a la cueva de la Escarela nos empezó un viento, verdad, subiendo, ¡ah¡ y llevábamos un litro de caña, de esa media botella nos habíamos tomado dos tragos cada uno, entonces donde nombran los Trapiches, a mitad de montaña espesa, nos tomamos el primer trago, paespantar los zancudos y nos fumamos cada uno un cigarro y descansamos ahí un poco, y ahí seguimos, verdad, seguimos camino arriba. 

Bueno, saliendo a la esquina de las Rosas, donde el finao Benigno, ahí empezó el viento, verdad, pero un viento fuerte y cuando empezó, venteo recio y parejo, claro que cuando venteo, le dije al compadre, mire va a ventear, verdad, vamos a apurarle pallegar a la parte esa donde nombran la Escarela, porque yo soy baquiano y allá hay acampamiento, se rompe un gancho paescamparnos. Los cinco perros lo llevábamos amarraos, bueno cuando salimos al camino, al Alto Arriba, nosotros dándole camino arriba, apurandonos paescamparnos en la parte donde una piedra, una piedra alta, tipo rancho, bueno, tiene a dar como tipo corredor,  entonces cuando salimos arriba frente a la Aguada hay una piquita, verdad, entonces agarramos la piquita y dejamos el camino por el que íbamos y llegamos a la cueva, en lo que llegamos a la cueva largamos a los perros, verdad, y ese viento que si rumbeaba, verdad compadre, viento muy parejo, pero panosotros que no era un viento natural, un viento casi insoportable porque era un viento muy fuerte.

Bueno largamos los perros, le quitamos la cabuya a los perros y los largamos y los echamos, los perros se pusieron como si no sabían de monte nada, no buscaron, uno al otro nos decíamos, bueno que le pasa a los perros que no abren a buscar ni consiguen el rastro, nada, y ese viento si rumbeaba. Pero nosotros ya estábamos acampando allá  en la parte de la piedra, donde estábamos acampándonos del viento que había tan fuerte.

Entonces le digo yo al compadre que abuche los perros pauna parte y los abucho, los saco, bueno y usted se vuelve paca, le dije, se vuelve paca porque el viento esta venteando muy fuerte, entonces el salio y yo me quede ahí y listo, los perros no se alejaron y el compadre volvió a llegar cerca de donde estaba yo ahí, volvieron a llegar los perros, verdad, volvieron a llegar los perros, ni buscaba padentro pael fondeao de las cuevas, ni buscaban pafuera paotra clase de monte, como que, no sabían ninguno, y los perritos eran mas o menos  echadores de animales y bichos.

Entonces le dije yo, échalo paaquella otra parte de allá, paquel otro lao, así le dije, verdad, lo conversamos verdad, sin prender luz ninguna, porque la luna estaba bien clarita, entonces los echo el compadre y los echos por la otra esquina de la piedra, por la parte donde estabamos, los saco un poquito como paque los perros se abrieran a buscar, y luego volvió a llegar el compadre donde estaba ahí, donde teníamos la maleta, donde llevábamos el avio, entonces nos estuvimos ahí, nos dijimos uno al otro aquí lo que nos queda es  esperar a que pase el viento paseguir verdad.

Entonces nosotros siempre nos hemos acostumbrado a cargar un reloj por lo menos,  así sea un reloito pirata, pero siempre teda la hora, bueno, que ni se atrase ni se adelante, entonces poco luego calmo el viento y habíamos descansado ahí, y calmo el viento y queda la luna clarito, que eso parecía un espejo, estaba la luna clarita, entonces le digo yo al compadre, ya paso el viento, es bueno que echemos paotra parte, no es verdad, entonces le digo yo al compadre paque parte vamos a echar, echamos pael lao de Peña Blanca o echamos pael lao de la Aguada, no es verdad.

Entonces me dice el compadre echemos para la Aguada, que pala Aguada en caso de que no haiga lapas hay cachicamos, bueno y como somos obedientes uno al otro, el compañero tiene que ser así, no fuimos pala Aguada, salimos de la parte de donde estabamos y nos fuimos, tranquilos, no habíamos tomado na ni nada, dos traguitos que nos habíamos tomao de la botellita que cargábamos, media botella, habíamos tomado de poco, no era que estabamos pasaos de tragos, ni habíamos estao tomado los días antes, trabajando por ahí, bueno, estabamos normales, luego que salimos al camino latió el perro, latió un perro, pero al mismo tiempo echo tres latíos y nosotros lo echamos, pero los latidos que el perro echo yo no lo entendí si era el perro del compadre o el compadre entendía si eran los perros míos, entiende, nosotros lo echamos y a echar palante, ya consiguieron los rastros, verdad que así nos dijimos, pero cerca de la cueva la camino real, entonces latió el perro, entonces en lo que latió el perro nosotros lo echamos y le apuramos, entonces el compadre siempre iba adelante, pero íbamos con la pura luz de la luna, porque la luna estaba como un espejo, la luna, verdad, hay no prendimos linterna, ni mecha ni fósforos ni nada, entonces en lo que íbamos siento que el perro latió, íbamos palante, se me adelanto a  el compadre a mi de vista, miro así palantico, pues no cargamos miedo así ninguno, habíamos acostumbrado otras veces a salir así, en lo que el compadre me avisto de vista, le digo yo, epa compadre,  y me dije el compadre epa que fue, vengase por ahí, paca, y así fui, verdad que así fue, epa vengase por ahí paca, y en lo que yo llego a la parte donde el compadre vengase por ahí paca que me contesto él, detesto como si llevara los ojos cerraos, llegamos ahí.

Francisco “Chico” Andara: Yo entré alate, yo entre primero, yo me quede parado ahí, pero yo vide una cosa muy bonita ahí, como una casa, entonces, salio un señor, un señor flaco y  alto y me dijo:

- Pase adelante, entre.

Entonces entro yo palla y me sentó en una silla, pero en una silla muy calidad, en lo que él me la fue a poner  así, iba yo temblando así como de parriba, de parriba hasta que hizo una cosa así como tras, después yo me quede ahí sentao, y el hombre paso así delante mío y dio la vuelta y luego le dijo al compadre que era yo.  

- Pase adelante, dentre.

Hizo lo mismo que hizo conmigo, lo hizo con el compadre Camacho,  entonces quedamos anivelaos, el compadre paqui y yo aquí, entonces el señor nos decía, pues era conmigo la contienda, es decir con los dos, pero conversaba mas conmigo, entonces decía allá el hombre:

- Bueno ¿pero que anda haciendo ustedes por aquí?

Entonces le digo yo, cazando, cuando nos dimos cuenta que estabamos era encantaos, cazando por ahí, entonces dijo el hombre:

- Pero aquí es prohibido cazar porque esto es mío, y esos animales que están por ahí son míos.

Bueno, entonces le dijimos usted disculpe porque nosotros no sabíamos, y en eso llegó un bichalito, un bichalito como zancudos,  pero yo me cruce, puro cruzao ahí, entonces llego ese bichalito por aquí por el pescuezo, pero yo no me descruzaba, me estuve ahí, y eso picándome y picándome, luego le llegaron al compadre Canacho también, picándole. Entonces, cuando acordamos el hombre se quedaba puro mirándome a mi, como con ganas de quitarme la contra que yo cargaba, yo cargaba una camándula, entonces se cansaba de mirarme a mi paquitarme la contra, seria, entonces se le quedaba al compadre Encarnación fijao paquitarle la de el también.

"Canacho": Yo cargaba el escapulario de la virgen de Carmen y una camándula con un cristo.

"Chico": Y entonces dijo el hombre así,  que era prohibido cazar.Y el hombre era alto, calabazudo y ponía la mano como en una mata de palo, conversaba con nosotros, pero con una mano allá,  como una mata de palo, pero se movilizaba palla y paca, pero ya no estaba venteando allá, y antoces dijo con la mano:

- Cacen palla -como paPeña Blanca- y ahí viene el patrón vean, viene el patrón, cacen palla pues.

Cuando vimos venir a un señor doble, con un sombreron amarillo, amarillito, pero un sombrero grande,  con una pistola fajada amarillita con una correa ancha, y le hacían los zapatos al carajo toc, toc, toc (taconeaban) en lo que iba pasando delante de nosotros, a nosotros no nos dijo nada, el paso, luego llego otro, pantalón blue Jean, franela verde, ese no nos dijo tampoco nada, paso poralla, como en una fiesta pues, y luego salieron seis mujeres, catiras, bailando pero solas, buenos le dije yo al hombre, tenemos ganas de irnos, entonces dijo bueno:

- Yo le voy a dar la libertad paque se vayan.

 "Canacho":  Cuando el hombre nos quedo mirando a nosotros, se acuerda, viejo, que nos pregunto “y eso que cargan en el cuello es que”, le dije yo eso son el escapulario y el rosario de la Virgen del Carmen, verdad, eso si no nos dijo, paque lo cargan, paque lo usaban, nada, yo como seria que estaba atacándome aquella cosa que era como zancudos, aquella cosa muy basta, a mi me manearon, me manearon por los pies y me manearon por las manos y no con cabuyas, ni gente que se vio que se acerco a mi, ni nada.

 "Chico": Cuando acordamos le hizo una mano al compadre así (golpe) luego le mire yo tenia un guante blanco, al raticos otros por todo el cuerpo, entonces comienza el compadre Canacho como a quitárselo y deonde  y al ratico otro y  lo cruzaron así.

"Canacho": Fui a menear los pies y eso parecía un plomo, de la rodilla pabajo no los podía menear.

Entonces me hizo esa pregunta a mi, “¿Cuántos perros cargan?”, le dijimos nosotros cinco “ah, cinco cargan, y ustedes dos, son siete, así nos dijo”, eso si los perros no entran padentro, ese era cercado como tela ciclón, una cosa preparada e iluminado, eso era una cosa muy clarito, verdad, -y una música como de marcha- muy fino, se termina un disco y seguía el otro, pura música no es verdad, nos hizo la pregunta de los perros y no encargo que le repetáramos palla, que palla no le cazaramos ,  que cazáramos por Peña Blanca, por otra parte.

Ah¡ dentro de lo que estabamos allá, estabamos sentados allí, muy divertios ahí, nosotros no nos asusto ni miedo, ni nada, nosotros estabamos tranquilos uno al otro, el señor no se sentó, puro parao, al frente de nosotros así, nosotros sentaos, el compadre así, y yo así, y el señor puro parao, haciéndonos preguntas, eso si muy bien tratao, no nos dijo palabra de ofensa ninguna, muy bien hablao, no es verdad, entonces allí vimos, lo que yo vi, el compadre lo vio también, lo que yo oí el compadre lo oía también, a una laguna frente  así unos patos nadando, ¿Qué hacían los patos, verdad, compadre?

Habían patos pequeños y patos de esos que llaman gansos, una atrás del otro.

Ellos se zumbaban e iban nadando e iban nadando dentro del agua, salían a la orilla y se sacudían el agua y se volvían a zumbar no es verdad, y habían reses pintas, todas las reses pintas, pero esas no estaban todas revueltas, esas estaba acorraladas, estaban bien preparadas y la grama se veía buenos pues, las reses y bestias pasteando, todas acorraladas, las vacas por una parte y los becerros por otra parte, cada animal en su corral, vacas paun corral, los becerros paun corral y las bestias paun corral, pero todos pintos, no es verdad.

Bueno cuando ya nos llego el tiempo por lo menos paser el viaje pavenirnos, nos dijimos uno al otro, lo bueno es que nos vamos, entonces nos dijo el hombre:

- Con que se van. Será bueno, si se van paabrirle el portón. Pero mas alante se van a encontrar algo mas, que le fuera costar papasar.

 "Chico": Y cuando acordamos nosotros paso una mujer catira por allá, como en una vidriera y desde allá le tiraba fotos al compadre Encarnación, entonces cuando le tiraba la señora las fotos al compadre Canacho le caía como una chispita y hacia, shis, shis, nos fotiaron como veinte veces. Y a mi no.

"Canacho": Al compadre no lo manearon, al compadre lo que le hicieron, le hicieron brindis, un botellón grande así, verdad, cuadro, negro se veía, como una hiel, el trago que le exigieron al compadre, a mi no me exigieron trago.

Ya cuando nos vinimos, nos dio la libertad y nos vinimos,  nos abrió el portón allá y nos dijo las palabras que nos dijo, que mas adelante no podíamos conseguir una dificultad que nos pudiera costar papasar,  nosotros nos vinimos, no nos dijo mas nada y nosotros no preguntamos mas nada, cuando salimos del portón pafuera: montaña natural, montaña natural no es verdad, ahí si nos dio miedo a nosotros, que le dije yo al compadre, aquí lo que nos queda es rezar, verdad que así fue, y nosotros rezamos cada uno el rezo que sabíamos y encomendarnos a los santos.

El compadre entonces siguió alante, no es verdad, mas alante el compadre me nombro a mi.

"Chico": Yo haciendo pique palla pasalir paca pael camino, vi un pozo negro allá, en lo que lo vi me retire depatras, entonces le dije yo al compadre vengase paca mas arribita, porque hay un pozo allá, entonces yo iba pasar abrir pica y ese bejuquero, entonces volví a echar patrasito, papoder pasar y nos conseguimos otro pozo, tres pozos nos conseguimos ese día antes de salir al camino.

Y pasamos por una parte que nos costaba pasacar la bota. Y cuando salimos nosotros al camino las botas sequitas. A las doce de la noche salimos de allá y las dos y media salimos al camino.

 "Canacho":  Entonces nos sentamos allí a la orilla del camino, ahí en el camino real de la montaña, a descansar porque salimos muy cansaos, verdad. Entonces como cargaba el trago, la media botella, le digo yo al compadre saque el otro trago de broma de esa, paque no echemos el otro trago aquí mientras descansábamos, fue y lo saco del maletín donde la cargaba y nos tomamos un trago cada uno, un trago, poco. Entonces nos sentamos, vamos a descansar un poco, luego que nos estamos nos quedamos dormíos.

En la mañana desperté yo primero que el compadre, cuando yo despertaba los pájaros, estaban chirriando, entonces me pare y mire al compadre y el compadre estaba bien dormio. Como no despertaba, lo menie por la rodilla y los desperté, entonces me dijo que fue,   vamosnos que esto ya esta de día, dije yo, despertó y nos preparamos y nos vinimos por ahí pabajo. Eso es el día domingo ya.

Entonces me dice el compadre y no vamos a echar los perros paotra parte, dije no, aquí lo que nos queda es que nos vayamos pala casa, porque hoy es día de fiesta, hoy es día domingo, dije yo. Ya no hemos favorecido de estas cosas es mejor que nos vamos pala casa, bueno, nos venimos poco a poco conversando por el camino por hay pabajo.

Ahí donde bajamos a la mitad de la montaña, ahí donde nombran los Trapiches, le digo yo al compadre, yo venia alante, bueno nosotros con esta comida, y no hemos comió, vamos a comer aquí, ya tarde en la mañana, eran como palas ocho y media de la mañana, entonces nos echamos a comer, así si es verdad que no terminamos el michito, ahí dejamos la botella. Cuando llegamos al bolo, el compadre me pregunto que hora es, saque el reloj, eran como la once y media, entonces ahí si, el compadre gano palla y yo me vine pala casa. Eso es todo por orita.

(Recopilado por Wilfrido González, Argenis Valera e Ivonne Ruza. Transcrito por Argenis Valera)

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