Descripción. La Revista Geográfica Venezolana es el órgano divulgativo del Instituto de Geografía y Conservación de Recursos Naturales. Facultad de Ciencias Forestales y Ambientales. Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela. Publica investigaciones en todos los campos de la Geografía y ciencias afines, bajo la modalidad de artículos. En la sección de Notas y Documentos se presentan resultados parciales de investigaciones, informes técnicos, reflexiones y propuestas teóricas y metodológicas de interés cien- tífico. Igualmente, en la sección Bibliografía Crítica, se ofrecen reseñas de obras consideradas de interés para los lectores. Todos los artículos y los documentos que lo requieran son sometidos a arbitraje bajo el sistema doble ciego. Las opiniones son responsabilidad de los autores. Esta revista está dirigida a profe- sionales (investigadores y docentes) del campo de la geografía y ciencias relacionadas. aUtoridadEs Comité Editorial / Editorial Board Subscripciones. Las subscripciones se reciben de acuerdo al año calendario. Los precios para 2016 son: Altez, Rogel io (UCV-Ve) Venezuela: 1.200,00 Bs. (2 números). Incluye envío postal. Internacionales: Instituciones 140,00 U$D; rEctor personas naturales 130,00 U$D. Es indispensable el pago por adelantado y el mismo debe hacerse en Mario Bonucci Rossini Amaya, Carlos Andrés (ULA–Ve) (†) cheque a nombre de: Universidad de Los Andes y remitirlo a: Instituto de Geografía y Conservación de Bosque Maurel, Joaquín (Un. Comp.–Es) Recursos Naturales, Oficina de Publicaciones, Universidad de Los Andes, vía Los Chorros de Milla, Méri- VIcErrEctor aDMInIStratIVo Colombara, Mónica (UNLZ–Ar) da 5101-Venezuela. Venta directa de cada número: hasta el volumen 30: 20,00 Bs.; del 31 al 49: 300,00 Bs; Manuel Aranguren a partir del 50: 500,00 Bs.Cunil l , Pedro (UCV–Ve) Envío de manuscritos. Información acerca de cómo elaborar manuscritos se ofrece en las páginas finales De Souza, María Adél ia (USP–Br) de cada número en el punto ‘Instrucciones a los Autores’. También en: www.saber.ula.ve/regeoven. VIcErrEctora acaDéMIca Estévez, Raúl (ULA–Ve) Toda correspondencia debe ser enviada al Editor Responsable: Revista Geográfica Venezolana, Facul- Patricia Rosenzweig tad de Ciencias Forestales y Ambientales, Universidad de Los Andes, vía Los Chorros de Milla. Mérida Pul ido, Nubis (ULA–Ve) 5101-Venezuela. Correo electrónico: regeoven@ula.ve; regeoven@gmail.com. Fax: 58-0274-2401603. SEcrEtarIo Massiris, Ángel (UPTC-Co) Indización. La Revista Geográfica Venezolana está indizada en: Geobase, Geodate Base, Periódica (UNAM, José María Andérez Ramírez Velázquez, Blanca (UAM-Mx) México), Revencyt (bajo el código de identificación RVR 005), Abstracts Journal (Referativnyi Zhurnal-Rusia), FONACIT (reg2005000002), Latindex-Catálogo, Geographical Abstracts (Hu- Rivero, Carmen (UCV–Ve) man Geography and Physical Geography), International Development Abstracts, Public Affairs Informa- DEcano Rojas López, José (ULA–Ve) tion Service Bulletin (PAIS), Bibliography and Index of Geology, Informe Académico y Darío Garay Silveira, María Laura (USP–Br) Academic OneFile, Gale Cengage Learning, Dialnet, Redalyc, Scopus y SCImago Journal Rank. También “Esta revista está incluida en la colección SciELO Venezuela (www.scielo.org.ve)”. Sanguin, André-Louis (Sorbona–Fr) DIrEctor InStItuto DE GEoGrafía Juan Carlos Rivero miEmbros Honorarios / Honorary MEMBErs 2016. VoluMEn 57. DoS núMEroS por año. 2016. VoluME 57. nuMbEr of ISSuES pEr yEar: 2. DIrEctor EScuEla DE GEoGrafía Aguilar, Luis (ULA–Ve) www.saber.ula.ve/regeoven Jul io Quintero Boada Jiménez, Ceres (ULA–Ve) Cárdenas, Antonio Luis (ULA–Ve) Scope. The Revista Geográfica Venezolana is the official journal of the Institute of Geography and Delgado de Bravo, María Teresa (ULA–Ve) Natural Resources Conservation. The journal publishes high quality original research on all aspects Durant, Pedro (ULA–Ve) of the geographical science and related fields. The topics covered include papers, notes or short EDItora rESponSablE communications and books review. All contributions are sent to at least two referees (peer review). Delfina Trinca Fighera (ULA–Ve) Estaba, Rosa (UCV–Ve) The opinions are responsability of the authors. Guil lén, Irma (ULA–Ve) Subscriptions. Subscriptions are accepted on a yearly basis. 2016 Rates: Venezuela: 1.200,00 Bs. (two EDItorES aSocIaDoS Gutiérrez, Orlando (ULA–Ve) issue). Other countries: institutional $ US 140 per volume, individuals $ US 130 per volume. Includes Carlos Ferrer Oropeza (ULA–Ve) ordinary mail shipping and handling. Advance payment in US currency required. Please make check Méndez, El ías (ULA–Ve) cashable to: Universidad de Los Andes and send it to the following address: Oficina de Publicaciones. Enrique Gómez Acosta (ULA–Ve) Mol ina, Luisa (ULA–Ve) Instituto de Geografía y Conservación de Recursos Naturales. Universidad de Los Andes. Vía los Cho- Muñoz, Carlos (ULA–Ve) rros de Milla. Mérida 5101, Venezuela. Local prices: until volume 30: 20,00 Bs. per issue; vols. 31-49: SEcrEtarIa EDItorIal 300,00 Bs. per issue. After volume 50: 500,00 Bs. Intended readership: Researchers and scientist in Consuelo Vargas Ramírez, Rosa (ULA–Ve) geography and related fields. Rojas Salazar, Andrés (ULA–Ve) Manuscript submission. Information about manuscript submission is available at each issue of the DISEño E IMaGEn DE portaDa Valbuena, Jóvito (ULA–Ve) journal in Instructions to the Authors. Send all manuscripts and correspondence to the Responsible Editor: Revista Geográfica Venezolana. Instituto de Geografía y Conservación de Recursos Naturales. Reinaldo Sánchez Guil lén Vivas, Leonel (ULA–Ve) Facultad de Ciencias Forestales y Ambientales. Universidad de Los Andes. Vía los Chorros de Milla. vandrakor@gmail.com Zambrano, Jorge (ULA–Ve) Mérida, Venezuela. regeoven@ula.ve; regeoven@gmail.com. www.saber.ula.ve/regeoven. Fax: 58-0274-2401603. Indexation. The journal is abstracted and indexed in: Geobase, Geodata Base, Periódica (UNAM, Méxi- todos los derechos reservados. El contenido de esta revista está protegido por la ley. co), Revencyt (Identification Code: RVR 005), Abstracts Journal (Referativnyi Zhurnal-Rusia), Fonacit (reg2005000002), Latindex, Geographical Abstract (Human Geography and Physical Geography), no puede ser reproducida, ni registrada o transmitida por cualquier medio de recuperación International Development Abstract, Public Affairs Information Service Bulletin (PAIS), Bibliography de información sin el permiso previo, por escrito, de los editores. and Index of Geology and Informe Académico, Gale Cengage Learning, Dialnet, Redalyc, Scopus and © 2016. universidad de los andes. ISSn 1012-1617. Depósito legal pp. 195902ME658 SciElo Venezuela. Este número ha sido publicado gracias al apoyo de la universidad de los andes, Mérida, Venezuela. Sumario 4—7 Editorial Summary ARTÍCULOS PAPERS 10—33 NOTAS Y DOCUMENTOS NOTES AND DOCUMENTS 126—133 34—53 134—139 54—69 70—91 BIBLIOGRAFÍA CRÍTICA BOOKS REVIEW 92—109 142—145 110—123 4 Delfina Trinca Fighera Editorial 5 E d i t o r i a l delfina trinca Fighera editora responsable la transición Hace poco más de veinte años, el británico Tim Berners-Lee inventó la World Wide Web, mejor conocida como la ‘red’. A partir de ese momento, el mundo no volvió a ser igual. de lo impreso Como sucedió con la llamada Revolución Industrial, hoy día son cada vez menos los sectores de la sociedad que no han sido permea- dos por el impresionante y explosivo crecimiento del mundo ‘en línea’. Se estima que un poco más del 25 % de la población mundial es usuaria a lo digital: de la red.Aun cuando la internet fue inventada hace unas cuantas décadas por científicos del Departamento de Defensa de los Estados Unidos, al una modernización igual como ocurrió con el Ford T, que pasó de una simple curiosidad mecánica, a ser un bien al alcance de millones de personas, de manera muy rápida la red se convirtió en una herramienta disponible para mi- inevitable llones: la World Wide Web permitió que el mundo en línea, antes accesi-ble a través de enmarañados códigos de computación, estuviese apenas a un clic de distancia. o una necesidad La divulgación del conocimiento ha tenido en las publicaciones pe-riódicas, sobre todo desde fines del siglo XIX, un canal abierto para que éste llegue a sus lectores, sean éstos del área académica o del mundo del cotidiano. Las revistas de todo tipo, pero sobre todo las científicas, han impuesta jugado un rol fundamental para mantener el conocimiento en circula-ción. Antes de la era ‘en línea’, el papel impreso era el medio utilizado para cumplir con este rol trascendente de informar, dar a conocer lo que en materia de acontecimientos de interés general ocurrían en nues- Transition from the printing tro globo a todas las escalas; también para divulgar nuevos descubri- mientos, nuevas formas de aproximarse a la realidad; lo importante era to the digital: que el conocimiento llegase a la mayor cantidad posible de personas. an unavoidable modernization Las revistas científicas de la mayoría de los países desarrollados or an imposed need iniciaron hace bastante tiempo la necesaria modernización editorial; supieron cuando debían ‘montarse’ en el tren de la era digital, por la significativa reducción de los costos de edición, pero también porque a los lectores se le podían ofrecer una infinita variedad en lo visual: lectura más ágil; mejor aprovechamiento de los recursos editoriales (diseño y estilo editorial mucho más amigables, etc.). 6 Delfina Trinca Fighera Editorial 7 En este sentido, nos llevan una gran ventaja; el que sus publicaciones ten- Además de la visibilidad que nos da el estar en el repositorio Saber-ULA, gan el soporte financiero necesario para mantener, principalmente, la periodi- nuestra revista ha mantenido hasta hace poco más de un año la versión en pa- cidad, es fundamental; también que una buena parte de estas revistas publican pel; de hecho, el último número publicado en este formato fue el 1, volumen 55, sus artículos en inglés, idioma por excelencia de nuestro tiempo, sobre todo del 2014. A partir de ese número, dadas las particulares circunstancias financieras quehacer científico, pero además, al estar ‘en línea’ circulan en tiempo real. por las que atraviesa la Universidad de Los Andes, reflejo fiel de lo que ocurre en Sólo esto último garantiza que lo publicado en estas revistas llegue a todas el país, ha sido imposible imprimir los números subsiguientes. partes. Hay que señalar que hasta ahora los números que aparecen en el repositorio Aun cuando hay que reconocer que numerosas universidades, en muchos Saber-ULA, no se diferencian de la revista impresa, en el entendido que al haber países en los que el inglés no es el idioma oficial, han hecho esfuerzos im- recursos, podemos proceder a editarla y así cumplir con los casi 200 canjes que portantes para colocar sus revistas científicas en formato digital, la versión mantiene la biblioteca ‘Luis Fernando Chaves’, una de las mejores de América en papel todavía tiene peso. En muchas de estas casas de estudio, a pesar de Latina por su acervo en el campo de la geografía y ciencias afines. Sin embargo, trabajar ‘en línea’, los resultados de la labor de investigación aún se publican la necesidad impuesta por la falta de financiamiento oportuno y suficiente im- en versiones impresas, a veces porque los equipos editoriales no terminan de posibilita que en el corto o mediano plazo se pueda siquiera pensar en la impre- asumir lo que significa la divulgación del conocimiento en formato digital; sión en papel de la revista. otras, porque la inercia burocrática que reina en nuestras universidades no Por todo lo dicho, ya hemos entrado en contacto con los centros biblioteca- ayuda a dar el salto. Es oportuno señalar además, que en muchas ocasiones, las rios de las distintas universidades con las que mantenemos la figura del canje revistas impresas son las que mantienen actualizadas a las bibliotecas de estas (Alemania, Francia, Brasil, España, Estados Unidos, Italia, Japón, entre los más universidades con lo más reciente en materia del conocimiento en sus áreas de importantes) para informarles de esta situación. Infelizmente, las consecuencias competencia, sobre todo por la vía del canje entre las instituciones de educa- no demorarán en hacer sentir, pues al no estar en condiciones de editar la revis- ción superior. ta en el formato impreso, no podremos mantener los canjes tan necesarios para En el caso concreto de la Universidad de Los Andes, el repositorio institu- que nuestra biblioteca se mantenga actualizada. No olvidemos que muchas de cional Saber-ULA, uno de los más importantes de Venezuela, es depositario del las revistas científicas que se editan en formato digital no son de acceso abierto. patrimonio intelectual en la web de las publicaciones de sus investigadores y Por todo lo señalado es que a partir del número 1, volumen 57, 2016, le pre- docentes; gestiona, difunde y facilita el acceso a los documentos electrónicos a sentamos a nuestros lectores la nueva versión de la revista en formato digital, texto completo creados por la comunidad universitaria; también publica en for- bien diferente de lo que hasta ahora pueden encontrar en el repositorio Sa- mato digital las principales revistas científicas que se editan bajo el sello de esta ber-ULA. Con este número hemos decidido comenzar la definitiva moderniza- universidad, de acceso libre; a través de Saber-ULA la visibilidad internacional ción editorial de este formato, ante la imposibilidad de continuar editando la de lo que se hace en nuestra universidad se ha incrementado exponencialmente; versión impresa, dado el sistemático recorte presupuestario al que se ha visto sin embargo, no podemos dejar de mencionar que la mayoría de sus principales sometida la Universidad de Los Andes. Entre los elementos que estamos conside- bibliotecas continúan nutriéndose de lo que se publica en las diferentes áreas rando y que esperamos incorporar ya para el número 2 de este 2016, se encuen- del conocimiento gracias a la figura del canje. Esto obliga, en los hechos, a que la tra la actualización de la ortotipografía editorial en función de las tendencias edición en papel de sus principales revistas aún sea significativa. actuales en la materia. La Revista Geográfica Venezolana está entre las más de 90 revistas a las que Es nuestro interés continuar brindándoles a nuestros lectores un producto se puede acceder desde el repositorio Saber-ULA; y desde hace unos cuantos de excelencia, a pesar de todos los inconvenientes que año tras año atentan en años, siempre ha estado entre las 10 publicaciones periódicas más consultadas contra. Esperamos que al momento de contar con los recursos financieros sufi- de nuestra universidad. En parte, este éxito se sustenta en que sus editores cientes, podamos retomar la impresión de la revista para continuar con nuestra siempre han tenido muy en cuenta la importancia de no perder la periodicidad; política de canje, que tan excelentes frutos le ha dado a la divulgación de lo que factor éste que incide de manera muy rápida en la pérdida de posiciones en los se hace en el campo de la geografía y sus ciencias afines, tanto en nuestra Uni- índices y bases de datos en los que se encuentra, pero también porque de mane- versidad de Los Andes, como en Venezuela y el mundo. Esto, por supuesto, sin ra progresiva se ha cuidado la calidad más que la cantidad de lo que en ella se olvidar que progresivamente el futuro apunta hacia la divulgación del saber en publica. tiempo real. (N19°E) 610-690 DC pared este 1 340-540 DC 1010-1170 DC 1450-1650 DC 5 2 430-620 DC 4 7 3 2 6 3 1 15 920-800 DC 1130-920 DC 4670-4640 DC ESCALA 4620-4460 AC 0 1 2 3 4 m 28 27 26 25 24 23 22 21 20 19 18 17 Artículos papers pp. 10—33 Recibido: diciembre, 2014 Rodrigo Hidalgo, Li l iana de Simone, 10 Aceptado: mayo, 2015 Daniel Santana y Federico Arenas Geografías del comercio en Santiago de Chile (1990-2010)... pp. 10—33 11 Geografías Resumen Los debates sobre la reestructuración de las áreas comerciales y del consumo en las metrópolis latinoamericanas se han centrado tanto en la experiencia urbana como en el carácter morfológico de las mismas. Por lo tanto, el objetivo del del comercio artículo es proponer una línea de investigación alternativa que busca recomponer la relación entre las transformaciones de las áreas comerciales en Santiago de Chile entre 1990 y 2010 y las dinámicas de reestructuración inmobiliaria que se en Santiago de Chile (1990-2010): expresan en dicha ciudad. De esa manera se encontró, mediante un análisis de formas, funciones y estructuras de distintas áreas comerciales —galerías, pasajes, de la reestructuración comercial protomalls y malls— como la actividad del consumo es central para comprender las dinámicas de metropolización y renovación del área central de la ciudad, por al policentrismo inmobiliario lo que el impulso a ciertas modalidades como los mall se enmarcan en estrategias de urbanización claramente identificables que implican, no sólo la promoción de ciertos valores sino su reapropiación alternativa por parte de diferentes grupos The geographies of commerce sociales. palabras clave: áreas comerciales; protomalls; malls; consumo; Santiago de Chile. in Santiago de Chile (1990-2010): from the commercial restructuring to the real estate polycentrism Abstract Discussions on commercial and consumption areas restructuring in the major cities of Latin America have been dealt with based on both understanding the new urban experience associated with shopping centers and the morphological character of their massive spread. Therefore, in this paper we propose an alternative approach trying to fix the relationship among transformation of commercial areas in Santiago de Chile between 1990 and 2010, as well as real estate restructuring dynamics. rodrigo Hidalgo Daniel Santana Hence, it was found that by means of shapes, functions and structures of several commercial areas-galleries, passages, protomalls and malls, as the consumption Pontificia Universidad Católica Pontificia Universidad Católica de Chile, Instituto de Geografía, de Chile, Instituto de Geografía, activity is key to comprehend the dynamics of metropolization and renewal of the Santiago, Chile Santiago, Chile city central areas. That is why a bust to certain buildings like malls are framed in hidalgd@uc.cl ldsantana@uc.cl very identified urbanization strategies, which imply both the promotion of certain liliana de Simone federico arenas values and alternative reoccupation by different social groups. Key words: commercial areas; protomalls; shopping centers; consumption; Santiago Pontificia Universidad Católica Pontificia Universidad Católica de Chile, Facultad de Arquitectura, de Chile, Instituto de Geografía, de Chile. Diseño y Estudios Urbanos, Santiago, Chile Santiago, Chile farenasv@uc.cl rldesimone@gmail.com Rodrigo Hidalgo, Li l iana de Simone, 12 Daniel Santana y Federico Arenas Geografías del comercio en Santiago de Chile (1990-2010)... pp. 10—33 13 1. Introducción vos espacios del consumo en referencia al 2. Relaciones históricas Estos nuevos lugares fueron vistos como Las geografías del comercio han redefinido comercio tradicional y como estrategias entre geografías espacios caracterizados por la alienación y el paso de una urbanización moderna a de los agentes inmobiliarios para captar comerciales y ciudad el fetichismo de las mercancías (Benjamin, otra posmoderna, transformando tanto la rentas y valorizar sus inversiones, no sola- Hacia el siglo X, el afianzamiento de las 1997), donde el papel del dinero, la moda, experiencia urbana (Harvey, 1998), como mente en el nicho del comercio, sino en el ciudades medievales occidentales se expli- y la diferenciación social cobraban nuevos los modos de sociabilización (Miller, 1995), mercado de la vivienda. ca por la ampliación del comercio conti- significados (Simmel, 2008). así como también el paisaje y la morfología Santiago de Chile es un buen laborato- nental y transcontinental, así como su nexo de las ciudades (Capel, 2013). rio para reflexionar sobre dichos temas, con actividades industriales artesanales 2.1 Geografías comerciales Aunque muchas áreas comerciales ya que el enraizamiento de las políticas (Pirenne, 1983). Este proceso implicó dos en la ciudad moderna de centros históricos aun persisten —al neoliberales, reescaladas a lo urbano de transformaciones espaciales simultáneas: En términos morfológicos, las áreas comer- menos en las ciudades latinoamericanas—, manera anticipada respecto a otras urbes por un lado, el ingreso del comercio —ejer- ciales de las ciudades coloniales latinoa- la promoción de nuevos edificios comer- de la región (Janoschka e Hidalgo, 2014), ha cida hasta entonces por vagos errantes— a mericanas eran transitorias y se ubicaban ciales —hipermercados, shopping malls y llevado a la masificación de nuevos espa- los espacios intramuros (Lefebvre, 1980); en las plazas mayores (tianguiz coloniales), shopping centers, stripcenters, centros de cios comerciales, que además de impulsar y por otro, la constitución de redes urba- situación que se transformó radicalmente ocio, parques temáticos, etc., que algunos un proceso de policentrismo metropolitano nas sumamente dinámicas —en el norte tras la independencia y los primeros años llaman de ‘artefactos de la globalización’ (De Mattos, 2011), han catalizado la llegada de Italia (repúblicas marinas), y en el mar de la vida republicana, cuando comenzó a (De Mattos, 2002), han sido vistos, junto a de las clases medias al área central, bajo Báltico (Liga Hanseática)— permitiendo emerger un incipiente proceso de moder- la masificación de barrios cerrados hori- patrones que algunos han catalogado como el surgimiento del capitalismo mercantil nización urbanística basado en la transpo- zontales y verticales (Hidalgo et al., 2008), propias del urbanismo neoliberal (Theodo- en Europa (Braudel, 1983) y su posterior sición, siempre limitada, del modernismo como los productos de una reestructura- re et al., 2009). expansión urbana continental (Pirenne, francés (Almandoz, 2013). Las galerías, ción del sector inmobiliario (Pereira, 2008), El propósito del presente artículo es 1983). Con el advenimiento del capitalismo los pasajes y los escaparates empezaron a que tras nuevas formas de financierización identificar las diferentes geografías co- industrial y la modernidad, las actividades poblar el paisaje de la nacientes metrópo- ha ampliado la escala de sus inversiones en merciales en el Área Metropolitana de comerciales en la ciudad europea adquirie- lis latinoamericanas, expresando desde la ciudad (De Mattos, 2007; Pereira, 2013; Santiago, distinguiendo por un lado, las ron nuevos significados sociales y configu- entonces una contradicción entre el espa- Lencioni, 2014). concentraciones del comercio tradicional raciones espaciales, distintas al carácter cio público de la calle, como escenario de El debate en torno a las geografías del —ubicados aún en tiendas, galerías y pasa- efímero del comercio premoderno —ferias la vida y heterogeneidad social y el espacio comercio en la ciudad contemporánea gira jes—, y por otro, en edificios especializados itinerantes, mercados festivos y eventos interior privado de las tiendas (Lefebvre, casi que únicamente en torno a los centros en actividades comerciales como los pro- religiosos— y con un patrón diverso de 1980). comerciales (Zukin, 2010), los que han tomalls1 (De Simone, 2011), y los mall2. En localización intraurbana (anteriormente Especial mención requiere esta trans- sido conceptualizados como nuevos espa- primer lugar, se hace un esbozo de las geo- cerca de templos o puertas de las ciudades formación modernista para la ciudad cios privados con características públicas grafías históricas del comercio en la ciu- medievales). chilena, donde varios han afirmado que el que poseen un cierto potencial para el dad de Santiago, para luego plantear una Las geografías del comercio de la ciu- desmembramiento geográfico del comer- despliegue de la vida urbana contemporá- metodología basada en un triple análisis dad moderna inspiraron agudas reflexio- cio premoderno es efecto de los esfuerzos nea (Caprón, 1996). Otras visiones los han morfológico, funcional y estructural de las nes sobre las relaciones sociales que se republicanos por controlar la soberanía definido como edificios cerrados, vigilados áreas comerciales en la ciudad de Santiago daban en los nuevos bulevares, mercados, popular, expresada a través de dispersión y privatizados que potencian la exclusión y de Chile entre 1990 y 2010, para finalmente galerías y pasajes, que habían reemplazado de ferias libres y comercios informales segregación social (De Mattos, 2010; Perei- identificar el papel que los malls han juga- a las antiguas plazas y que además eran (Salazar, 2006). ra, 2008). Una tercera vía de interpretación, do en los ciclos de urbanización reciente en producto de la acción de agentes inmobi- Avanzando hasta la segunda postgue- analiza el rol que desempeñan esos nue- la ciudad. liarios y financieros (Harvey, 2008), invo- rra, en los nuevos suburbios norteameri- lucrados con la extensión de ensanches y la canos surgieron nuevas áreas comerciales renovación de áreas centrales (Capel, 2005). diseñadas para servir la demanda de los Rodrigo Hidalgo, Li l iana de Simone, 14 Daniel Santana y Federico Arenas Geografías del comercio en Santiago de Chile (1990-2010)... pp. 10—33 15 hogares suburbanos: hipermercados y shopping centers, hipermercados, centros mercio, orientado a identificar producción ción espacial de las diferentes tipologías centros comerciales se articulaban a las de entretenimiento o los parques temáti- y reproducción de las geografías comercia- comerciales con las dinámicas inmobilia- autopistas y ya no se emplazaban en las cos. En un primer enfoque, varios autores les, no únicamente como formas simbóli- rias residenciales durante las últimas dos calles o las plazas. Dicho modelo fue im- aluden a su contribución a la fragmenta- cas sino como estrategias de urbanización décadas. plantándose en las urbes europeas durante ción del tejido urbano y a un mayor po- que se interconectan con la promoción El análisis morfológico parte de la la década de los sesenta (Capel, 2013) y a licentrismo (Borsdorf, 2003; Janoschka, de otras mercancías inmobiliarias como determinación de las características edifi- finales de esa misma década, comenzó a 2002; Artigas et al., 2002; Hidalgo et al., la vivienda, siendo “unidades económicas catorias de los comercios (Capel, 2005) así proliferar en ciertas metrópolis latinoa- 2005; Ciccolella, 2009; Ledgard y Solano, resultantes de masivas inversiones de ca- como el tipo de trama urbana en el que mericanas, en las que la influencia yanqui 2011). Inicialmente ubicados en sectores pital” (Corrêa, 2010: 48). Así, el despliegue están insertos tales construcciones (De Si- era relevante, ya fuera por la presencia de tradicionales de clases altas, los espacios de un sector inmobiliario reestructurado mone, 2011). Dicha tarea se llevó a cabo me- las empresas norteamericanas, como en comerciales se han dispersado a los subur- (Pereira, 2013; Lencioni, 2014) a partir de diante trabajo de campo y observación del Caracas (Almandoz, 2011), por la temprana bios e incluso a las periferias metropoli- una mayor financierización, sumado a un parcelario urbano (Whitehand, 1994), en y violenta imposición del modelo neoli- tanas, convirtiéndose en elementos carac- marco normativo neoliberal, ha permitido el que se encuentran las galerías y pasajes, beral en Santiago de Chile, por un efecto terísticos de la nueva configuración de las redirigir las geografías de la urbanización los caracoles y los mall, así como mediante de emulación3 y búsqueda de un nuevo regiones urbanas latinoamericanas (De en las direcciones más atractivas y renta- la recopilación de fuentes secundarias que nicho de negocios inmobiliario como en Mattos, 2013). bles al sector privado, superando incluso permiten recomponer las distintas fases o Bogotá (Santana, 2013; Jaramillo, 2009), o Un segundo enfoque latinoamericano las fronteras nacionales hacia una confi- geografías históricas urbanas, a las que se como propuesta de planificación regional examina —a veces de manera maniquea— guración de estrategias transnacionales de asocian dichas modalidades comerciales. para servir a los suburbios industriales en el papel que los nuevos espacios en la inversión en infraestructura comercial. El análisis funcional partió de tres proceso de metropolización, como en Belo experiencia urbana, destacando la artifi- fuentes de información: el catastro de Horizonte (Hicks, 1975). cialidad de su reproducción de ambientes 3. Análisis de las geografías patentes comerciales por comuna hecho El paso de un consumo fordista de vigilados (Caprón, 1996); su nueva labor del comercio en Santiago: por el Servicio de Impuestos Internos (SII) bienes, a un consumo postfordista de ex- como artefactos de urbanidad en contextos del pasaje al mall e información de guías telefónicas, recolec- periencias (Featherstone, 1991), evidencia carentes (Cáceres et al., 2006), como arte- Con el propósito de identificar las geogra- tadas en ambas fuentes para los periodos el auge del capitalismo postmoderno y su factos de la globalización (De Mattos, 2002) fías comerciales de Santiago de Chile se 1992-1993, 2004-2005 y 2009-2010. A partir lógica cultural de consumo (Harvey, 1998), o como una especie de ficción postmoderna proponen tres tipos de análisis orientados de las distribuciones espaciales para todas proceso que se caracterizaría además en la del espacio público tradicional, que lleva a distintas dimensiones: una morfológica, las modalidades de comercio se calcula- aparición de centros comerciales, parques a una homogeneización, control social, ex- otra de carácter funcional y una estruc- ron: 1) el Índice de Weaver que contrasta temáticos —disneyficación—, barrios cerra- clusión y segregación social (Caprón, 2008; tural (Lefebvre, 2013), en las que más que la superficie ocupada por los comercios en dos, procesos de gentrificación, entre otros Duhau y Giglia, 2008; Martínez, 2010); aislar cada elemento, se busca dar cuenta relación a un reparto ideal, ofreciendo una fenómenos, que han sido descritos para el Un tercer enfoque, orientado a recono- de sus relaciones con otras partes y con el medida de especialización; 2) el Índice del contexto anglosajón en obras seminales cer el espacio comercial como escenario todo urbano (Lefebvre, 1970). El primer Vecino Más Próximo que mide la concen- inspiradas en Los Ángeles (Davis, 1990; de una arena social en reformulación análisis implica elaborar una descripción tración o dispersión de las edificaciones Soja, 1996) y Nueva York (Zukin, 1996, 2004; (García-Canclini, 1995), observan prácticas morfológica y cualitativa de las tres princi- comerciales y, 3) los índices Beta y Gamma Smith, 1996). subversivas de domesticación y apropia- pales modalidades comerciales a partir de que permiten identificar niveles de acce- ción del espacio privado (Stillerman, 2006; los edificios más representativos en cada sibilidad. Posteriormente y sólo para los 2.2 El contexto latinoamericano Pérez et al., 2012), donde se articulan iden- modalidad: el pasaje y la galería, el proto- centros comerciales, se calcularon los Ín- y el caso de Santiago de Chile tidades urbanas remozadas a través del mall de tipo ‘caracol’ y el mall. El segundo dice de Davis y Sargent Florence, siendo el En el contexto latinoamericano hay varios consumo (Salcedo y De Simone, 2013). análisis se orienta a identificar los tipos de primero una medida de centralidad absolu- enfoques sobre la masificación de espacios En el presente artículo se propone un funciones asociadas a cada una de ellas; y ta y, el segundo, un indicador de especiali- comerciales postmodernos, tales como los enfoque alternativo a los espacios de co- el último, implica relacionar la distribu- zación y diversificación, que compara una Rodrigo Hidalgo, Li l iana de Simone, 16 Daniel Santana y Federico Arenas Geografías del comercio en Santiago de Chile (1990-2010)... pp. 10—33 17 unidad espacial de menor rango con otra tos en las rentas del suelo producidas por las mayor. remodelaciones urbanas (Rozas et al., 2015). El análisis estructural se realizó a par- Avanzado el siglo XX, ambos formatos han Galerías-caracoles-malls Área metropolitana - RM tir de la espacialización por periodos de visto amplias modificaciones que han per- las distintas modalidades de áreas comer- mitido mantener el dinamismo funcional ciales, vinculándolas con los patrones de del centro histórico (figura 1). Construyendo Límite Área Metropolitana crecimiento inmobiliario y demográfico subterráneos y más recientemente introdu- Límite Comunal en el Área Metropolitana de Santiago entre ciendo grandes cadenas comerciales chi- Caracoles 1990 y 2010, para identificar las diferentes lenas, pasajes y galerías mantienen cierto Galerías geografías históricas del comercio y su rol dinamismo, sin embargo y a pesar de cómo en el proceso de urbanización contempo- lo observan Rozas et al. (2015), los pisos Mall ránea. superiores de los edificios que los albergan Años Construcción dan ciertas muestras de decaimiento y aban- 1970-1980 3.1 Análisis morfológico: dono. 1930-1980 de los pasajes y las galerías Los pasajes difícilmente traspasaron las 1970-2008 del Santiago moderno fronteras del centro histórico, siendo cons- a los caracoles y malls truidos algunos pocos ya en el siglo XX, en del Santiago postmoderno comunas como Providencia y Las Condes. A partir de la propagación de las ideas Corresponden a una modalidad comercial urbanísticas de la alta modernidad fran- propia de la ciudad compacta y de un urba- Autor: Laboratorio Urbano Dátum WGS 84, Huso 19 Sur cesa en Santiago de Chile a fines del siglo nismo afrancesado. Entre los años cuarenta XIX, principalmente impulsadas por las y sesenta se produjeron los primeros indi- transformaciones emprendidas por el cios de expansión comercial fuera del centro Intendente Vicuña Mackenna, el Haussman histórico de Santiago —al sur y al oriente figura 1. Diferentes tipologías comerciales en Santiago de Chile. Fuente: elaboración propia, a partir de trabajo en campo chileno (Almandoz, 2013), se introdujeron del mismo— principalmente, mediante en la ciudad nuevas morfologías comercia- la construcción de galerías y patios en los les mediante la construcción de galerías nuevos desarrollos. A partir de la implanta- y pasajes. Ambos formatos comerciales ción del modelo neoliberal en los setentas, Los protomalls son edificios comerciales las rampas helicoidales ascendentes se consideraron abrir espacios al interior que impulsaría procesos de desregulación helicoidales en los que el espacio de circu- articularon como balcones, siendo usados de las manzanas; las galerías incluyeron de la normativa urbana, de liberalización lación se eleva en una espiral de vitrinas intensamente por jóvenes de la época como materiales como el hormigón, el vidrio y del mercado del suelo urbano, de privatiza- en torno a un vacío central (De Simone, lugar de reunión. Fueron instalados entre el acero —materiales característicos de la ción de los servicios públicos (Janoschka e 2011; Rozas et al., 2015); pueden ser con- los setenta y ochenta en las primeras sub- temprana modernidad parisina— mientras Hidalgo, 2014) y de apertura económica, se ceptualizados como un eslabón a medio centralidades comerciales como la Avenida que los pasajes fueron remodelaciones in- produjo la consolidación de nuevas centrali- camino entre el pasaje —ya que suelen Irarrázaval en la comuna de Ñuñoa o en la teriores de las plantas bajas de los edificios dades comerciales. Se crearon formatos hí- contar con accesos a distintas calles— y actual avenida Nueva Providencia y ave- céntricos para la circulación y atravieso al bridos, como los primeros caracoles y malls: el mall —con un uso del espacio aún más nida Providencia, en la comuna del mismo interior de la manzana (Rozas et al., 2015) el primero, una modalidad de protomall que intensivo, pero todavía orientado más al nombre, o en comunas residenciales de Instalados inicialmente en el centro surgió a partir de una innovación arquitec- peatón que al propietario de auto particu- clase alta como Las Condes y Vitacura o de tradicional de la ciudad, pasajes y galerías tónica chilena y el segundo, importando a la lar. Una de sus principales características clases populares como La Cisterna o Puente contribuyeron a la densificación de la tra- usanza suburbana norteamericana (Salcedo se centra en el ‘vacío sociabilizador’ que Alto (figura 1). ma colonial, ayudando a captar los aumen- y De Simone, 2013). los proyectos propusieron, en torno al cual Rodrigo Hidalgo, Li l iana de Simone, 18 Daniel Santana y Federico Arenas Geografías del comercio en Santiago de Chile (1990-2010)... pp. 10—33 19 Cabe destacar que el éxito urbanístico articulación a la ciudad mediante la aber- Densidad de locales comerciales, 1992-1993 de los proyectos comerciales tipo protomall tura de puertas y bulevares— (Salcedo y Comunas pericentrales, RM se podría explicar gracias a su asociación De Simone, 2013). No obstante, el último con la construcción de nueva infraes- hecho es una excepción más que la regla en Área de estudio tructura de transporte público, como el Santiago, por lo que solamente es posible Límite comunal proyecto Nueva Providencia y la Línea encontrar ejemplos en el Parque Arauco, en Áreas verdes 1 del Metro. Ambos proyectos buscaron donde se llevó a cabo una apertura peato- Eje de calles la recuperación de plusvalías al incluir nal o el mall Plaza Vespucio ahora integra- Zonas de concentración normativas que exigieron la habilitación do no sólo a las líneas 4 y 5 del metro, sino High: 0.00943005 de espacios públicos y pasos peatonales por también a la terminal de buses interurba- Low: 0 parte de inversionistas privados (Sabatini nos. En este sentido, esta forma de integra- y Arenas, 2000). ción podría considerarse una contribución, Lo que terminó por acentuar la tenden- aunque por ahora limitada, a una mayor cia policéntrica del comercio fue la cons- sustentabilidad del espacio urbano circun- Autor: Laboratorio Urbano Dátum WGS 84, Huso 19 Sur trucción de los malls. El primero de ellos, dante. el Parque Arauco, ubicado en la comuna de clase alta de Las Condes, fue construido por 3.2 Análisis funcional: inversionistas brasileños —producto del del policentrismo al retorno temprano proceso de apertura chilena— al a las áreas centrales figura 2. Densidades comerciales Santiago de Chile en 1992-1993. puro estilo yanqui con un edificio central A partir de la distribución de locales Fuente: elaboración propia con datos de guías telefónicas en forma de caja de zapatos rodeado por comerciales —en todas las modalidades una gran cantidad de plazas de estaciona- constructivas— identificados y georre- Densidad de locales miento (Salcedo y De Simone, 2013). La ma- ferenciados a partir de patentes y guías comerciales, 2004-2005 sificación del formato mall se dio durante telefónicas, se obtuvieron tres mapas de Comunas pericentrales, RM los noventa en pleno retorno a la democra- densidades (figuras 2, 3 y 4). Es posible cia y los discursos sobre ellos van desde la destacar que la comuna de Santiago sigue Área de estudio crítica a su carácter excluyente y privatiza- siendo el primer clúster comercial del área Límite comunal dor, a su activa defensa —por parte de los metropolitana, que se extiende de manera Áreas verdes empresarios inmobiliarios. Más aún, en la continua hasta la comuna de Recoleta (en Eje de calles Zonas de concentración literatura reciente se tiende a señalar que ambas, dicha actividad ocupa un 56 y un Mayor concentración son espacios con potencial para ser reapro- 16 %, respectivamente, de las patentes de la piados socialmente a través de prácticas co- ciudad en 2009), manteniendo ese carácter Menor concentración tidianas (Stillerman y Salcedo, 2010), o que durante las dos últimas décadas, junto a son artefactos que han asumido funciones otras funciones administrativas de rango democráticas y públicas —instalación de nacional —la sede del gobierno, los minis- bibliotecas o centros educativos— (Cáceres terios y otras instituciones gubernamenta- Autor: Laboratorio Urbano Dátum WGS 84, Huso 19 Sur et al., 2006), o que han sido sujetos de un les— y de servicios financieros. proceso de innovación e integración a la Sin embargo, el eje comercial de la ciudad a partir del ‘Demalling’ —proceso comuna de Providencia, la primera centra- de eliminación paulatina de las caracte- lidad comercial alternativa fuera del área figura 3. Densidades comerciales Santiago de Chile en 2004-2005. rísticas herméticas del mall a través de su central de la ciudad, se ha ido consolidando Fuente: elaboración propia con datos de guías telefónicas Rodrigo Hidalgo, Li l iana de Simone, 20 Daniel Santana y Federico Arenas Geografías del comercio en Santiago de Chile (1990-2010)... pp. 10—33 21 Densidad de locales mayor nivel de especialización de las pa- sin embargo, hay una correlación impor- comerciales, 2009-2010 tentes comerciales y de servicios profesio- tante —de 0,55— entre las comunas menos Comunas pericentrales, rm nales en el año 2009 (cuadro 1), distribui- especializadas y las que presentan una dos a lo largo de las avenidas Providencia y mayor concentración de las instalaciones Nueva Providencia. Quinta Normal, Esta- comerciales, mientras que la conectividad Área de estudio ción Central, Recoleta, San Miguel e Inde- tiende a aumentar en las zonas de mayor Límite comunal pendencia muestran cierta especialización diversificación —correlaciones4 de -0,26 y Áreas verdes comercial, mientras que comunas como -0,33— (cuadro 1). Eje de calles San Joaquín, Ñuñoa y Santiago son comu- Los indicadores analizados revelan que Zonas de concentración Mayor concentración nas poco especializadas pero diversifica- las áreas comerciales tradicionales del cen- das, en las que el comercio va acompañado tro a la ciudad —pasajes y galerías, tiendas de funciones industriales, de servicios pro- y almacenes individuales y ferias— siguen Menor concentración fesionales y de comando gubernamental y activas junto a otras funciones de comando financiero, respectivamente. Por otro lado, centralizadas en el tradicional CBD en la los índices del Vecino más Cercano, Beta y comuna de Santiago. Sin embargo, demues- Gamma, señalan que la concentración y la tran también el reforzamiento de la centra- Autor: Laboratorio Urbano Dátum WGS 84, Huso 19 Sur conectividad se reparten desigualmente; lidad comercial en Providencia articulada cuadro 1. Índices de especialización, concentración y conectividad. Fuente: elaboración propia con datos del SII (2009) figura 4. Densidades comerciales Santiago de Chile en 2009-2010. comuna índice índice índice índice nivel tipo de del vecino beta Gamma de especialización- Fuente: elaboración propia con datos de guías telefónicas Weaver más cercano diversificación providencia 12,13 0,25 1,52 0,51 Muy especializada Comercio y servicios profesionales como el segundo clúster con un 15 % de las ñoa cuentan con clústers comerciales de Quinta normal 126,41 0,37 1,49 0,5 Muy especializada Comercio patentes comerciales, en un proceso liga- menores dimensiones con una participa- Estación central 216,89 0,33 1,48 0,5 Especializada Comercio do al desdoblamiento del Central Bussines ción entre 2 y 5 %, e incluso en otras como recoleta 235,95 0,33 1,47 0,49 Especializada Comercio District (CBD) en el que las funciones de Estación Central, San Miguel e Independen- comando asociadas con el sector de servi- cia, ésta alcanza niveles muy bajos —de 0,2 San Miguel 376,43 0,44 1,58 0,53 Especializada Comercio cios avanzados y de las altas finanzas han a 0,9 %—, la tendencia entre 2005 y 2010 Independencia 398,44 0,28 1,54 0,51 Especializada Comercio pasado a concentrarse en el sector de El demuestra que han surgido nuevas centra- San Joaquín 1.047,19 0,44 1,42 0,47 Poco especializada Comercio, Golf —una zona residencial tradicional de lidades comerciales en esas comunas, con y diversificada industria servicios clase alta—, conocida recientemente como una especie de configuración insular que profesionales Sanhattan, denominación hecha con un corresponde esencialmente a la implanta- ñuñoa 1.063,81 0,42 1,41 0,47 Poco especializada Comercio y servicios y diversificada profesionales cierto tono sarcástico que igual expresa la ción de malls (figura 1), estructurando así Santiago 1.225,1 0,34 1,56 0,52 Poco especializada Comercio, servicios creciente centralización de funciones de una geografía del comercio marcadamente y diversificada profesionales comando de alcance global en la ciudad. policéntrica. y otras funciones Aunque comunas pericentrales como Por un lado, el índice de Weaver revela del terciario Pedro Aguirre Cerda, San Joaquín y Ñu- que la comuna de Providencia presenta el avanzado Rodrigo Hidalgo, Li l iana de Simone, 22 Daniel Santana y Federico Arenas Geografías del comercio en Santiago de Chile (1990-2010)... pp. 10—33 23 al nuevo CBD y en Ñuñoa, ambos casos dos de ellos han renovado sus funciones, como para el caso analizado, la poca pertinencia de ingresos medios bajos, mientras que subcentralidades menores en la década de ocurre con los primeros que suelen ser un del argumento que sostiene que el mall es los centros comerciales Parque Arauco y los setenta —en las que predominaban los lugar de consumo y sociabilidad de tribus un sustituto postmoderno pero eficaz de la Apumanque fueron de los primeros en su caracoles y de tiendas dispuestas indivi- urbanas—, sino mediante la proliferación calle, de los equipamientos de entreteni- tipo en la ciudad y en la zona residencial de dualmente en las principales avenidas5—, de malls bajo lógicas de un ‘urbanismo de miento y de prestación de servicios básicos. altos ingresos del nororiente. pero que se han ido consolidando como retail’. Por un lado, sólo 4 malls ostentan índices Los demás malls cuentan con bajos centralidades de alcance metropolitano. Los centros comerciales en el caso de altos —de entre 147 y 577— que respon- niveles de centralidad, lo que implica la Otra tendencia, paralela a la anterior es a Santiago de Chile, cuentan no sólo con tien- den a circunstancias muy diversas: el más necesidad de realizar múltiples prácticas la creación de subcentralidades comercia- das o locales de entretenimiento, sino con central, el Paseo Estación se encuentra en cotidianas de desplazamiento en búsque- les en casi toda el Área Metropolitana de instalaciones para servicios financieros, e una zona de comercio tradicional y popu- da de acceso a servicios, que tienden a ser Santiago, lo que ha permitido una mayor incluso de salud y educación. Un catastro lar con un alto flujo de población flotante más diversos en las áreas pericentrales y especialización comercial a comunas pe- de tales servicios hecho en terreno per- —se encuentra en adyacencias al terminal periféricas, que en las centrales en donde ricentrales y periféricas, ya no mediante mitió calcular el Índice de Centralidad de de transportes—, Plaza Oeste que es un son más especializados como lo sugiere el la instalación de caracoles y tiendas indi- Davies asociado a cada mall (figura 5) obte- mall construido para satisfacer la demanda Índice de Sargent Florence (figura 6). Los viduales en grandes avenidas —muchos niendo resultados que sugieren, al menos de Maipú, un dinámico núcleo residencial malls de la zona nororiente tienden a com- Jerarquización de malls a través del Índice de Davies Jerarquización de malls a través del índice 3,18 - 40,80 de Sargent Florence 40,81 - 113,27 113,28 - 282,20 282,21 - 577 Sin información Red del Metro 0,1 - 0,5 Línea 1 0,5 - 0,7 Línea 2 0,7 - 4 Línea 4 Línea 4A Red del Metro Línea 5 Línea 1 Red Vial Línea 2 Región Metropolitana Línea 4 Línea 4A Línea 5 Red Vial Autor: Laboratorio Urbano Dátum WGS 84, Huso 19 Sur Autor: Laboratorio Urbano Dátum WGS 84, Huso 19 Sur figura 5. Niveles de centralidad de los malls en el Área Metropolitana de Santiago. figura 6. Jerarquización funcional de los malls en el Área Metropolitana de Santiago. Fuente: elaboración propia a partir de datos del Censo del Comercio y Catastro en terreno Fuente: elaboración propia a partir de datos del Censo del Comercio y Catastro en terreno Rodrigo Hidalgo, Li l iana de Simone, 24 Daniel Santana y Federico Arenas Geografías del comercio en Santiago de Chile (1990-2010)... pp. 10—33 25 binar tiendas con servicios financieros, ricas —y de todos los niveles de renta— o liario, Ñuñoa y San Miguel—, situación que El regreso al centro de las inversiones de entretenimiento y sobre todo de salud, de strip centers —pequeños malls abiertos cambió drásticamente desde el año 2000, inmobiliarias en vivienda, han ido a la par mientras que los que se ubican en zonas de escala barrial configuró un proceso de período en el que se produce un retorno del ingreso de los malls a las comuna de San- populares en el sur o en el poniente, tien- explosión metropolitana. de las inversiones inmobiliarias al área tiago Centro y a comunas pericentrales como den a mezclar locales con servicios banca- Dicho proceso ha sido soportado por central: el mayor dinamismo demográfico Estación Central —en donde convive junto rios, de entretenimiento y de educación. En promotoras inmobiliarias que pertenecen de todas las comunas del centro y pericen- al comercio tradicional e informal—, Macul, ambos casos, el simbolismo no parece al a los grandes grupos empresariales chi- tro se debió a un aumento en la construc- Ñuñoa —que cuenta con dos malls, uno de azar, los servicios sociales privatizados -la lenos que, además de ser propietarios de ción de viviendas de entre el 10 y 40% que ellos recientemente construido— y Providen- salud, la educación e incluso la recreación- los bancos y compañías de inversión que se caracterizan por ser apartamentos en cia que ahora cuenta con el mall Costanera se entremezclan con el comercio al por financian la construcción y la circulación edificios de más de 15 pisos que, además de Center, construido por uno de los mayores menor en espacios vigilados y de acceso de los productos inmobiliarios —viviendas reemplazar las antiguas viviendas de 1 ó 2 grupos empresariales de Chile, en conjunto restringido. La policentralidad en el caso y centros comerciales principalmente—, pisos y acabar con el patrimonio arquitec- con la Torre Costanera —que suele ser deno- de Santiago de Chile, además de distribuir- son dueños también de las grandes ca- tónico del área central, han repercutido en minada como el edificio más alto de Suramé- se desigualmente y de presentar islas con denas comerciales que se instalan en los un proceso de gentrificación con la llega- rica— en pleno Sanhattan. Por lo que si en funcionalidades muy variadas, expresa el malls (Yáñez et al., 2010). Esto da cuenta da de clases medias (Contreras, 2011) y la primera instancia hubo un patrón centrífugo carácter postmoderno de la urbanización de la aplicación de las lógicas del mercado expulsión de población de los quintiles de en la construcción de centros comerciales neoliberal. financiero al inmobiliario comercial, lo menores ingresos (Hidalgo, 2013; Casgrain, en pleno movimiento de metropolización, que habría generado un panorama urbano 2014; Paulsen, 2014). durante la última década marcada por la 3.3 Análisis estructural: donde el mercado inmobiliario, sujeto a metropolización y la especulación y a las curvas capitalistas gentrificación entre 1990 de crisis y auge, se ve caracterizado por la Evolución de malls y 2010 alta mercantilización de los inmuebles y Área Metropolitana - RM El periodo comprendido entre 1990 y 2010 la volatilización de dicho campo (Harvey, se caracterizó por una dinámica centrífuga 2012), usando herramientas que solían Leyenda de la urbanización en Santiago de Chile, en ser pensadas para otro tipo de inversiones Límite Área Metropolitana un proceso impulsado esencialmente por (securitización de la deuda, titularización Límite Comunal la liberación del mercado del suelo desde de inmuebles, generación de bonos y rentas Año Construcción 1979 y la promulgación de una norma que por flujos, entre otras herramientas) y que 1975 - 1985 facilitó la parcelación de terrenos periur- hoy vemos activas en la instalación de es- 1985- 1995 banos en unidades de media hectárea pacios comerciales. 1995 - 2005 (Hidalgo et al., 2014), que permitieron la Mientras se daba el frenesí urbaniza- 2005 - 2009 creación de nuevas áreas residenciales dor que llevó a Santiago de Chile, de ciudad como las parcelas de agrado —viviendas a región urbana (De Mattos, 2011), y que en campestres con áreas verdes de importan- la última década ha producido una ma- te extensión—, condominios y ciudades yor articulación funcional de las regiones valladas (Hidalgo et al. 2005). Además de Metropolitana y de Valparaíso denominada estos procesos, la consideración de áreas por Hidalgo et al. (2014) como ‘macrozona Autor: Laboratorio Urbano Dátum WGS 84, Huso 19 Sur periféricas para la construcción de vivien- urbana central de Chile’, las comunas del da social (Hidalgo et al., 2008), así como la centro y pericentro languidecían en tér- extensión de autopistas concesionadas y la minos demográficos —con excepción de figura 7. Dinámica espacio temporal de construcción de los malls en Santiago de Chile. proliferación de malls en comunas perifé- Providencia, lugar del nuevo CBD e inmobi- Fuente: elaboración propia a partir de catastro en terreno Rodrigo Hidalgo, Li l iana de Simone, 26 Daniel Santana y Federico Arenas Geografías del comercio en Santiago de Chile (1990-2010)... pp. 10—33 27 gentrificación se ha producido un movi- facilidades, ya sean de común conocimien- lo que las cambiantes geografías de los centros miento inverso hacia el centro (figura 7). to o de acuerdos tácitos entre las partes, comerciales revelan las estrategias cíclicas de la Más aun, los malls han sido parte de que habrían promovido una organización urbanización contemporánea santiaguina: explo- una estrategia de promoción inmobiliaria estratégica de las estructuras de retail y sión e implosión de lo urbano (Lefebvre, 1980) se más amplia que incluye también la cons- comercio minorista en la ciudad de San- entremezclan, suburbanización y gentrificación, trucción de edificios residenciales o de tiago de Chile durante el último cuarto del extensión de los malls a la periferia metropoli- oficinas, encaminada a la revalorización siglo XX. Organizadas en base a ‘sistemas tana y luego la colonización del centro histórico, de las comunas del área central, ya sea comerciales’ (De Simone, 2011; Salcedo y junto con el reconocimiento de la industria del aprovechando el dinamismo del comercio De Simone, 2013), los diversos tipos comer- ocio (Lefebvre, 2013), como motor de la produc- tradicional —desde las galerías, los pasajes ciales que componen la tipología del sector, ción de lo urbano en la experiencia cotidiana. o el comercio popular como en las comunas habrían fungido en lógicas de organiza- de Santiago y Estación Central— o creando ción espacial y zonificación cercanas a las nuevas centralidades comerciales como premisas de la planificación urbana, aun 5. Notas en el caso de las comunas de Providencia, cuando sus causas y perspectivas hayan 1. En esta categoría se incluyen proyectos construidos entre Ñuñoa y Quilín. sido más bien dispares y de controvertidos 1940 y 1980, los cuales presentan características híbridas efectos en el funcionamiento, valoración y entre la galería y el mall, tales como los caracoles o edificios 4. Conclusiones sustentabilidad de la ciudad. Es decir, los helicoidales La mayoría de los pasajes y las galerías si- operadores de retail actúan con herramien- 2. Junto a shopping center, son anglicismos que se refieren al guen siendo lugares muy concurridos en el tas del diseño urbano, generando calles, centro comercial, cuya masificación revela el origen de dicha centro histórico, los ya antiguos caracoles cerrando avenidas, alargando estaciones modalidad constructiva. aún reciben muchos visitantes sobre todo de metro, reformulando trazados de trans- 3. El centro comercial Unicentro fue construido en 1979 por en comunas como Providencia y Ñuñoa, porte público, impactando la valorización un empresario inmobiliario colombiano quien, tras viajar e incluso el comercio tradicional al por de los terrenos colindantes, generando a Estados Unidos e identificar la potencialidad del centro menor ha resistido la competencia cerca- conflictos metropolitanos de movilidad, y, comercial como nicho de negocio, decidió probar el modelo en na de los malls. Estos últimos han seguido por supuesto, detonando, sino viabilizan- Bogotá. siendo construidos bajo el modelo nortea- do, proyectos inmobiliarios de residencia 4. Corridas entre el Índice de Weaver y los Beta y Gamma. mericano, incorporando solamente modifi- e infraestructura privada educacional y/o 5. Providencia y Nueva Providencia, así como Irarrázabal, res- caciones tendentes a intensificar el uso del sanitaria. pectivamente. espacio con estacionamientos subterráneos A pesar de la coexistencia y el dinamis- o la instalación de fachadas verdes que mo de múltiples tipos de áreas comerciales brindan otra ficción aparte de la del espa- en Santiago de Chile, son los malls los de Este trabajo es parte de los resultados del proyecto FONDECYT cio público: la de la sustentabilidad. mayor difusión. Ello ocurre, no necesaria- 1095222 ‘Las transformaciones de las áreas centrales: El análisis hecho revela ciertas re- mente porque sean sustitutos eficaces del reestructuración comercial y elitización (gentrificación) laciones entre el despliegue del capital espacio público o de la centralidad urbana residencial. El caso de Santiago, Valparaíso y Viña del inmobiliario y financiero y las lógicas del o porque efectivamente la gente los reapro- Mar’ y se inserta en las actividades del Proyecto CONICYT/ comercio al por menor; sin embargo, es pie a partir de múltiples prácticas cotidia- FONDAP/15110020. necesario profundizar en dicha línea de nas, sino porque la marcada concentración investigación, en especial en las estrategias y centralización del capital inmobiliario, concretas que asumen los agentes involu- financiero y comercial local favorece su crados en el ‘urbanismo de retail’, que alu- construcción en conjunto con otras edifi- de al conjunto de normativas, programas y caciones residenciales o de servicios, por Rodrigo Hidalgo, Li l iana de Simone, 28 Daniel Santana y Federico Arenas Geografías del comercio en Santiago de Chile (1990-2010)... pp. 10—33 29 6. Referencias citadas ALMANDOZ, A. 2011. “El imaginario de la ciudad venezolana: de 1958 a la metró- CONTRERAS, Y. 2011. “La recuperación urbana y residencial del centro de Santia- poli parroquiana. Aproximación desde la historia cultural urbana”. Cuader- go: Nuevos habitantes, cambios socioespaciales significativos”. EURE, 37(112): nos de Geografía, Revista Colombiana de Geografía, 20(1): 9-20. 89-113. ALMANDOZ, A. 2013. Modernización urbana en América Latina. De las grandes CORREA, L. 2010. Formas simbólicas e espaço. Algumas considerações. Documento aldeas a la metrópolis masificadas. Universidad Católica de Chile, Colección de trabajo CNPq Processo no 301.185/2007-7. Rio de Janeiro, Brasil. Estudios Urbanos UC. Santiago de Chile, Chile. DAVIS, M. 1990. City of Quartz. Excavating the Future in Los Angeles. Verso. Nueva ARTIGAS, A.; CHABALGOITY, M.; GARCÍA, A.; MEDINA, M. y J. TRINCHITELLA. York, Estados Unidos. 2002. “Transformaciones socio-territoriales del Área Metropolitana de Mon- DE MATTOS, C. 2002. “Transformación de las ciudades latinoamericanas. ¿Im- tevideo”. EURE. 28(85). Disponible en: http://www.eure.cl/index.php/eure/arti- pactos de la globalización?”. EURE, 28(85). Disponible en: http://www.scielo. cle/view/1247. [Consulta: septiembre, 2014]. cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0250-71612002008500002. [Consulta: BENJAMIN, W. 1997. Charles Baudelaire. A Lyric Poet in the Era of High Capitalism. mayo 25, 2015]. Verso. Londres, Reino Unido. DE MATTOS, C. 2007. “Globalización, negocios inmobiliarios y transformación BORSDORF, A. 2003. “Cómo modelar el desarrollo de la ciudad latinoamericana”. urbana”. Nueva Sociedad, 212: 82-96. EURE, 29(86): 37-49. DE MATTOS, C. 2010. Globalización y metamorfosis urbana en América Latina. BRAUDEL, F. 1983. Civilization and Capitalism I5th-I8th Century. Volumen II: The OLACCHI/MDMQ. Quito, Ecuador. Wheels of Commerce. Williams Collins & Sons. Londres, Reino Unido. DE MATTOS, C. 2011. “Santiago de Chile, de ciudad a región urbana”. En: C. de CÁCERES, G; SABATINI, F.; SALCEDO, R y L. BLONDA. 2006. “Malls en Santiago: MATTOS, W. LUDEñA, L. FUENTES (eds.). Lima-Santiago. Reestructuración y luces y claroscuros”. ARQ (Santiago), 62: 48-73. cambio metropolitano. pp. 181-208. Universidad Católica de Chile, Colección CAPEL, H. 2005. La morfología de las ciudades. Tomo II, Aedes facere: técnica, cultu- Estudios Urbanos. Santiago de Chile, Chile. ra y clase social en la construcción de edificios urbanos. Ediciones del Serbal. DE MATTOS, C. 2013. “Reestructuración económica y metamorfosis en América Barcelona, España. Latina: de la ciudad a la región urbana”. En: J. NOYOLA, C. de MATTOS y A. CAPEL, H. 2013. La morfología de las ciudades. Tomo III: Agentes urbanos y merca- ORELLANA (eds.), Urbanización en tiempos de crisis. Impactos, desafíos y pro- do inmobiliario. Ediciones del Serbal. Barcelona, España. puestas. pp. 13-43. UANL/FARQ/RIDEAL/UC. Santiago de Chile, Chile. CAPRON, G. 1996. La ville privée: les shopping centers à Buenos Aires. Universidad DE SIMONE, L. 2011. Evoluciones e hibridaciones de las tipologías comerciales en Toulouse-2. Le Mirail, Francia. Tesis de Doctorado. Santiago de Chile. 1960-2010. Lecciones urbanas desde el caracol modernista al CAPRÓN, G. 2008. Urbanidad y modernización del comercio: un análisis a partir mall periurbano. Instituto de Estudios Urbanos, Pontificia Universidad Católi- del caso de los shopping centers en Buenos Aires. VI Encuentro de Geógrafos ca de Chile. Santiago de Chile, Chile. Tesis de Grado (Desarrollo Urbano). de América Latina. Buenos Aires, Argentina. (17 al 21 de marzo, 1997). Dis- DUHAU, E y A. GIGLIA. 2008. Las reglas del desorden. Habitar la metrópoli. Siglo ponible en: http://observatoriogeograficoamericalatina.org.mx/. [Consulta: XXI Editores/UAM Azcapotzalco. México DF, México. septiembre, 2014]. FEATHERSTONE, M. 1991. Consumer Culture and Postmodernism. SAGE Publica- CASGRAIN, A. 2014, “Gentrificación empresarial en el centro de Santiago: con- tions. Londres, Reino Unido. tradicciones en la producción del espacio residencial”. En: R. HIDALGO y M. GARCÍA CANCLINI, N. 1995. Consumidores y ciudadanos: Conflictos culturales de la JANOSCHkA (eds.), La ciudad neoliberal. Gentrificación y exclusión en Santiago globalización. Grijalbo. Ciudad de México, México. de Chile, Buenos Aires, Ciudad de México y Madrid. pp. 59-73. Pontificia Univer- HARVEY, D. 1998. La condición de la posmodernidad. Investigación sobre los oríge- sidad Católica de Chile/Geolibros. Santiago de Chile, Chile. nes del cambio cultural. Amorrortu Editores. Buenos Aires, Argentina. CICCOLELLA, P. 2009. “Transformaciones recientes en las metrópolis latinoameri- HARVEY, D. 2008. París. Capital de la modernidad. Akal. Madrid, España. canas”. En: J. BLANCO et al. (eds.). Geografía. Nuevos temas, nuevas preguntas. HARVEY, D. 2012. El enigma del capital y las crisis del capitalismo. Akal. Madrid, Un temario para su enseñanza. pp. 125-142. Editorial Biblos. Buenos Aires, España. Argentina. Rodrigo Hidalgo, Li l iana de Simone, 30 Daniel Santana y Federico Arenas Geografías del comercio en Santiago de Chile (1990-2010)... pp. 10—33 31 HICkS, J. 1975. “Centros comerciales y descentralización metropolitana”. EURE, LENCIONI, S. 2014. “Reestruturação imobiliária: uma análise dos processos de con- 4(11): 113-129. centração e centralização do capital no setor imobiliário”. EURE, 40(120): 29-47. HIDALGO, R. 2013. “La transformación de las áreas centrales en América Latina: MARTÍNEZ, J. 2010. “Leyendo el paisaje. Lecturas del ordenamiento del espacio en agentes inmobiliarios y nueva morfología urbana en el caso de Santiago de el centro comercial Gran Estación, Bogotá, Colombia”. Cuadernos de Geografía, Chile”. En: Paulo Pereira (ed.), Negócios imobiliários e transformações sócio-te- Revista Colombiana de Geografía, 19: 59-75. rritoriais em cidades da América Latina. 23-31. CNPQ/USP/PUC/CONICIT. São MILLER, D. 1995. “Shopping, Place and Identity”. Annual Review of Anthropology, 24: Paulo, Brasil. 141-161. HIDALGO, R,; BORSDORF, A. y R. SÁNCHEZ. 2005. “La expansión residencial PAULSEN, A. 2014. “Negocios inmobiliarios, cambio socioespacial y contestación amurallada en la configuración metropolitana de Santiago de Chile”. En: C. de ciudadana en Santiago Poniente”. En: R. HIDALGO y M. JANOSCHkA, (eds.), La MATTOS y R. HIDALGO (eds.), Santiago de Chile. Movilidad espacial y Reconfi- ciudad neoliberal. Gentrificación y exclusión en Santiago de Chile, Buenos Aires, guración Metropolitana. pp. 117-136. Geolibros/IEUT. Eure Libros. Santiago de Ciudad de México y Madrid. pp. 75-98. Pontificia Universidad Católica de Chile/ Chile, Chile. Geolibros. Santiago de Chile, Chile. HIDALGO, R.; BORSDORF, A. y H. ZUNINO. 2008. “Las dos caras de la expansión PEREIRA, P. 2008. “Produção imobiliária e crise da cidade na emergência de uma residencial en la periferia metropolitana de Santiago de Chile: precariópolis nova forma de metrópole na América Latina”. En: P. PEREIRA y R. HIDALGO estatal y privatópolis inmobiliaria”. En: P. PEREIRA y R. HIDALGO (eds.), Pro- (eds.), Producción inmobiliaria y reestructuración metropolitana en América Lati- ducción inmobiliaria y reestructuración metropolitana en América Latina. pp. na. pp. 55-65. FAUSP/USP/Universidad Católica de Chile. Santiago de Chile, Chile. 167-190. FAUSP/USP/Universidad Católica de Chile. Santiago de Chile, Chile. PEREIRA, P. 2013. “Agentes imobiliários, e reestruturação: interesses e conflitos na HIDALGO, R.; ARENAS F.; SÁNCHEZ, R. y P. WOLkER. 2014. “La macrozona urba- construção da cidade contemporânea”. En: P. PEREIRA (ed.), Negócios imobi- na central chilena. Dudas sobre su sostenibilidad y vulnerabilidad”. En: P. liários e transformações sócio-territoriais em cidades da América Latina. pp. BRAND, R. HIDALGO, J. MONTOYA y L. PéREz (eds.) Metropolizaciones Colom- 23-31. CNPQ/USP/PUC/CONICIT. São Paulo, Brasil. bia-Chile: experiencias en Concepción, Medellín, Bogotá y Santiago. pp. 11-26. PIRENNE, H. 1983. Las ciudades de la Edad Media. Sexta edición. Alianza Editorial. Universidad Nacional de Colombia. Medellín, Colombia. Madrid, España. JANOSCHkA, M. 2002. “El nuevo modelo de la ciudad latinoamericana: fragmenta- PEREZ, M.; SALCEDO, R. y G. CÁCERES. 2012. “Apropiación y control social en un ción y privatización”. EURE, 28(85): 11-29. centro comercial de Santiago: prácticas socioespaciales y significaciones ado- JANOSCHkA, M y R. HIDALGO. 2014. “La ciudad neoliberal: estímulos de reflexión lescentes”. EURE, 38(113): 53-75. crítica”. En: R. HIDALGO y M. JANOSHCkA (eds.), La ciudad neoliberal. Gen- ROZAS, J; HIDALGO, R. y C. HERMOSILLA. 2015. Los pasajes y galerías comerciales trificación y exclusión en Santiago de Chile, Buenos Aires, Ciudad de México y en la configuración del espacio central en la ciudad de Santiago de Chile (siglos Madrid. pp. 7-32. Pontificia Universidad Católica de Chile/Geolibros. Santiago XIX y XX). [En prensa]. de Chile, Chile. SABATINI, F y F. ARENAS. 2000. “Entre el Estado y el mercado: resonancias geográ- JARAMILLO, S. 2009. Hacia una teoría de la renta del suelo urbano. Universidad de ficas y sustentabilidad social en Santiago de Chile”. EURE, 26(79): 95-113. Los Andes. Bogotá, Colombia. SANTANA, D. 2013. Precariópolis y privatópolis en la región metropolitana de Bogotá LEFEBVRE, H. 1970. Lógica dialéctica, lógica formal. Siglo XXI Editores. Madrid, (1990-2010). Un análisis socioespacial de los barrios cerrados. Departamento España. de Geografía. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá, Colombia. Tesis de LEFEBVRE, H. 1980. La revolución urbana. Tercera edición. Alianza Editorial. Grado. Madrid, España. SALAZAR, G. 2006. Ferias libres: Espacios residuales de soberanía popular. Sur edi- LEFEBVRE, H. 2013. La producción del espacio. Capitan Swings. Madrid, España. tors. Santiago de Chile, Chile. LEDGARD, R. y A. SOLANO. 2011. “Lima: transformaciones en la estructura e SALCEDO, R. y L. DE SIMONE. 2013. Una crítica estática para un espacio en constan- imagen de la metrópolis, situación actual y perspectivas”. En: C. de MATTOS, te renovación: El caso del mall en Chile. Atenea (Concepción) 507. Disponible W. LUDEñA y L. FUENTES (eds.). Lima-Santiago. Reestructuración y cambio en: http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0718-04622013000100008&script=s- metropolitano. pp. 24-44. Universidad Católica de Chile, Colección Estudios ci_arttext. [Consulta: septiembre, 2014]. Urbanos UC. Santiago de Chile, Chile. Rodrigo Hidalgo, Li l iana de Simone, 32 Daniel Santana y Federico Arenas Geografías del comercio en Santiago de Chile (1990-2010)... pp. 10—33 33 SIMMEL, G. 2008. The philosophy of Money. Routledge. Londres, Reino Unido. SMITH, N. 1996. The new urban frontier. Gentrification and the revanchist city. Routledge. Nueva York, Estados Unidos. SOJA, E. 1996. Thirdspace. Journeys to Los Angeles and other Real-and-Imaginated Places. Blackwell Publishing. Cambridge, Estados Unidos. STILLERMAN, J. 2006. “Private, parochial and public realms in Santiago, Chile’s retail sector”. City & Community, 5(3): 293-316. STILLERMAN, J y R. SALCEDO. 2010. “Es mucho más que comprar…Discursos y prácticas espaciales cotidianas en Malls de Santiago”. Estudios avanzados, 13: 79-103. THEODORE, N; PECk, J y N. BRENNER. 2009. “Urbanismo neoliberal: la ciudad y el imperio de los mercados”. Temas Sociales, 66: 1-11. WHITEHAND, J. 1994. “Development cycles and urban landscapes”. Geography, 79 (1): 3-17. YAÑEZ, G.; REHNER, J. y O. FIGUEROA. 2010. “Redes empresariales e informales en el mercado inmobiliario de Santiago de Chile”. Scripta Nova. Revista Electró- nica de Geografía y Ciencias Sociales, 14, 331 (91). Disponible en: http://www. ub.es/geocrit/sn/sn-331/sn-331-91.htm [Consulta: octubre, 2014]. ZUkIN, S. 1996. The cultures of cities. Wiley & Sons. Nueva York, Estados Unidos. ZUkIN, S. 2004. Point of Purchase. How shopping changed American culture. Routle- dge. Nueva York, Estados Unidos. ZUkIN, S. 2010. Naked City: The Death and Life of Authentic Urban Places. Oxford University Press. New York, Estados Unidos. Lugar y fecha de culminación: Santiago de Chile, mayo 2015 pp. 34—53 RecibLiudzo :M a.b rRi lo, d20rí1g5uez, Reinaldo Ol larves, Franck Audemard, André Singer, 34 Aceptado: julio, 2015 Sirel Colón, Chantal Miró y Hewart Viete Estudio paleosísmico en la traza activa de la fal la El Ávila... pp. 34—53 35 Estudio Resumen El sitio de trinchera se ubica en Santa Rosa, al este de Caracas. En este sector, la falla corta una secuencia de depósitos de ladera adosados al pie del macizo del Ávila, y presenta evidencias de movimiento de tipo transcurrente dextral con paleosísmico componente normal. La datación 14C de los marcadores de fallamiento obtenidos en la trinchera, estima que el período de retorno del sismo estaría en el orden de 3.200-3.500 años de magnitud máxima probable de 6,9 Mw, con una tasa de en la traza activa velocidad de desplazamiento promedio de 0,3 mm/año. La traza activa de la falla se encuentra sellada por depósitos de flujos torrenciales que no han sido de la falla El Ávila, Santa Rosa, deformados desde la ocurrencia del evento paleosísmico más reciente datado en 2.700 años antes del presente (750 años AC). La datación 14C de la secuencia de Caracas, Venezuela estos flujos torrenciales arroja un período de retorno de los mismos en el orden de 400 a 500 años. Es decir han transcurrido un poco más de 500 años desde el último evento datado. Paleoseismic studies in the active trace palabras clave: falla El Ávila; historia paleosísmica; amenaza sísmica; Caracas. of El Ávila fault, Santa Rosa, Caracas, Venezuela Abstract The site of trench is located in Santa Rosa, to the east of Caracas. In this sector, the fault’s active trace cuts a sequence of colluvial deposits contiguous to the foot of the Ávila, and presents evidence of transcurrent dextral movement with normal component. Based on the 14C dating of the fault markers obtained in the trench, it is estimated that the seism period of return is within the range of 3200-3500 years luz M. rodríguez with earthquakes of 6.9 Mw probable maximum magnitude and the fault’s movement speed average of 0.3 mm/year. The fault’s active trace has been sealed by deposits reinaldo ollarves of torrential flows that have not been deformed since the most recent paleoseismic event dated at 2700 years before the present (750 years BC). The 14 C dating of these franck audemard flows sequence suggests a return period about 400 to 500 years. In other words, barely over 500 years have passed since this last dated event. andré Singer Key words: El Ávila fault; paleoseismic history; seismic hazard; Caracas. Sirel colón Fundación Venezolana chantal Miró de Investigaciones Sismológicas (FUNVISIS). Departamento de Ciencias de la Tierra, Caracas, Venezuela Hewart Viete lrodriguez.funvisis@gmail.com Luz M. Rodríguez, Reinaldo Ol larves, Franck Audemard, André Singer, 36 Sirel Colón, Chantal Miró y Hewart Viete Estudio paleosísmico en la traza activa de la fal la El Ávila... pp. 34—53 37 1. Introducción por lo tanto inaccesible, con la excepción La distribución espacial de los epicentros de un tramo de 7 km reconocido en tierra de los sismos históricos e instrumentales por Weisbord (1957), previamente a la registrados en Venezuela atestigua que las construcción del actual aeropuerto Inter- 67°0'W 66°40'W principales ciudades del país se encuen- nacional Simón Bolívar de Maiquetía, en el Arrecifes edo. Vargas tran construidas en zonas sísmicamente estado Vargas. Serranía litoral activas, controladas por fallas que eviden- No obstante, es importante resaltar F Tacagua-El Ávila cian claras huellas de actividad tectónica que a todo lo largo de estos sistemas sis- reciente y que, por lo tanto, son capaces mogénicos principales existen también 19°32'N de generar terremotos cada cierto tiempo, fallas de menor longitud, pero capaces de unas con mayor intervalo de recurrencia generar sismos de magnitud moderada Caracas que otras. No obstante, el registro histórico (≤ 6,5-6,8 Mw), que es necesario evaluar Sitio de estudio paleosísmico de la actividad sísmica del país abarca un detenidamente, como es el caso del sistema Guarenas-Guatire poco más de 500 años; es decir una ventana Tacagua-El Ávila, en su condición de fuente de tiempo muy restringida a escala geoló- local de amenaza sísmica para la ciudad ca- gica. Aunque los accidentes sismogénicos pital, los centros urbanos y las infraestruc- de mayor potencial como los sistemas de turas de importancia vital más cercanas a fallas de Boconó, San Sebastián y El Pilar, la misma (figura 1). presentan períodos de recurrencia del En consecuencia, el presente estudio 19°18'N orden de 300 a 450 años (Audemard, 1998; paleosísmico tiene como objeto evaluar Audemard et al., 2000), muchas de las la actividad geológica reciente de la falla demás fallas activas en el norte del país, El Ávila. Este conocimiento reviste una sobrepasan este lapso, como es el caso del importancia estratégica, sobre todo en sistema de fallas Oca-Ancón, cuyos sis- consideración al silencio que caracteriza la mos característicos alcanzan períodos de actividad sísmica de esta falla y la incerti- recurrencia del orden de 1.900 años para dumbre concerniente a la traza activa de la la falla de Ancón y 4.300 años para la de misma. Oca (Audemard, 1993; 1996). Gracias a los estudios de paleosismología efectuados en 2. Traza activa de la falla Venezuela desde hace más de 30 años, se Tacagua-El Ávila logró afinar los parámetros sismogénicos Las exigencias de selección de un sitio favo- de un número apreciable de fallas activas, rable para la excavación de una trinchera información esta de vital importancia para paleosísmica en el sistema de fallas Taca- la evaluación de la amenaza sísmica (Sin- gua-El Ávila, han conducido al reconoci- figura 1. Ubicación relativa del sitio de trinchera paleosísmica y del sistema de fallas Tacagua– ger y Audemard, 1997; Audemard, 2003; miento detallado de la actividad tectónica El Ávila, entre Arrecifes y Guatire, serranía Litoral de la cordillera de la Costa, región centro- Audemard, 2005). reciente a lo largo de la traza convencional norte de Venezuela. En la región centro-norte del país, la conocida de este accidente estructural Fuente: Modificado de Garrity et al., 2004 fuente tectónica de mayor significado (Aguerrevere y Zuloaga 1937; Dengo, 1951; sismogénico corresponde al sistema de Wehrmann, 1972; Rial, 1973; Singer, 1974, fallas de San Sebastián, que se extiende 1977a; Fanti, et al., 1980; FUNVISIS, 1983; costa afuera en el lecho submarino y es Suarez y Nábelek 1990; Acosta, 1997 y Luz M. Rodríguez, Reinaldo Ol larves, Franck Audemard, André Singer, 38 Sirel Colón, Chantal Miró y Hewart Viete Estudio paleosísmico en la traza activa de la fal la El Ávila... pp. 34—53 39 Singer et al., 2007). A tal efecto, se apro- A los fines de evaluar la amenaza sís- vecharon las fotos aéreas de la Misión 8 mica para esta falla, se consideraron los (años 1936-39) y 172 (año 1961) del Instituto criterios de segmentación propuestos por Geográfico de Venezuela Simón Bolívar (IG- Audemard et al. (2000). A ambos lados de la VSB), que constituyen un recurso valioso, inflexión pronunciada de la traza de esta para la interpretación de las características falla entre Plan de Manzano y Catia (figura estructurales y neotectónicas del corredor 2). Al oeste de esta inflexión el segmento de fallas, así como para la selección de un Tacagua abarca una extensión de 15 km sitio de trinchera paleosísmica. Ollarves et entre Arrecifes y Catia (figura 2a), con un al., (2007) realizaron la cartografía neo- rumbo N70˚O; en cuanto al segmento El tectónica del sistema de fallas Tacagua-El Ávila ubicado al Este de la inflexión entre Ávila entre la costa cerca de Arrecifes Catia y Guatire, (figuras 2b1, b2 y b3), su a (estado Vargas) hasta el población de Gua- extensión reconocida abarca unos 50 km tire (estado Miranda); esta falla controla el con un rumbo general O-E, y controla el margen norte de las depresiones tectónicas piedemonte sur de la serranía del Ávila. de Caracas y de Guarenas-Guatire (figura Es de hacer notar que la referida inflexión 2). El movimiento reciente entre Arreci- no constituye sino una barrera relativa fes y Guatire se obtuvo de las evidencias significativa, debido al movimiento trans- b1 diagnósticas identificadas a lo largo de la currente transtensivo de la falla. traza activa cartografiada y confirmada en A continuación se describen las caracte- campo, ratificando el carácter dextral con rísticas de cada segmento señalado. b2 una componente normal del movimiento de la misma. 2.1 Segmento Tacagua Entre Guatire e Higuerote, la prolon- Entre la costa y el río Mamo, la falla sigue gación de la traza activa es aún mal co- un rumbo N60°-70°O, en dirección del nocida y no fue evaluada en este trabajo. Cerro Negro donde corta rocas metamórfi- En el mapa geológico regional, referencia cas y genera bermas, además de drenajes 6947-III-NE por Urbani y Rodríguez (2004), desviados y desplazados en forma dextral. aparece inferida como un trazo de línea En el mismo Cerro Negro se midieron segmentada desde la población de Araira desplazamientos de tipo lateral dextral b3 pasando por los valles de Chuspita, Salme- en el orden de 50 a 150 m (figura 3), con rón y Birongo para continuar con dirección un desplazamiento vertical que levanta el figura 2. Trazado del sistema de fallas Tacagua–El Ávila. Evidencias morfológicas de actividad Figura 2. Trazado del sistema de fallas Tacagua–El Ávila. Evidencias morfológicas de actividad tectónica a la población de Barlovento en el estado bloque norte a contra-pendiente, y el cual tectónica reciente. (a) segmento Tac gua, desde l cerca ía de Mamo hasta C tia; (b1) segmento recÁievni ltae,. s(ae)c sceigómn eenntotr eT aCcaagtiuaa ,y dLeossd eC lhao crerrocsa,n (íba 2d)e s Megameon htaos tÁav Ci laat,i as;e (cbc1i)ó nse egnmterent oL oÁsv Cilha,o sreroccsi óhna setnatr e Miranda. También en las imágenes de ra- se evidencia claramente en la bajada de la CaItziac ayr aLgous aC, h(obr3ro) ss,e (gbm2)e snetgom Áevnitloa ,Á sveiclac, isóenc ceinótnr ee nItzrcea Lraosg uCah oyr rGous ahtaisreta. Izcaragua, (b3) segmento Ávila, dar se evidencia un lineamiento que hace Autopista Caracas-La Guaira pasando el secFcuióenn teen:t rMe oIzdciafircaagudao yd Ge uOaltliarer v(eMso edti faicla.,d 2o0 d0e7 Ollarves et. al., 2007) pensar que la falla se extiende hasta la túnel de Boquerón 1, por el desnivel corres- región de Higuerote; es una zona que debe pondiente de un remanente de superficie ser estudiada a partir de imágenes aero- de aplanamiento de probable edad plioce- fotográficas y de misiones de campo para no, la cual antefecha el probable inicio de corroborar sí hay evidencias de actividad la actividad neotectónica de la falla (FUN- cuaternaria en esta región. VISIS, 1983). Mediciones microtectónicas Luz M. Rodríguez, Reinaldo Ol larves, Franck Audemard, André Singer, 40 Sirel Colón, Chantal Miró y Hewart Viete Estudio paleosísmico en la traza activa de la fal la El Ávila... pp. 34—53 41 tire (entre La Urbina y Universidad Metro- los abanicos piemontinos del Pleistoceno politana hasta Guatire). La velocidad de la inferior a modo de escama tectónica y de falla El Ávila fue estimada por Audemard acuerdo con un patrón geométrico similar et al., (2000), en 0,4 mm/año, con un perío- observado en la extremidad oeste del valle do de retorno de 2.500 años, para generar de Caracas, advertido por Dengo (1951) en un sismo máximo probable de 6,8 Mw. la cartografía de esta falla. CD ~ 150 m 2.2.1 Tramo Caracas 2.2.2 Tramo Caracas-Guatire LO A lo largo del piedemonte sur del Ávila, Entre las depresiones tectónicas de Cara-FT la falla sigue un rumbo general O-E y se ex- cas, Guarenas y Guatire, la traza de este presa en la morfología por medio de escar- tramo de la falla se reconoce por medio pes tectónicos (figura 2b1). de un profundo y estrecho valle de falla A lo largo de la Av. Boyacá (Cota Mil), rectilíneo, excavado por la erosión diferen- los abanicos fluvio torrenciales del valle de cial, y a expensas de un marcador morfo- Caracas se encuentran cruzados en forma tectónico de extensión regional constituido de tijera, como reflejo de una componen- por la superficie de aplanamiento de 1.200 te vertical inversa en este tramo de falla msnm de probable edad pliocena (Singer, (Singer, 1974; 1977a y Singer et al., 2007). 1977b), correspondiente a la envolvente to- En la Puerta de Caracas (La Pastora), la pográfica del bloque deprimido piemontino traza alabeada del sistema de falla define (figura 4). De esta manera, la morfología de el contacto estructural entre los abanicos erosión diferencial entallada o excavada piemontinos y el macizo rocoso, además por el drenaje a lo largo de la traza de la flexura el cuerpo de las referidas acumula- falla, dificulta la obtención de evidencias ciones cuaternarias. Este dispositivo mor- de actividad neotectónica susceptibles de figura 3. Expresiones neotectónicas diagnósticas de la falla Tacagua en Cerro Negro: LO: lomo foestructural se evidencia en particular presentarse a lo largo de la misma (figura de obturación; FT: faceta triangular, CD cresta desplazada. en los abanicos del Pleistoceno inferior de 2b2; 2b3), como suele ocurrir en la mor- Foto: Ollarves, 2007 La Pastora y de San Bernardino y en los del fología ‘criptotectónica’ de fallas activas Marqués, en ambas extremidades oeste y desarrolladas en ambiente climático muy efectuadas por Acosta (1997), indican la la con las depresiones tectónicas de Caracas este del valle de Caracas, donde el trazado húmedo (Cotton, 1950; Bloom, 1978). Preci- ocurrencia de dos movimientos: el más vie- y Guarenas-Guatire, y controla el estrecho de la falla sufre inflexiones sigmoidales de samente, la revisión fotogeológica detalla- jo de componente normal, y el más reciente valle de falla ubicado entre estas poblacio- importancia. da del sector de la traza de falla ubicado al de tipo transcurrente dextral. En dirección nes. La traza activa del segmento El Ávila En el sector de Boleíta-Los Chorros, noreste de la Universidad Metropolitana a Plan de Manzano, la falla de Tacagua presenta una longitud tres veces mayor la falla presenta dos trazas activas, una (UNIMET), (sector Padrón de Santa Rosa) tuerce su rumbo para adoptar una direc- que el segmento Tacagua y se encuentra principal muy rectilínea al norte, y la otra al este de Caracas, reveló la existencia de ción general cercana a O-E (figura 2a), y subrayado por la geometría de escarpes alabeada al sur. La traza norte constituye paleoescarpes cosísmicos deformando deja de llamarse Tacagua para pasar a ser de falla con facetas triangulares. Por las ca- la prolongación de la falla El Ávila y se la base del escarpe de línea de falla de la la falla El Ávila. racterísticas morfológicas del segmento, la adentra en el macizo rocoso entre el escar- traza El Ávila, ubicado por debajo del nivel falla El Ávila se ha dividido en dos tramos, pe de falla identificado en la salida este del de referencia morfoestratigráfica de la cota 2.2 Segmento El Ávila el primer tramo de falla se ha denominado viaducto de Los Chorros y el distribuidor 1.200 msnm, bajo la forma de bermas tectó- Este segmento de falla de dirección E-O Caracas (entre Catia y La Urbina) y el se- de la quebrada Galindo; la traza sur ase- nicas una de las cuales fue favorable para asegura la articulación del macizo del Ávi- gundo tramo de falla llamado Caracas-Gua- gura el contacto entre el macizo rocoso de la excavación de un sitio de trinchera. Luz M. Rodríguez, Reinaldo Ol larves, Franck Audemard, André Singer, 42 Sirel Colón, Chantal Miró y Hewart Viete Estudio paleosísmico en la traza activa de la fal la El Ávila... pp. 34—53 43 3. Estudio paleosísmico de dimensiones 3 m de profundidad por 1,5 la trinchera de Santa Rosa m de ancho y 16 metros de largo. El levan- tamiento de la trinchera paleosísmica se 3.1 Materiales y métodos realizó entre noviembre de 2008 y febrero La excavación de una trinchera de explo- de 2009, con el apoyo logístico de la Cons- ración paleosísmica en la falla El Ávila tructora Nolberto Odebrecht. respondía a la necesidad de conocer la actividad reciente de esta falla, tomando en 3.1.2 Levantamiento geológico cuenta el vacío de información sismológica de las paredes de la trinchera tanto histórica, como instrumental que ca- Previamente al levantamiento se procedió racteriza a la misma, y la condición de este a raspar y lavar con agua a presión ambas accidente estructural como falla de sitio en paredes de la trinchera, con el fin de dife- los estudios de amenaza sísmica para Cara- renciar claramente las capas de sedimentos cas, ciudad capital, y sus infraestructuras expuestos en la excavación; seguidamente de servicio. A tal efecto, la excavación de se colocó un mallado de 1 m por 1 m para esta trinchera debía cumplir los siguientes facilitar el levantamiento geológico de cada objetivos: en primer lugar, documentar la pared (figura 6). De esta manera, se eviden- actividad tectónica reciente de la falla, en ció que los niveles de sedimentación más particular durante el Holoceno; y en segun- profundos se encontraban cortados por la do lugar, proporcionar insumos de infor- traza activa de la falla El Ávila, pero no los mación sobre la historia de la actividad tres últimos niveles más superficiales. La sísmica de la falla con base a dataciones expresión de la falla en la excavación es la radiocarbónicas de marcadores sedimenta- de un embudo abierto hacia la superficie y rios deformados. colmatado luego de cada evento sísmico por colapsos de materiales ricos en materia or- 3.1.1 Condiciones de sitio gánica. En función de las interpretaciones Para cumplir con los objetivos señalados, preliminares, el muestreo se realizó con se ubicó el sitio de trinchera paleosísmica el objetivo de entender y conocer la crono- en una de las bermas tectónicas, reconoci- logía de los eventos ocurridos durante el das en el sector Padrón, de la parte baja del Holoceno, no sólo la historia de la actividad topo Santa Rosa (figura 5). En este sitio, las sísmica de la falla, sino además, conocer la referidas bermas cortan los depósitos de cronología de la secuencia estratigráfica de ladera compuestos por deslaves adosados tres niveles sucesivos que sellan la misma. al pie del Ávila. De esta manera, existían Dentro del embudo de falla, se tomaron 5 buenas expectativas de hallar evidencias muestras en la pared este y 2 muestras en de deformaciones cosísmicas en los mate- la pared oeste; en la secuencia estratigráfi- riales de deslaves, en la vertical cortada ca que sella la falla momentáneamente, el figura 4. Trazas de fallas en échelon, en el sector La Culebrilla, con el detalle de las evidencias por la trinchera de manera perpendicular muestreo se realizó en la base de cada uno morfotectónicas de actividad reciente. En la falla F2 BT: berma tectónica, EF: escarpe de falla, al escarpe de falla. La trinchera se excavó de los tres niveles que componen la secuen-FT: faceta triangular, RR: remanente de la superficie residual de cota 1.200 msnm. con una orientación N-S, perpendicular cia. El cuadro 1 presenta los resultados de Foto: Ollarves, 2007 a una de estas bermas, con las siguientes las edades radiocarbónicas obtenidas y las Luz M. Rodríguez, Reinaldo Ol larves, Franck Audemard, André Singer, 44 Sirel Colón, Chantal Miró y Hewart Viete Estudio paleosísmico en la traza activa de la fal la El Ávila... pp. 34—53 45 figura 5. Ubicación del sitio de excavación paleosísmico en Santa Rosa. BT: berma tectónica, PF: plano de falla, TSR: trinchera paleosísmica, UNIMET: Estacionamiento Universidad Figura 5. UbMicetarcoipóonl it adnFoto: Audeme a arl . d s, i2t0io07 de excavación paleosísmico en Santa Rosa. BT: berma tectónica, PF: plano dfeig ura 6. Limpieza de las paredes de la excavación, previo al levantamiento geológico falla, TSR: trinchera paleosísmica, UNIMET: Estacionamiento Universidad Metropolitana. Foto: AudemardFd e ot las mismas. o: Rodríguez, 2008 (2007) Luz M. Rodríguez, Reinaldo Ol larves, Franck Audemard, André Singer, 46 Sirel Colón, Chantal Miró y Hewart Viete Estudio paleosísmico en la traza activa de la fal la El Ávila... pp. 34—53 47 figuras 7 y 8 el levantamiento geológico de ambas paredes (N19°E) 610-690 DC Pared Este con la ubicación de los sitios muestreados. 1 340-540 DC 1010-1170 DC 1 1450-1650 DC cuadro 1. Listado de las muestras datadas por C14 (trinchera paleosísmica de Santa Rosa). 5 Fuente: elaboración propia 2 430-620 DC 2 4 7 referencia referencia Edad Edad calibración calibración 3 2 6 Muestra beta radiocarbonica radiocarbónica año calendario año calendario (funvisis) analytic convencional con curva 2 sigma 1 sigma 32 sigma 95 % 1 sigma 68 % 1 3 Edad ac (años) de calibración 95 % 68 % ac ap 15 VEn-01-08 244375 5700 4530 (AC) - 6480 (AP) 4670-4640 (AC) 4560-4490 6620-6590 6500-6440 920-800 DC 1130-920 DC 4620-4460 (AC) 6570-6400 4670-4640 DC 4 ESCALA 4620-4460 AC VEn-02-08 244376 2860 1010 (AC) - 2960 (AP) 1130-920 (AC) 1080-980 (AC) 3080-2870 3030-2930 0 1 2 3 4 m VEn-03-08 244377 2700 830 (AC) - 2780 (AP) 920-800(AC) 900-810 (AC) 2870-2750 2850-2760 VEn-04-08 244378 1630 420(DC) - 1530 (AP) 340-540 (DC) 390-430 (DC) 1610-1410 1560-1520 28 27 26 25 24 23 22 21 20 19 18 17 VEn-05-08 244379 1370 660 (AC) - 1290 (AP) 610-690 (DC) 640-670 (DC) 1340-1260 1300-1280 figura 7. Estratigrafía de la pared este de la trinchera Santa Rosa y ubicación de los sitios de VEn-06-08 244380 950 1040 (DC) - 910 (AP) 1010-1170 (DC) 1030-1160 (AD) 940-780 920-800 muestras datadas por C14. VEn-07-08 244381 340 1520 (DC) 430 (AP) 1450-1650 (DC) 1470-1640 (AP) 500-300 480-310 1590 (DC) 360 AP) 1620 (DC) 330 (AP) VEn-08-08 244382 910 1160 (DC) 800(AP) 1030-1220 (DC) 1040-1170 (DC) 920-730 910-780 Pared Oeste VEn-09-08 244383 500 1430 (DC) 520(AP) 1400-1450 (DC) 1410-1440 (DC) 550-500 540-510(AP) 3630-3370 AC VEn-10-08 244384 110 1700 (DC) 250(AP) 1670-1780 (DC) 1680-1740 (DC) 280-170 (AP) 270-210 (AP) 1720 (DC230(AP) 1800-1950 (DC) 1810-1930 (DC) 150- 0 (AP) 140-20 (AP) 1 760-680 AC 1820 (DC) 130 (AP) 1950-1960 (DC) 1950-1960 (DC) 0-0 (AP) 0-0 (AP) 13 670-400 AC 1670-1780 DC 1840 (DC) 110 (AP) 1800-1950 DC2 1030-1220 DC -21950-1960 DC 1880 (DC) 70(AP) 14 1920 (DC) 40 (AP) 3 12 1400-1450 DC -3 1950 (DC) 0 AP) 11 10 VEn-11-08 244385 5080 3940(AC) 5890 (AP) 3970-3780 (AC) 3960-3900 (AC) 5920-5730 5900- 8 6810-6590 AC 9 -4 3850 (AC) 5800 (AP) 3880-3800 (AC) 5850(AP) 3820 (AC) 5770 (AP) 5840-5750 ESCALA 0 1 2 3 4 m 3970-3780 AC VEn-12-08 244386 2430 510 (AC) 2460 (AP) 760-680 (AC) 730-690 (AC) 2710-2630 2680-2640 -5 670-400 (AC) 540-410 (AC) 2620-2350 2500-2360 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 VEn-13-08 244387 4710 3510 (AC) 5460 (AP) 3630-3370 (AC) 3620-3590 (AC) 5580-5320 5570-5540 figura 8. Estratigrafía de la pared oeste de la trinchera Santa Rosa, con la ubicación de los 3530-3500 (AC) 5480-5450 sitios de muestras datadas por C14, para facilitar su comparación con la pared este, esta pared 3440-3380 (AC) 5390-5330 es imagen especular de la original. VEn-14-08 244488 7840 6650 (AC) 8600 (AP) 6810-6590 (AC) 6690-6630 (AC) 8760-8540 8640-8580 VEn-15-08 244489 1520 550 (DC) 1400 (AP) 430-620 (DC) 540-590 (DC) 1520-1330 1420-1360 ac= Antes de Cristo; ap= Antes del presente; Dc= Despues de Cristo; (*) = Analisis realizado en los laboratorios de Beta Analytic, INC, USA con el metodo AMS Estándar Delivery Luz M. Rodríguez, Reinaldo Ol larves, Franck Audemard, André Singer, 48 Sirel Colón, Chantal Miró y Hewart Viete Estudio paleosísmico en la traza activa de la fal la El Ávila... pp. 34—53 49 4. Resultados un color rojo ladrillo claro principalmente sellan actualmente la falla, se depositaron 4.2 Actividad morfogenética El levantamiento geológico detallado de en la secuencia fallada, hasta los niveles entre los 400 años después de Cristo (DC) de la secuencia las dos paredes permitió, en primer lugar, gris oscuro a gris claro coluvionados que y la actualidad, mientras que las edades estratigráfica superior evidenciar que la traza activa de la falla siguen en dirección a la superficie y co- obtenidas de los sedimentos en el embudo no fallada El Ávila corta los niveles de sedimentos rresponden a la secuencia estratigráfica no de falla están en el orden de los 4.000 años La trinchera paleosísmica de Santa Rosa más profundos, pero no afecta la secuencia fallada. Con el resultado de las dataciones y 700 años antes de Cristo (AC). abrió una ventana en el conocimiento de la estratigráfica de sedimentos más recien- se reconstituyó la actividad paleosísmica Del resultado obtenido en las datacio- dinámica morfogenética que ha dominado tes (figuras 9 y 10). En segundo lugar, se de la falla El Ávila y la actividad morfoge- nes (muestras 1, 2 y 3, de la pared este, el flanco montañoso sur del Ávila, parti- evidenció que los sedimentos que compo- nética de la secuencia estratigráfica que y 11 y 12 pared oeste, figuras 10 y 11), se cularmente en los últimos 2.000 años. El nen la secuencia estratigráfica fallada y sella la misma. estimó que el período de retorno de la muestreo realizado en la base de cada uno no fallada, en su mayoría corresponden a traza activa de la falla El Ávila, se encuen- de los niveles que componen la secuencia materiales de ladera desordenados con ca- 4.1 Actividad paleosísmica tra en el orden de los 3.200 a 3.500 años. estratigráfica que sella la falla (figuras 7 racterísticas de deslaves de origen reciente, Una primera interpretación condujo a En comparación con el valor inicialmente y 8), sugieren que cada 400 a 500 años en que contienen bloques aislados sub-angu- pensar que la falla tendía a tener periodos calculado por Audemard et al., (2000), el el flanco sur del Ávila, suceden eventos lares de tamaños variados, embebidos en de recurrencia muy largos, presunción que periodo de retorno aumenta, y la velocidad esporádicos de aludes torrenciales, como lo una matriz arenosa con una importante pudo ser validada y corroborada con los de movimiento baja a razón de 0,3 mm/año. refiere Singer et al., (2010). fracción fina limo-arcillosa. El color de resultados radiocarbónicos. Las muestras Para el cálculo del sismo máximo probable La edad obtenida correspondiente al estos niveles estratigráficos varía desde tomadas en la secuencia estratigráfica que se utilizó la ecuación (M = 3,98+log(RA) evento sello de deslaves más antiguos se de Wells and Coppersmith, (1994), donde obtuvo de la muestra de carbón N° 15 (figu- 2 Pared Este Pared Oeste (RA) es el área en km , la longitud para la ra 7), tomada en la pared este, esta datación falla El Ávila, está estimada en 50 km y la fecha el inicio de la secuencia no fallada, y 760-680 AC 670-480 AC profundidad en 15 km, obteniéndose enton- la edad está entre los 430 años a 620 años ces una magnitud máxima probable de 6,9 DC. El segundo evento en orden cronológi- Mw, difiriendo en una décima con el valor co arrojó una edad entre los 1.000 y 1.100 previamente estimado por Audemard et al., años DC, obtenido a partir de las muestras (2000). N° 6, pared este y N° 8, pared oeste. La data- 12 Han transcurrido aproximadamente ción más reciente obtenida en estos flujos 2.700 años, del último paleo-evento sísmico torrenciales está alrededor de los 1.450 y 3 2 identificado bajo un sello de tres niveles 1.600 años DC (muestra N°7 pared este, y 11 estratigráficos, el cual arrojó una edad 14C muestra N° 9 pared oeste). El diferencial de 1 1130-920 AC de 760 años–680 años AC, (muestra 12 de tiempo entre cada evento oscila entre 400 y la pared oeste; figura 11), aún faltan unos años 500, entonces, pareciera ser que esta- años para que esta falla nuevamente se mos en la ventana de tiempo de ocurrencia 920-800 AC active, pero es importante recordar que de este tipo de eventos. Para un mejor en- 4670-4640 AC mientras más tiempo haya transcurrido tendimiento se ha tomado el levantamiento 4620-4460 AC 3970-3780 AC del último evento, más cercano está el geológico de la pared este (figura 11), donde próximo. se expone la correlación cronoestratigrafía figura 9. Ampliación del embudo de falla de la figura 10. Detalle de la figura 8: los niveles figura 7, con indicación de los niveles sedimentarios más antiguos se encuentran de los paleoventos datados. sedimentarios cortados por la falla sellada, y cortados por la falla, mientras que los más Las evidencias encontradas en la exca- niveles sedimentarios recientes que sellan la recientes permanecen deformados. vación paleosísmica conforman un registro falla. Luz M. Rodríguez, Reinaldo Ol larves, Franck Audemard, André Singer, 50 Sirel Colón, Chantal Miró y Hewart Viete Estudio paleosísmico en la traza activa de la fal la El Ávila... pp. 34—53 51 (FNi1g9°uEr) a 12. Correlación cronoestratigráfPicaar edde E lsotse paleo-eventos torrenciales por medio de palpable que nos recuerda que este tipo de En la trinchera paleosísmica, además de 14 eventos, probablemente de características conocer la historia cronológica de la falla, Filga udraata 1c2ió. nC oCrr eelnac liaó ntr icnrcohneoreas ptraalteiogsráísfmiciac ad eS alonsta p Raloesoa- e(1v0ena tyo s1 0tobr)r.e nciales por medio de 1 1 parecidas a lo sucedido en el estado Vargas particularmente durante el Holoceno, se la datación 14C en la trinchera paleosísmica Santa Rosa (10a y 10b). en 1999, ha ocurrido y ocurrirá en el flanco conoció la edad relativa de eventos esporá- Figu ra 12. Correlación cronoestratigráfica de los paleo-eventos torrenciales por medio de (a) sur de la serranía, donde el valle de Ca- dicos de flujos torrenciales ocurridos en los 2 la d atación 14C en la trin5chera paleosísmica Santa Rosa (10a y 10b). 2 racas se comportaría como el almacén de últimos 2.000 años de registros grabados en (a) 4 7 3 6 los flujos torrenciales provenientes de las el tiempo, que han dejado su huella y que de (a) 2 laderas del Ávila. forma momentánea han sellado la falla. El 3 1 3 período de retorno de estos eventos, cuyos se- 15 5. Conclusiones dimentos reposan sobre los niveles fallados, El estudio paleosísmico de la trinchera se encuentran en el orden de los 400 a 500 4 Santa Rosa confirmó la actividad reciente años, el más reciente datado responde a una ESCALA 0 1 2 3 4 m de la falla El Ávila, accidente perteneciente edad entre 1.450 y 1.600 DC, lo que indica que al sistema Tacagua-El Ávila. En la excava- el próximo evento de este tipo se encuentra 28 27 26 25 24 23 22 21 20 19 18 17 ción quedó expuesta la traza activa cortan- en la ventana de tiempo de ocurrencia. do sedimentos cuaternarios. Los paráme- tros de esta falla estimados inicialmente 6. Agradecimientos por Audemard et al., (2000) fueron: veloci- Los autores agradecen a la dibujante Marina 114450 DC -- 1 615605 D0 CD C 1450 DC - 1650 DC dad de 0,4 mm/año y un período de retor- Peña, por su apoyo en los dibujos presenta- no de 2.500 años y la magnitud del sismo dos en esta investigación, al grupo de trabajo ((bb)) 1450 DC - 1650 DC máximo probable se tenía en 6,8 Mw. Del que apoyó el levantamiento de las paredes presente estudio se obtuvo una velocidad de la trinchera (Carlos Reinoza, Richard ( b ) de 0,3 mm/año, y un periodo de retorno Montenegro, Johana Ojeda, Iliana Aguilar y en el orden de los 3.200-3.500 años, signi- Maxlimer Vallée); a Franco Urbani, por sus 1010 DC - 1170 DC 10101100 DC - 1111770 0D DC C 430 DC - 620 DC ficando que el nivel de amenaza es menor observaciones y sugerencias al trabajo, así 443300 DC - 662200 D DCC al previamente estimado, y la magnitud como a los revisores anónimos, por su revi- del sismo máximo probable es de 6,9 Mw. sión y sugerencias que ayudaron a mejorar la 1010 DC -1170 DC Han transcurrido aproximadamente 2.700 presente contribución. A la Compañía ODE- 430 DC -620 DC años del último evento sísmico datado, aún BRECHT, por su apoyo en la logística de la RReRlellellenlneoon oa ratriitffiifcciicaiiala ml modoeddreneronr on o Niivelleess i ninferior feriores dees dees ldaveessl afavlelasd foasl lados faltan algunos siglos, para entrar en la excavación paleosísmica en el sector Padrón, EvEevnetno t -oRs- sR eeellelllloleol n eddonee o dad eraestrisltaflivafceviicsae imlsa mlám sm oáredosc edrireennrctoniee o n te ventana de tiempo, del período de retorno parte alta de Santa Rosa. Niveles infeEvento-sello de deslaves intermediario Pllanoo n noroter tdee ld eml ebumdbo ucdosoís cmoiscríioso mdrei scla od F eda eldl ael asE llFa Áavlveliasl a fE all Álavdiolas Evento- s ello de d eslaves intermediario estimado. Evento-sello de deslaves más reciente EvEevnetnot-os- es elllloo dee deesslalavvese s m másá asn atingtuiog uo Plano norte del embudo cosísmico de la Falla El Ávila RRelEellevlneon otao r-a ts rietfliflcoiica idla eml dmoedosedlarenvroens o intermediario Niveles inferiores de deslaves fallados figFuirgau r a1 11.1 .D DaattaacciEóinvó ecnr ot ocn- os reeolslntorao dtieg srdátefriscalaat vdieges rl oámsf ápisca laeno tdeigve eun olt ooss d pe aorliegeone tvorerenntcoiasl yd ceal iobrrigen t Evento-sello de deslaves más reciente ación de olorsr emniscmioasl, y calibración de los pmori s mmedoios ,d ep olors mreseudltaidoo sd rea dliocsá rrbeosniucoltsa edn olas sreacudeniocica áesrtbraotingriácfiocas qeune sleall as elac fualelan. c(Siiang eers ettr alt.,i gráfica que sella 20 10) Plano norte del embudo cosísmico de la Falla El Ávila la falla . Evento- s ello de deslaves intermediario Fuen teF:i gSuirnag 1e1r. eDta taalc.i,ó 2n0 c1r0o noestratigráfica de los paleoeventos de origen torrencial y calibración de los mismos, por mediEov denet ol- os esl lroe sdue ldtaedsloasv ersa dmioásc áanrbtiognuioc os en la secuencia estratigráfica que sella la falla. (Singer et al., 2010) Figura 11. Datación cronoestratigráfica de los paleoeventos de origen torrencial y calibración de los mismos, por medio de los resultados radiocárbonicos en la secuencia estratigráfica que sella la falla. (Singer et al., 2010) Luz M. Rodríguez, Reinaldo Ol larves, Franck Audemard, André Singer, 52 Sirel Colón, Chantal Miró y Hewart Viete Estudio paleosísmico en la traza activa de la fal la El Ávila... pp. 34—53 53 7. Referencias citadas RIAL, J. 1973. “La fosa tectónica de Tacagua y su relación con la sismicidad de la ACOSTA, L. 1997. Estudio de la traza activa de la falla de Tacagua-El Ávila para fines de región de Caracas”. Boletín de la Sociedad Venezolana de Geólogos, 8(3): 49-54. microzonificación sísmica del corredor estratégico Caracas-Litoral norte-central SINGER, A. 1974. “Acumulaciones holocenas torrenciales catastróficas, de posible de Venezuela. Memorias del VIII Congreso Geológico Venezolano. Tomo I: 21-27. origen sísmico, y movimientos neotectónicos de subsidencia en la parte orien- AGUERREVERE, S. & G. ZULOAGA. 1937. Geological notes on the central part of the Cor- tal del Valle de Caracas”. Geos, 22: 64-65. dillera de la Costa. Ministerio de Fomento. Caracas, Venezuela. SINGER, A. 1977a. Tectónica reciente, morfogénesis sísmica y riesgo geológico en AUDEMARD, F. A. 1993. Trench investigation across the Oca-Ancon fault system, Nor- el graben de Caracas. Seminario de Riesgo Geológico. OEA/FUNVISIS/UCV. thwestern Venezuela. Second International Symposium on Andean Geodynamics. Caracas, Venezuela. pp. 51-54. Oxford-England. (Extended abstract). SINGER, A. 1977b. Síntesis regional de la evolución geomorfológica de la Cordille- AUDEMARD, F. A. 1996. “Paleosismicity studies on the Oca-Ancon fault system, nor- ra de la Costa en el área de Caracas. V Congreso Geológico Venezolano. Cara- thwestern Venezuela”. Tectonophysics, 259: 67-80. cas, Venezuela (noviembre). AUDEMARD, F. A. 1998. “Contribución de la paleosismología a la sismicidad histórica: SINGER, A. y F. A. AUDEMARD. 1997. Aportes de FUNVISIS al desarrollo de la geo- los terremotos de 1610 y de 1894 en los Andes venezolanos meridionales”. Revista logía de fallas activas y de la paleosismología. En: J. GRASES (ed.). Diseño Sis- Geográfica Venezolana, 39(1-2): 87-105. morresistente: Especificaciones y Criterios Empleados en Venezuela. pp. 25-38. AUDEMARD, F. A. 2003. “Estudios paleosísmicos por trincheras en Venezuela: métodos, vol. XXXIII. Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales. Caracas, alcances, aplicaciones, limitaciones y perspectivas”. Revista Geográfica Venezola- Venezuela. na, 44(1), 11-46. SINGER, A.; ZAMBRANO, A.; OROPEZA, J. y M. TAGLIAFERRO. 2007. Cartografía de AUDEMARD, F. A. 2005. “Paleoseismology in Venezuela: Objectives, methods, applica- las unidades geológicas cuaternarias del valle de Caracas a escala 1:25.000. IX tions, limitations and perspectives”. Tectonophysics, 408: 29-61. Congreso Geológico Venezolano, (CD). Caracas, Venezuela. AUDEMARD, F. A.; MACHETTE, M.; COX, J.; DART, R. & H. HALLER. 2000. Map and Da- SINGER, A.; RODRÍGUEZ, L.; AUDEMARD, F., y R. OLLARVES. 2010. Estimación del tabase of Quaternary Faults and Folds in Venezuela and its Offshore Regions. USGS periodo de retorno de manifestaciones de aludes torrenciales en la serra- Open-File report 00-0018 (accessible from USGS web page; open file reports ofr nía del litoral por medio de dataciones C14 obtenidas en trinchera al pie del -00-0018). Ávila y por vía arqueológica en las formaciones aluviales de Caracas. En: J. L. BLOOM, A. L. 1978. Geomorphology. Prentice Hall, New Jersey. LóPEz (ed). Lecciones aprendidas del desastre de Vargas. pp. 115-126. Editorial COTTON, C. A. 1950. “Tectonic scarps and fault valleys”. Geol. Soc. American Bull., 81: Gráficas Lauki. Caracas, Venezuela. 717-758. SUÁREZ, G. y J. NÁBELEk. 1990. “The 1967 Caracas earthquake; fault. geometry, DENGO, G. 1951. “Mapa geológico de la región de Caracas, escala 1:50.000”. Boletín direction of rupture propagation and seismotectonic implications”. Jour. Geológico, 1(1): 39-115. Versión en inglés: 1953. “Geology of the Caracas region, Geoph. Res., 95: 17.459-17.474. Venezuela”. Geol. Soc. Amer. Bull., 64(1): 7-40. URBANI, F. y J. A. RODRÍGUEZ. 2004. Atlas geológico de la cordillera de la Costa. FANTI, O.; FRONTADO, L. y A. VECCHIO. 1980. Tectónica y sismicidad del área de Cara- Caracas. Edic. Fund. Geos y Funvisis, 146 hojas a escala 1:50.000. cas y sus alrededores. Universidad Central de Venezuela. Facultad de Ingeniería. WEISBORD, N. L. 1957. “Notes on the geology of the Cabo Blanco area, Venezuela”. Caracas-Venezuela. Trabajo Especial de Grado (Inédito). Bull. Amer. Paleont., 38(165): 25. FUNVISIS. 1983. Evaluación del riesgo sísmico para el proyecto ferrocarril Caracas-Lito- WEHRMANN, M. 1972. “Geología de la región de Caracas-Colonia Tovar”. Boletín ral. 2 volúmenes. (Inédito). Caracas, Venezuela. de Geología, Publicación especial (5,4): 2.093-2.121. GARRITY, C.; HACkLEY, P. y F. URBANI. 2004. Digital Shaded-Relief Map of Venezuela. WELLS, D. & k. COPPERSMITH. 1994. “New empirical relationships among mag- US Geological Survey, Open File Report 2004-1322. Disponible en: htpp://pubs. nitude, rupture length, rupture width, rupture area, and surface displace- usgs.gov/of/2004/1322 ment”. Bulletin of Seismological Society of America, 84(4): 974-1.002. OLLARVES, R.; SINGER, A. y F. A. AUDEMARD. 2007. Neotectónica de la falla Tacagua-El Ávila, en el marco del proyecto de Microzonificación Sísmica de Caracas. (Inédito). Fecha de culminación del artículo Caracas, Venezuela. (con correcciones): julio, 2015 Lugar: Caracas, Venezuela pp. 54—69 Recibido: diciembre, 2014 54 Aceptado: abril, 2015 Silvia Li l iama Falasca y María Angél ica Bernabé Modelo de zonificación agrocl imática para la producción de sorgo dulce... pp. 54—69 55 Modelo Resumen El sorgo dulce es considerado uno de los cultivos más eficientes para convertir CO2 atmosférico en azúcar. El objetivo de este trabajo fue delimitar el área agroclimá- ticamente apta para el desarrollo del sorgo dulce en Argentina, como potencial de zonificación especie productora de bioetanol, utilizando los límites biofísicos observados en el país y en otros lugares en el mundo donde se cultiva la especie. Para definir la aptitud agroclimática, se analizaron datos meteorológicos (1981-2010). Además, se Agroclimática para la producción utilizó una serie de variables bioclimáticas previamente interpoladas para obte-ner los mapas. Los índices agroclimáticos, que determinan las diferentes clases de de sorgo dulce con fines aptitud, se integraron en un sistema de información geográfico para crear regio-nes térmicas e hídricas. Los mapas elaborados se superpusieron para obtener la energéticos en Argentina zonificación agroclimática. Se delimitaron diez clases de aptitud agroclimática, bajo el que se diseñó un modelo de zonificación agroclimática para el sorgo dulce en Argentina. Este modelo se puede aplicar en cualquier parte del mundo utili- Agroclimatic zoning model for sweet sorghum zando los límites agroclimáticos presentados en este trabajo. palabras clave: sorgo dulce; necesidades bioclimáticas; aptitud agroclimática; production for energy purposes in Argentina bioetanol. Abstract Sorghum bicolor var. sweet is considered to be one of the most efficient crops to convert atmos-pheric CO2 into sugar. The aim of this study was to delimit the Argentina agroclimatic suitable area for the development of Sweet sorghum as a potential bioethanol-producing species, by using biophysical limits observed in the country and elsewhere in the world where the plant is grown. To define its agro- Silvia liliana falasca climatic suitability, the meteorological data (1981-2010) were analyzed. To obtain the CONICET. Instituto Clima y Agua. INTA, maps, a series of previously interpolated bioclimatic variables were used. The agro- Universidad Nacional del Centro (UNICEN). climatic indices, which determine different classes of suitability, were integrated Facultad de Ciencias Humanas, Tandil, Provincia de Buenos Aires, Argentina in a geographic information system to create thermal and moisture regions. The sfalasca@conicet.gov.ar; slfalasca@gmail.com maps elaborated were overlapped to determine the agroclimatic zoning. Ten types of agroclimatic suitability were delineated. The authors outlined an agro-climatic María angélica bernabé zoning model for sweet sorghum in Argentina. This model may be applied in any part Universidad Nacional del Centro (UNICEN), of the world, by using the agroclimatic limits presented in this paper. Facultad de Ciencias Humanas, Centro Key words: sweet sorghum; bioclimatic requirements; agroclimatic suitability; de Investigaciones y Estudios Ambientales (CINEA). Argentina; bioethanol. Tandil, Provincia de Buenos Aires, Argentina mbernabe@fch.unicen.edu.ar; mariangeberna@gmail.com 56 Silvia Li l iama Falasca y María Angél ica Bernabé Modelo de zonificación agrocl imática para la producción de sorgo dulce... pp. 54—69 57 1. Introducción tas) tendrá impacto en la producción nacio- 1.1 Características del sorgo del porcentaje de panoja y buena toleran- Con la entrada en vigencia de la Ley Nº nal y la demanda interna de maíz y caña El sorgo, Sorghum bicolor (L.) Moench, cia al vuelco para que no se corte su madu- 26.093 (2006), la producción de biocombus- de azúcar. El objetivo central de la decisión pertenece a la familia de las gramíneas. Se ración. Esta última condición es aplicable tibles en Argentina, más precisamente el gubernamental de ampliar el porcentaje trata de una especie con metabolismo C4 y a variedades graníferas, cuyo almidón biodiesel que se elabora a partir del aceite de corte con bioetanol apunta a disminuir de crecimiento primavero-estival (Dendy, puede convertirse a bioetanol de primera de soja, tuvo un gran impulso y generó con- la dependencia con el exterior y reforzar el 1995). generación. El bagazo puede transformarse siderables saldos exportables. El consumo autoabastecimiento. Fue domesticado por primera vez en en bioetanol de segunda generación o con de biocombustibles se reguló a partir del 1 En Argentina el mercado doméstico de África (Etiopía). El terreno montañoso fines termoeléctricos, del mismo modo que de enero de 2010 y desde entonces, el diesel bioetanol es pequeño con respecto al de y la diversidad de climas en esta zona se realiza con la caña de azúcar; es decir, comenzó a cortarse con un 5 % de biodiesel biodiesel, tanto en lo que respecta a la pro- dieron lugar a un gran número de genoti- que el sorgo dulce puede utilizarse para la y las naftas con un 5 % de alcohol anhidro. ducción como al consumo, el que oscila en pos, adaptados a una amplia variedad de producción de biocombustibles de primera Mientras la economía y las industrias los ocho millones de metros cúbicos. Como condiciones ambientales. Si bien existe un y segunda generación al mismo tiempo. La se fueron expandiendo, el consumo de consecuencia de esta última resolución, gran número de variedades de sorgo, para producción de azúcar puede alcanzar las 9 combustible se fue acrecentando y en un se emplearán aproximadamente 800.000 bioenergía interesan los biotipos dulce y de t ha-1 y 30 t MS de paja. Dependiendo de las determinado momento, el consumo comen- metros cúbicos de bioetanol para mezclar alta biomasa. Estos últimos son híbridos de zonas, se pueden obtener de 3 a 6 mil l ha-1 zó a superar la producción, provocando con las naftas. floración tardía con una prolongada etapa de bioetanol (De Juana y Fernández, 2002; que Argentina tuviera que importar com- Los proyectos de bioenergía, como vegetativa, lo cual permite el retraso en el Camps y Marcos, 2008; San Miguel, 2008). bustibles fósiles para satisfacer las deman- promueven el desarrollo de nuevas planta- desarrollo de estructuras reproductivas El bioetanol a partir de sorgo azucara- das industriales y residenciales. Pese a que ciones energéticas, generalmente de ciclo para alcanzar hasta seis metros de altura do, producido con eficiencia y sostenibili- la energía es uno de los principales temas corto, y como reducen las emisiones de (Blade, 2012), produciendo altos rendimien- dad, es capaz de satisfacer las demandas del debate político-económico nacional, el carbono por la sustitución de combusti- tos de biomasa fibrosa, para bioetanol de urgentes de la reducción de las emisiones desabastecimiento energético en el país se bles fósiles, ejercen un doble efecto sobre segunda generación. de gases de efecto invernadero, mejorar la remonta a más de una década. la mitigación del cambio climático. En los calidad del aire y competir en precio con Las importaciones argentinas de ener- últimos años ha crecido el interés en diver- 1.2 Usos y productividad las energías convencionales (Cárdenas et gía aumentan año tras año, a pesar de las sos países por la utilización del sorgo dulce Desde el punto de vista energético el sorgo al., 2007). La cosecha se hace al inicio de la últimas medidas oficiales que recortaron como fuente de bioenergía, ya que esta es útil para: a) producción de bioetanol: floración, impidiendo así la formación de los subsidios destinados a este sector. En el especie presenta altos contenidos de bioma- mediante la extracción y procesado de los grano: la primera entre los 60 y 80 días a último año, la Argentina duplicó la impor- sa y produce azúcar soluble convertible en azúcares contenidos en el tallo de la planta, partir de la siembra, la segunda y tercera, tación de nafta y gasoil, cuyas compras al bioetanol, mientras que las fibras residua- que pueden representar más de 40 % del entre los 40 y 50 días después de la primera extranjero crecieron 72 % en 2014, en com- les del proceso de extracción del jugo se tallo seco, obteniéndose en promedio 0,14 y segunda (Romero et al., 2010). paración al mismo mes del año anterior (El pueden emplear para generar electricidad. litros de etanol a partir de un kg de sorgo Los tallos maduros contienen alrededor cronista, 2014). El objetivo de este trabajo consistió en dulce; b) producción térmica o eléctrica: el de 73 % de humedad. El jugo que se obtiene La Secretaría de Energía de la Nación delimitar el área agroclimáticamente apta uso de la biomasa seca producida que sirve de ellos está compuesto básicamente por sancionó en 2014 una importante resolu- para el desarrollo del sorgo dulce en Ar- para la producción de calor o electricidad. sacarosa, glucosa y fructosa, en proporcio- ción para la industria de los biocombus- gentina, como potencial especie productora Un sorgo alcoholero de alta eficiencia nes que dependen de la variedad, tempora- tibles, que tiende a posibilitar un corte de bioetanol, utilizando los límites biofísi- debería tener niveles de producción que su- da de cosecha y etapa de madurez (Mamma obligatorio de las naftas con 10 % de bioe- cos observados en el país y en otros lugares peren las 45 toneladas por hectárea de tallo et al., 1996). tanol a partir del 1° de diciembre de 2014. en el mundo donde se cultiva la especie. libre, tallo jugoso con fibras intermedias, De acuerdo a Woods (2000), en prome- La Resolución N° 44/2014 (que modifica la altos valores de fermentables en jugo, un dio un 15 % del peso del tallo corresponde Resolución N° 1294/2008 y se refiere a la período de cosecha amplio, tallos de altura a la porción fibrosa (hemicelulosa, celulosa elevación del porcentaje de corte de las naf- de no menos de 3 metros, baja incidencia y lignina). Si se analiza el bagazo de sorgo 58 Silvia Li l iama Falasca y María Angél ica Bernabé Modelo de zonificación agrocl imática para la producción de sorgo dulce... pp. 54—69 59 dulce o el residuo que se obtiene después Si bien puede habitar sitios que reciben 2. Materiales y métodos (octubre a marzo) que debe ser igual o su- de extraer el jugo azucarado, los rangos de de 250 a 700 mm, la óptima necesidad de perior a 18 ºC mientras que la temperatura celulosa, hemicelulosa y lignina oscilan agua oscila de 400 a 600 mm/ciclo, siendo 2.1 Área de estudio media de verano (diciembre a marzo) debe de 34–44 %, 25–27 % y 18-20 %, respectiva- la etapa más crítica la del llenado de grano. El área de estudio es la República Argenti- superar los 22 ºC si el objetivo es producir mente (Ballesteros et al., 2003). Según FAO-Ecocrop (2004), el óptimo de llu- na que cuenta con una superficie total de el grano, siendo 18 ºC el límite si se busca via oscila de 600 a 1.000 mm anuales, sien- 3.761.274 km². Por el norte limita con el Es- un tallo sucro-alcoholero. 1.3 Requerimientos do los límites extremos 300 y 3.000 mm. tado Plurinacional de Bolivia, la República Además, resulta indispensable contar edafoclimáticos Tiene alta tolerancia a la sequía y a del Paraguay y la República Federativa del con un período libre de heladas superior Habita sitios con climas Aw (sabana tro- ciertos periodos de encharcamiento, ade- Brasil, por el sur con la República de Chile a los 150 días, lo que garantiza el período pical), BW (desierto o árido), BS (estepa o más de capacidad para detener el creci- y el océano Atlántico Sur, por el este con la de crecimiento de la especie. En caso de semiárido) y Cf (subtropical húmedo), cuya miento frente a una sequía y reanudarlo República Federativa del Brasil, República no contar con esos días libres de heladas, temperatura media anual oscila de 7,8 a después de ésta. Una sequía tardía puede Oriental del Uruguay y el océano Atlántico califica como área no apropiada. 27,8 °C (Duke, 1983). detener el desarrollo de la hoja pero no Sur, mientras que por el oeste limita con la Debido a que el crecimiento de sorgo El umbral de temperatura mínima para la iniciación floral (Whiteman y Wilson, República de Chile. dulce se detiene cuando la temperatura es la germinación es de 10 ºC, siendo el rango 1965). El punto septentrional es la confluencia superior a 39 ºC, se consideró la probabi- óptimo de 21 a 35 °C (Peacock, 1982). La Normalmente, cuando el sorgo está de los ríos Grande de San Juan y Mojinete, lidad de que ocurran temperaturas máxi- temperatura óptima de crecimiento vege- plenamente desarrollado, el 100 % del agua en la provincia de Jujuy (21º46’ S; 66º13’ O). mas absolutas de 39 ºC o superiores. Las tativo oscila entre 27 y 35 ºC (FAO-Ecocrop, consumida se extrae de la primera capa El punto meridional es el Cabo San Pío (55º áreas que presentan esta condición están 2004) mientras que la temperatura mínima del suelo (1 a 2 m). En condiciones en que 03’ S; Longitud 66º31’ O). El extremo este indicando un grado de limitación por tem- de crecimiento es de 15,6 ºC. Temperaturas la evapotranspiración máxima es de 5 a 6 corresponde a la localidad de Bernardo peraturas muy elevadas. superiores a 39 ºC pueden resultar dañi- mm/día, habiéndose agotado alrededor del de Irigoyen, en la provincia de Misiones Para analizar las regiones hídricas, nas (Iglesias y Taha, 2010). La temperatura 55 % del agua total disponible en el suelo, (26º15’ S; 53º38’ O), mientras que el extre- se tuvieron en cuenta las isoyetas corres- base para el subperíodo siembra-floración no reduce la absorción de agua (Doorenbos mo oeste representa un punto ubicado en el pondientes a los 250, 450, 600 y 1.000 mm está entre 12,7 y 15,2 ºC para genotipos y kassam, 1979). Parque Nacional Los Glaciares, provincia anuales, calificando como área no apropia- de origen templado, y entre 14,6 y 15,7 ºC Prefiere suelos profundos de texturas de Santa Cruz (50º01’S; 73º34’ O). da aquella que no alcanza el umbral míni- para genotipos de origen tropical (Ruiz y medias y con buen drenaje (Doorenbos y mo de los 250 mm, área marginal cuando Soltero, 1993). La temperatura óptima para kassam 1979). Su rango de pH oscila de 5,0 2.2 La zonificación agroclimática se reciben de 250 a 450 mm y área apropia- el desarrollo fluctúa de 22 a 35 °C, aunque a 8,5, con un óptimo alrededor de 7,0 (FAO, Conociendo las necesidades bioclimáticas da en el rango de 450 a 600 mm. El rango el rango de tolerancia abarca de 8 a 40 ºC 1994). Se desarrolla bien en suelos alca- del Sorghum bicolor, con base en toda la de 600 a 1.000 mm anuales representa el (FAO-Ecocrop, 2004). La estación de cre- linos, especialmente las variedades azu- bibliografía citada en el apartado anterior, óptimo de lluvia mientras que precipitacio- cimiento para esta especie comienza y se caradas que requieren carbonato cálcico se procedió a elaborar un modelo de zo- nes superiores a 1.000 mm delimitan otra mantiene mientras la temperatura media para aumentar su contenido en sacarosa nificación agroclimática empleando datos zona apropiada. diaria sea igual o superior a 18 ºC (Neild, en tallos y hojas. Es considerado un cultivo climáticos correspondientes al período Si se reciben menos de 250 mm, pero 1982). moderadamente tolerante a la salinidad del 1981-2010 de las estaciones meteorológicas se cumplen las otras necesidades biocli- Es una especie de día corto (< 12 ho- suelo. Doorenbos y kassam (1979) afirman y agrometeorológicas presentes en Argen- máticas, podría implementarse el riego ras), aunque hay cultivares de día neutro que la merma de rendimiento por la salini- tina. complementario y aumentar el área agro- (Dendy, 1995). La formación de la panoja dad del suelo bajo riego es: 10 % para una Para definir las regiones térmicas, en climáticamente apta, pero como se trata de y la floración se aceleran en días cortos y conductividad eléctrica de 5.1 mmhos cm-1, una primera instancia se tuvo en cuenta la un cultivo extensivo con fines energéticos, se retrasan en días largos (Baradas, 1994). 25 % para 7,2 mmhos cm-1, 50 % para 11 isoterma de 8 ºC correspondiente a la tem- no resulta recomendable el uso del riego Esto es especialmente importante para mmhos cm-1 y 100 % para 18 mmhos cm-1. peratura media anual; luego se consideró complementario. variedades graníferas. la temperatura media del semestre cálido 60 Silvia Li l iama Falasca y María Angél ica Bernabé Modelo de zonificación agrocl imática para la producción de sorgo dulce... pp. 54—69 61 La superposición de los mapas anterio- isotermas de 20 °C y de 10 °C y por último, (sudoeste de Neuquén, oeste de Chubut y la de verano inferior a 18 ºC. Las áreas apro- res permitió definir las clases de aptitud frío, donde la temperatura media anual es totalidad de las provincias de Santa Cruz y piadas registran temperaturas en el rango agroclimática para el cultivo del sorgo dul- inferior a los 10 °C. Tierra del Fuego). de 18 a 22 ºC, las muy apropiadas de 22 a 25 ce en Argentina. Los límites de cada clase En la figura 2 se presenta la tempera- En la figura 4 se presenta la temperatu- ºC mientras que las áreas óptimas, de 25 a de aptitud se presentan en el cuadro 1. tura media anual >8 ºC. El área delimitada ra media de verano, donde se distinguie- 27 ºC. como apropiada para el sorgo dulce, in- ron 4 zonas bien diferenciadas. El área no Las isotermas en la zona de llanuras cluye clima templado y tropical. En dicha apropiada muestra una temperatura media siguen el recorrido de los paralelos terres- 3. Resultados y discusión figura se puede apreciar que no existen limitaciones para el sorgo en Argentina 3.1 Regiones térmicas por temperatura media anual, ya que hasta Se agregó como figura 1 la división política en el NE de la provincia de Santa Cruz se de Argentina con la nomenclatura de las registran temperaturas medias anuales provincias a los fines de que lectores no superiores a 8 ºC. residentes en el país puedan interpretar En la figura 3 se muestra la tempera- mejor los resultados. tura media del semestre cálido superior a Las isotermas medias anuales permiten 18 ºC. De la misma se infiere que la mayor dividir al país en tres grandes áreas térmi- parte del país presenta aptitud apropiada. cas: tropical, donde la temperatura media Las áreas no apropiadas cubren el noroes- anual supera los 20 °C; templado, entre las te argentino y gran parte de la Patagonia cuadro 1. Clases de aptitud agroclimática definidas para el sorgo dulce. Fuente: elaboración propia clase de aptitud temperatura temperatura temperatura periodo precipitación agroclimática media anual media media de verano libre anual (oc) semestre cálido (oc) de heladas (mm) (oc) (días) Muy apropiada > 8 > 18 25-27 > 150 > 1.000 (húmedo) Apropiada > 8 > 18 22-25 > 150 > 1.000 (húmedo) Óptima > 8 > 18 25-27 > 150 600-1.000 (subh-húmedo) Muy apropiada > 8 > 18 22-25 > 150 600-1.000 (subh-húmedo) Apropiada > 8 > 18 18-22 > 150 600-1.000 (subh-húmedo) Muy apropiada > 8 > 18 22-25 > 150 450-600 (subh-seco) Apropiada > 8 >18 18-22 > 150 450-600 (subh-seco) Apropiada con limitación > 8 >18 < 18 > 150 450-600 térmica estival Marginal > 8 >18 18-22 > 150 250-450 No apropiada < 8 < 18 < 18 < 150 < 250 figura 1. División política de Argentina figura 2. Temperatura media anual 62 Silvia Li l iama Falasca y María Angél ica Bernabé Modelo de zonificación agrocl imática para la producción de sorgo dulce... pp. 54—69 63 tres, desde el este al oeste y bien espacia- das entre sí. Al llegar a la cordillera de los Andes sufren una inflexión hacia el norte, debido al factor altitud, muy notorio en las isotermas de 18 ºC, 22 ºC y 25 ºC. Otras inflexiones se aprecian debido a la presen- cia de serranías: sierras Pampeanas en el centro del país, que desvía hacia el N la isoterma de 25 ºC, mientras que las sierras de Tandilia y Ventania, en la provincia de Buenos Aires, desvían la isoterma de 22 ºC. El sur de la provincia de Buenos Aires goza de un clima más fresco en verano que el resto de la provincia por el efecto de oceanidad, y debido a la influencia de la corriente fría de Las Malvinas. En el centro de la provincia actúa el factor de altitud, aumentando la amplitud térmica diaria. La figura 5 muestra la zona del país que registra una temperatura máxima absoluta > 39 ºC con un período de recurrencia de 4 cada cinco años. El llamado Viento Norte es el que genera las temperaturas máxi- mas y la advección de aire cálido penetra en el país tanto más al sur cuanto más avanzada está la estación estival. El sorgo es altamente sensible a la ocurrencia de temperaturas extremas en distintas etapas de su crecimiento, afectando de esta for- ma su rendimiento. Las áreas del país que presentan limitaciones por temperaturas máximas extremas > 39 ºC cubren parte de las provincias del Chaco, Formosa, Salta, Santiago del Estero, La Rioja, Catamarca y San Juan. Los años en que se registren tem- figura 5. Temperatura máxima absoluta > 39 °C peraturas > 39 ºC significarán una merma (p: 80 %) en los rendimientos del sorgo azucarado en figura 3. Temperatura media semestre cálido figura 4. Temperatura media verano esas zonas. 64 Silvia Li l iama Falasca y María Angél ica Bernabé Modelo de zonificación agrocl imática para la producción de sorgo dulce... pp. 54—69 65 3.2 Período medio libre medo-seco) y óptima. Las isoyetas al norte de heladas de la región Patagónica muestran el gra- Cada año la ocurrencia de la primera hela- diente de humedad en el sentido este-oeste da (otoño) y de la última helada (primave- debido a la influencia ‘Atlántica’. Las áreas ra) causa daños a los cultivos en diferentes óptimas presentan clima subhúmedo-hú- regiones climáticas. La información sobre medo y comprenden el norte, noroeste y las fechas probables, de días libres de centro de Argentina, incluyendo la mayor heladas ayuda a los agricultores a reducir parte de la provincia de Buenos Aires. Ha- los daños causados por ellas. En Argenti- cia el este y hacia el oeste de la zona óptima na hay una gran dispersión de las fechas se delimitan sendas áreas apropiadas, una medias de primera y última helada (apro- con régimen húmedo y la otra con régimen ximadamente 30 días). Esto significa que subhúmedo-seco, respectivamente. la primera o última helada puede ocurrir En las llanuras argentinas, las preci- 30 días antes o después de la fecha media. pitaciones tienen su origen en una conti- Esta variación se debe al efecto combinado nua lucha entre masas de aire: los vientos de la gran variabilidad asincrónica de la húmedos provenientes del anticiclón del temperatura y la tensión térmica escasa Atlántico Sur que penetran por el norte de en el momento en que se producen las Argentina y alcanzan el territorio central, heladas. Esto sucede por la facilidad de la con los vientos secos de la región patagóni- entrada de masas de aire polar en la direc- ca, que varían en fuerza relativa de acuer- ción Sur-Norte y la poca amplitud térmica do con la estación del año. Vientos cálidos anual, ya que Argentina se encuentra bajo dominantes entran libremente por el norte la influencia marítima. El valor máximo del territorio y alcanzan el centro del país de días libres de heladas es de 360 días durante la estación cálida descargando en el noreste de Argentina y disminuye gran cantidad de precipitaciones, pero se hacia el suroeste del país. El aumento de la van desecando en su trayecto hacia el oes- longitud del período de heladas se asocia te. Como consecuencia del desplazamiento con un aumento en el número de días con del anticiclón del Atlántico Sur hacia el heladas. Al analizar la figura 6, referida al norte en el invierno del hemisferio sur, período medio libre de heladas > 150 días, un vasto sector de la Argentina carece de se observan restricciones en todo el sec- lluvias, las cuales solo llegan a producirse tor patagónico a excepción de la zona del en la parte oriental del territorio. Debido a litoral, cuyas heladas están amortiguadas esto, las regiones del centro-este y noreste por el efecto de oceanidad que le imprime de Argentina son ambientes húmedos con el océano Atlántico. régimen isohigro. En cambio, al sur del río Colorado las 3.3 Regiones hídricas masas de aire húmedo provienen del anti- La figura 7 muestra las regiones hídricas, ciclón del Pacífico Sur, los cuales siempre las cuales se diferenciaron en 5 clases de dominan el territorio patagónico. La preci- aptitud: no apropiada, marginal, apropiada pitación anual oscila en el sector cordille- (clima húmedo), apropiada (clima subhú- rano desde más de 2.000 mm en la zona de figura 6. Período medio libre de heladas figura 7. Precipitación anual 66 Silvia Li l iama Falasca y María Angél ica Bernabé Modelo de zonificación agrocl imática para la producción de sorgo dulce... pp. 54—69 67 los bosques Andino-Patagónicos a 150 mm anteriores a la zafra (ya que el sorgo se dor y creativo de los productores locales. en las partes más secas de la Patagonia, cosecharía durante marzo, abril y parte Gracias a estos rendimientos, Argentina ha mostrando el gradiente de humedad oes- de mayo), aportando asimismo biomasa ido consolidando su posición como expor- te-este. fibrosa para su empleo como biocombus- tador de grano de sorgo a nivel mundial, tible sólido o para bioetanol de segunda ya que lidera el ranking por rendimiento 3.4 Zonificación agroclimática generación. La rotación con sorgo genera entre los 10 mayores países productores del para el sorgo dulce un alto volumen de rastrojos con una lenta mundo. Podría suceder algo similar con el Finalmente, en la figura 8 se muestra la descomposición, aportando nutrientes al sorgo dulce, ya que el bioetanol de primera aptitud agroclimática de Argentina para el suelo. Además, contribuirá, al contenido de generación a partir de esta variedad posee cultivo de sorgo dulce, obtenida a partir de materia orgánica del suelo y disminuirá las una elevada sostenibilidad ambiental, la superposición de los seis mapas anterio- pérdidas de agua por evaporación, mejo- económica y energética. Por otro lado, la res. Se delimitaron diez clases de aptitud: rando la infiltración del agua de lluvia. simplicidad técnica del procesamiento y muy apropiada, apropiada con régimen hú- El cultivo del sorgo dulce puede trans- explotación de los subproductos garanti- medo, óptima, muy apropiada y apropiada, formarse en una excelente oportunidad za la viabilidad económica de las plantas ambas con régimen subhúmedo-húmedo, para los productores argentinos. Incluso, descentralizadas de pequeña y mediana apropiada con limitación térmica estival, en años secos, el sorgo dulce puede trans- escala, de un máximo de 15.000 toneladas muy apropiada y apropiada, ambas con formarse en un cultivo alternativo para al año, por lo que sería una alternativa régimen subhúmedo-seco, marginal y no integrar la rotación en la zona húmeda interesante para pequeñas y medianas apropiada. oriental de Argentina dada su adaptación empresas. Además, la utilización de sorgo En dicho mapa se aprecia que las áreas natural al estrés hídrico, manteniendo dulce para producir biocombustible ten- apropiadas para el cultivo del sorgo dulce su latencia durante períodos prolongados drá un mínimo impacto sobre el mercado alcanzan hasta los 40º S. Esto es coinciden- de sequía, y retomando su capacidad de alimentario mundial porque tiene escasa te con FAO-Ecocrop (2004) y con las zonas crecimiento una vez que la sequía haya demanda como alimento humano, contra- sorgueras definidas por el INASE (2011). Lo finalizado. riamente con lo que sucede con el maíz. recomendable sería realizar el cultivo del Como la obtención de etanol a partir de sorgo dulce bajo condiciones de clima sub- sorgos azucarados proviene de los azúca- 4. Conclusiones húmedo-húmedo y subhúmedo-seco, para res presentes en el tallo (a diferencia del Las autoras han diseñado un modelo de no desplazar a los cultivos tradicionales maíz o del sorgo granífero, donde se utiliza zonificación agroclimática para el cultivo que se desarrollan en las zonas agrícolas el almidón presente en los granos), no es de sorgo dulce con fines energéticos, donde bajo condiciones de clima húmedo. Por lo necesario llegar a la etapa reproductiva, se delimitaron diez clases de aptitud para tanto, deberá realizarse el cultivo prefe- por lo que la zona agroclimáticamente apta Argentina. Las áreas apropiadas llegan rentemente en la zona central y norte del para el sorgo dulce debería ser más amplia hasta los 40º S. país. que para el sorgo granífero. Por ello, la Se recomienda su cultivo bajo condicio- En el norte argentino, la inclusión del determinación de la fecha óptima de corte, nes de clima subhúmedo-húmedo y subhú- sorgo dulce en la actividad agroindustrial la evolución de azúcares en el tiempo y la medo-seco, es decir en la zona central y el de la caña de azúcar, como cultivo de rota- respuesta a la densidad de siembra son norte del país, debido a su baja exigencia ción de la soja y reemplazando a la caña de factores cruciales a investigar para lograr hídrica. azúcar en suelos con baja retención hídrica los máximos rendimientos. La inclusión del sorgo dulce en la ac- y/o con salinidades medias, aumentará El sorgo ha tenido una evolución po- tividad cañera agroindustrial, permitirá la disponibilidad de materia prima para sitiva en rendimientos, gracias a mejoras aumentar el suministro de materia prima las destilerías de bioetanol en los meses figura 8. Aptitud agroclimática argentina para genéticas y, sobre todo, al aporte innova- en las destilerías argentinas de bioetanol sorgo dulce 68 Silvia Li l iama Falasca y María Angél ica Bernabé Modelo de zonificación agrocl imática para la producción de sorgo dulce... pp. 54—69 69 en los meses previos al inicio de la zafra, INSTITUTO NACIONAL DE SEMILLAS (INASE). 2011. Evaluación de sorgo dulce aportando asimismo biomasa fibrosa para para producción de etanol. Resultados experimentales de la evaluación nacional su empleo como biocombustible sólido o de cultivares de sorgo para silo y sorgo dulce, 31-44. para bioetanol de segunda generación LEY 26.093. 2006. Régimen de Regulación y Promoción para la Producción y Uso Sus- En años secos podría recomendarse tentables de Biocombustibles. Infoleg / Ministerio de Economía. Buenos Aires. su cultivo en la zona agrícola tradicional 19 de abril de 2006. Disponible en: htpp//infoleg.mecon.gov.ar/infolegInter- aprovechando su adaptación a bajos regí- net/anexos/115000.../norma.htm. menes hídricos. MAMMA, D.; kOULLAS, D.; FOUNTOUkIDIS, G.; kEkOS, D.; MACRIS, B. J. y E. kOU- kIOS. 1996. “Bioethanol from sweet sorghum: simultaneous saccharification 6. Referencias citadas and fermentation of carbohydrates by a mixed microbial culture”. Process BALLESTEROS, M.; OLIVA, J. M.; NEGRO, M. J.: MANZANARES, P. e I. BALLESTEROS. Biochemistry, 31: 377-381. 2003. “Ethanol from lignocellulosic materials by a simultaneous saccharification NEILD, R. E. 1982. “Temperature and rainfall influences on the phenology and and fermentation process (SFS) with kluyveromyces marxianus CECT 10875”. yield of grain sorghum and maize: a comparison”. Agricultural Meteorology, Process Biochemistry, 39(12): 1.843-1.848. 27: 79-88. BARADAS, M. W. 1994. Crop requirements of tropical crops. In: J. F. GRIFFITHS (ed.). PEACOCk, J. M. 1982. Response and tolerance of sorghum to temperature stress. Handbook of agricultural meteorology, 189-202. Oxford Univ. Press. New York. Sorghum in the Eighties. Proceedings of the International Symposium on sor- BLADE. 2012. Energy Crops. Managing High-Biomass Sorghum as a Dedicated Ener- ghum. ICRISAT. pp. 143-160. India. gy Crop. Disponible en: http://www.bladeenergy.com/Bladepdf/BladeEnergy- RESOLUCIóN N° 44/2014. Biocombustibles Naftas-Proporción de Bioetanol-Mo- Crops-ProductGuide-2012.pdf. [Consulta: noviembre 12, 2014]. dificación Resolución N° 1294/2008. Publicada en el Boletín Oficial del CAMPS, M. y F. MARCOS. 2008. Los biocombustibles. Mundi-Prensa. Madrid, España. 22-sep-2014. N° 32.973; Pág. 5. Disponible en: http://www.infoleg.gob. CÁRDENAS, G. J.; DIEZ, O. y E. QUAIA. 2007. “Bioetanol: un combustible con posibili- ar/infolegInternet/verNorma.do;jsessionid=1E930B65E894DB35A410D- dades productivas en Tucumán”. Avance Agroind, 28(1): 9-11. 60536957F08?id=235362. [Consulta: septiembre 22, 2014]. DE JUANA, J. y J. FERNÁNDEZ. 2002. Energías renovables para el desarrollo. Thomson ROMERO, E. R.; CÁRDENAS, G; SCANDALIARIS, J. y S. CASEN. 2010. “Aprovecha- Paraninfo. Madrid, España. miento bioenergético integral de la caña de azúcar y sorgo azucarado en el DENDY, D.A. 1995. “Sorghum and Millets: Chemistry and Technology”. American Asso- NOA. Importancia y perspectivas”. Avance Agroind, 31(3): 19-25. ciation of Cereal Chemists, 11-26. Inc., St. Paul, Minnesota. USA. RUIz, C. y D. SOLTERO. 1993. “Necesidades térmicas para la floración de sorgo en DUkE J. k. 1983. Handbook of Energy Crops. Disponible en: https://www.hort.purdue. la Ciénaga de Chapala”. Fitotecnia, 16(1): 79-87. edu/newcrop/duke_energy/Sorghum_bicolor.html. [Consulta: agosto, 2014]. SAN MIGUEL, P. 2008. “Demanda y producción de agrocombustibles en España y DOOREMBOS, J. y A. H. kASSAM. (eds.) 1979. Yield response to water. FAO Irrigation en la Unión Europea”. Revista Tierra, 13: 29-37. and Drainage. Paper 33. Rome, Italy. WHITEMAN P. C. y G. L. WILSON. 1965. “The influence of shoot removal on drou- EL CRONISTA. En un año la Argentina duplicó la importación de nafta y gasoil. 13 de ght survival of sorghums”. Papers, 4: 223-239. mayo de 2014. Disponible en: http://www.cronista.com/economiapolitica/En-un- WOODS, J. 2000. Integrating sweet sorghum and sugarcane for bioenergy: modelling ano-la-Argentina-duplico-la-importacion-de-nafta-y-gasoil-20140513-0058.html the potential for electricity and ethanol production in SE Zimbabwe. king’s [Consulta: septiembre 9, 2014]. College London, University of London, Gran Bretaña. Tesis de Doctorado en FAO-Ecocrop 1. 1994. The adaptability level of the FAO crop environmental require- Filosofía. ments database. Versión 1.0. AGLS. FAO. Rome, Italy. FAO-Ecocrop. 2004. The Crop Environmental Requirements Database and The Crop Environmental Response Database. [Consulta: septiembre, 2014. Disponible en: http://ecocrop.fao.org/ecocrop/srv/en/cropView?id=1982. Lugar y fecha de culminación: IGLESIAS, R. y E. TAHA. 2010. Monografías de especies anuales, arbustivas y acuícolas Buenos Aires, Argentina, con potencial energético en Chile. Oficina de Estudios y Políticas Agrarias. Chile. diciembre, 2014 pp. 70—91 Recibido: enero, 201W5 illiams Méndez, Larry Rivas, Eduardo Fernández, 70 Aceptado: abril, 2015 Marielis Arévalo y Noraima Correa Amenaza hidrogeomorfológica en microcuencas de la vert iente sur... pp. 70—91 71 amenaza Resumen Recurrentemente las crecidas ocurridas en las quebradas Catuche, Anauco y Gamboa y en el río Cotiza, han afectado severamente a los barrios y urbanizaciones asentados sobre sus abanicos aluviales. De allí la necesidad de hidrogeomorfológica evaluar la amenaza hidrogeomorfológica en sus microcuencas, y en particular la generación de crecidas. La metodología consideró la evaluación de las condiciones hidráulicas de los cauces principales y grados de intervención antrópica, en microcuencas de la vertiente sur fotointerpretación geomorfológica, caracterización del régimen pluviométrico, mediciones y cálculos de parámetros morfométricos de las microcuencas, del Parque Nacional Waraira Repano, estimación de los tiempos de concentración, análisis de eventos extremos de precipitación y estimación de caudales picos de crecientes. Las respuestas Distrito Capital, Venezuela hidrológicas violentas están controladas por los parámetros morfométricos de las microcuencas y de sus redes de drenaje, así como por las dimensiones de las tormentas y la intensidad y duración de las lluvias, que generan caudales pico en Hydro-geomorphological hazard in catchments las crecientes de magnitudes importantes para distintos períodos de retorno. palabras clave: amenaza, hidrogeomorfología; microcuenca; creciente; Parque of the Waraira Repano National Park south hillside, Nacional Waraira Repano. Distrito Capital, Venezuela Abstract Repeatedly, the flashfloods occurred in the Catuche, Anauco and Gamboa creeks and in the Cotiza river have severely affected neighborhoods and urban areas settled on their alluvial fans. Hence, it is necessary to assess the hydro-geomorphological hazard in their catchments and particularly the generation of flashfloods. The methodology considered the evaluation of the hydraulic conditions of the main William Méndez1-2 channels and levels of human intervention, geomorphological photo-interpretation, characterization of rainfall patterns, measurements and calculations of larry rivas1 1 Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Instituto Pedagógico de Caracas, morphometric parameters of the catchments, estimation of the concentration times, Centro de Investigación ‘Estudios del Medio Físico Venezolano’, analysis of extreme rainfall events and estimation of flashflood peak discharges. Eduardo fernández1 Caracas (Distrito Capital), Venezuela. 2 Universidad Técnica de Manabí, Facultad de Ciencias Matemáticas, Sudden hydrological responses are controlled by the morphometric parameters of the Físicas y Químicas, Instituto de Investigación Científica, Desarrollo catchments and their drainage networks, as well as the dimensions of storms and the ybrahim Díaz1 y Transferencia Tecnológica. Portoviejo, Manabí, Ecuador intensity and duration of rainfalls, which form significant flashflood peak discharges will iamsmendez@gmail.com 1 rivaslarry@gmail.com for different return periods. Marielis arévalo fernandez_ej@hotmail.com Key words: hazard, hydrogeomorphology; catchment; flash-flood; Waraira Repano yddp_8@hotmail.com National Park. noraima correa1 marielisvanesa@hotmail.comnoraima-c@hotmail.com 10º33’20” N N Cuenca Cuenca Cuenca Qda. Catuche Rio Cotiza Qda. Anauco Cuenca Qda. Gamboa Williams Méndez, Larry Rivas, Eduardo Fernández, 72 Marielis Arévalo y Noraima Correa Amenaza hidrogeomorfológica en microcu encas de la vert iente sur... pp. 70—91 73 0 1 Km 1. Introducción 10º30’48” N Es por ello necesario evaluar las con- Situación relativa local El crecimiento demográfico y urbano que diciones de amenaza hidrogeomorfológica 10º33’20” N N 10º33’20” N N ha experimentado Caracas, nuestra ciudad presentes en las microcue ncas de estos capital, desde su fundación en el perío- cursos de agua, a fin de comprender su do colonial, y en particular de la manera comportamiento hidrológico y morfodi- Cuenca Cuenca Cuenca Cuenca Cuenca Cuenca Qda. Catuche Rio Cotiza Qda. Anauco Qda. Catuche Rio Cotiza Qda. Anauco vertiginosa como comenzó a desplegarse námico, con la finalidad de recomendar Cuenca (metropolización) a partir de la segunda algunas medidas para prevenir y/o mitigar Cuenca Qda. Gamboa Qda. Gamboa década del siglo XX (De Lisio, 2001), hasta los efectos de eventos naturales (crecidas y nuestros días, han propiciado paralela- aludes torrenciales) sobre las comunidades mente el emplazamiento de desarrollos asentadas en las áreas de influencia. ocupacionales en áreas inestables desde Entre algunos de los aportes que se han el punto de vista geológico, geotécnico y realizado en términos de evaluación de la 0 1 Km 0 1 Km 10º30’48” N 10º30’48” N geomorfológico. amenaza hidrogeomorfológica en cuencas La inexistencia de suficientes espacios ubicadas en el Parque Nacional Waraira 10º33’20” N N relativamente más estables, ha obligado al Repano, caben mencionar los llevados a Situación relativa regional asentamiento de urbanizaciones y barrios cabo por: Córdova y González (2003); Arti- en áreas morfodinámicamente activas, gas et al. (2004); Aguirre y Jáuregui (2006); Cuenca Cuenca Cuenca Qda. Catuche Rio Cotiza Qda. Anauco como por ejemplo al norte del río Guaire, Bello et al. (2006); Fangqiang et al. (2006); Cuenca donde las comunidades están ubicadas Hernández (2006); Hong et al. (2006); López Qda. Gamboa sobre depósitos aluvio-torrenciales que han et al. (2006a); López et al. (2006b); Salcedo sido transportados por las quebradas que (2006); Shucheng et al. (2006); Méndez et al. drenan desde la vertiente sur de ‘El Ávila’. (2007); Artigas y Córdova (2010); Córdova y Tal es el caso que nos ocupa de las que- González (2010); y Méndez (2014). bradas Catuche, Anauco Gamboa y del río 0 1 Km 10º30’48” N Cotiza, cuyas comunidades han sido impac- 2. Área de estudio tadas en repetidas ocasiones por crecidas El área de estudio está situada geográfica- y aludes torrenciales (Singer et al., 1983; mente en la Región Centro Norte del territo- Singer, 2010). rio venezolano, específicamente en el sector Situación relativa nacional En tal sentido, señala Cilento (2002), que noroeste de la ciudad de Caracas; fisiográfi- el paso de las localidades del Área Metropo- camente se ubica en el extremo occidental litana de Caracas (AMC) de espacios conte- de la vertiente sur del macizo ‘El Ávila’ nidos, a territorio contenedor del ecosiste- (figura 1). Político-administrativamente se ma ‘El Ávila’, está claramente expresado en circunscribe a la jurisdicción del municipio el hecho de que todos los lechos de los ríos y Libertador del Distrito Capital, así como a la quebradas de su vertiente sur atraviesan la del Área Bajo Régimen de Administración ciudad, incluso por debajo. De esta forma, Especial (ABRAE) Parque Nacional ‘Warai- apunta nuevamente Cilento (2002), ‘El Ávila’ ra Repano’. La localización geoastronómica no sólo representa el llamado ‘pulmón ve- está definida por las coordenadas 10º31’17” figura 1. Localización de las microcuencas de las quebradas Catuche, Anauco y Gamboa y del río getal’ de Caracas, sino también la fuente de y 10º33’20” de latitud Norte y 66º52’20” y Cotiza, vertiente sur del Parque Nacional Waraira Repano, Caracas, Distrito Capital, Venezuela. mayor amenaza para sus habitantes. 66º55’40” de longitud Oeste. Fuente: Dirección de Cartografía Nacional [DCN], 1979; Servicio Autónomo de Geografía y Cartografía Nacional [SAGECAN], 1995 66º55’40” O 66º55’40” O 66º52’20” O 66º52’20” O 66º55’40” O 66º55’40” O 66º52’20” O 66º52’20” O Williams Méndez, Larry Rivas, Eduardo Fernández, 74 Marielis Arévalo y Noraima Correa Amenaza hidrogeomorfológica en microcuencas de la vert iente sur... pp. 70—91 75 Desde el punto de vista geológico-estruc- Las actividades económicas en el sec- dios mensuales y anuales) correspondien- ciones de la lluvia, mediante el ajuste del tural, en la parte baja del área se extiende tor montañoso se concentran en algunos tes a las estaciones Hotel Humboldt (pe- modelo de Valores Extremos Tipo I (Gum- la traza principal de la falla de El Ávila con enclaves agrícolas así como en el turismo, ríodo 1958-1974), San Bernardino (período bel, 1941), según el método de kite (1985). rumbo promedio N83ºO y alta inclinación además de estar protegida mayoritaria- 1964-1974) y Los Venados (período 1994- Posteriormente, se calcularon las in- promedio hacia el sur (Audemard et al., mente el área bajo la figura de Parque Na- 2006), cuya información fue suministrada tensidades máximas (i) (mm/h) anuales de 2000). La litología está compuesta por unida- cional. Por el contrario, en la parte baja del por el Instituto Nacional de Meteorología precipitación para distintas duraciones de des de rocas metamórficas correspondientes área, dominada por la dinámica urbana, y e Hidrología (INAMEH, 2010). Se estima- la lluvia y períodos de retorno, mediante a los litodemos Augengneis de Peña de Mora, representada por desarrollos residencia- ron previamente los datos faltantes en las la expresión matemática convencional. Complejo San Julián, Esquisto Las Mercedes les e informales, destacan las actividades series de precipitación, mediante el método A su vez, estos valores de intensidad se y Anfibolita de Nirgua, y por los depósitos correspondientes al comercio, servicios, racional (Guevara, 1987). ajustaron y/o suavizaron, por medio de la fluvio-torrenciales que conforman a los aba- industria y economía informal. Se midieron y calcularon los paráme- aplicación de la ecuación de intensidad de nicos aluviales (Urbani y Rodríguez, 2004). tros morfométricos básicos de las micro- la lluvia de Wenzel (1982): El relieve se caracteriza por presentar 3. Materiales y métodos cuencas y redes de drenaje, y se constru- 2  c  una topografía abrupta y escarpada en el La metodología comprendió inicialmente, yeron perfiles topográficos con apoyo en la   e − i0   Td + f  sector montañoso del área, con vertientes la ejecución de un trabajo de campo en el herramienta para SIG. Los valores de otros i = 100 i  de fuertes pendientes superiores a 45 %, y área de estudio, para observar y registrar parámetros se obtuvieron de la lectura   0  alturas entre 957 msnm y 2.113 msnm; en información referente a: características de directa sobre la base cartográfica o apli-    contraste con una topografía más suavizada los materiales depositados en los cauces de cando las ecuaciones matemáticas que los donde c e y f son coeficientes que varían en la parte baja del área (abanicos aluviales), las quebradas y el río, condiciones hidráu- definen. con el lugar y el período de retorno, e i0 es con pendientes no mayores al 10 %, y alturas licas de los cauces principales y evidencias Los tiempos de concentración de las mi- la intensidad máxima anual de precipita- entre 870 msnm y 957 msnm. de intervención antrópica. crocuencas se estimaron en las salidas de ción (mm/h) para la misma duración de la El clima presenta rangos pluviométricos La cartografía base consistió de cartas los cursos de agua principales en el frente lluvia y el mismo período de retorno dado, promedios anuales entre 1.379,3 mm y 732,9 topográficas a escala 1:25.000 [Dirección de de montaña (ápices de los abanicos alu- obtenidas previamente. Luego se recalcu- mm (Instituto Nacional de Meteorología e Cartografía Nacional (DCN), 1979] y planos viales), empleando la ecuación de kirpich laron las intensidades máximas anuales Hidrología [INAMEH], 2010), con temperatu- topográficos a escala 1:5.000 [DCN, 1958; (1940): de precipitación aplicando nuevamente la ras medias anuales entre 15 ºC y 21 ºC. Los Gobernación del Distrito Federal (GDF), tc = 0,01947L 0,7 S −0,385 ecuación de Wenzel, de la manera como se tipos climáticos imperantes corresponden 1984], los cuales se digitalizaron con apoyo donde tc es el tiempo de concentración expresa a continuación: a los de Tropical Lluvioso de Sabana (Awi) en el software ArcGIS 9.2 y sus módulos (min), L es la longitud el cauce principal c y Templado Moderado Lluvioso (Cwh, Cwi y ArcHydo y Spatial Analysis para SIG. Se rea- (m) y S es la pendiente media del cauce i = T ed + f Cwk), (Álvarez et al., 1968). lizó el trazado de perímetros y realce de las principal (m/m). La velocidad media del Los suelos en general son ácidos con pH redes de drenaje de las microcuencas. flujo se calculó en la misma sección hidráu- Estos valores de intensidades máximas entre 4,3 y 5,2, de baja fertilidad, y pertene- Se llevó a cabo una interpretación lica de interés. anuales de precipitación se transformaron cientes a los órdenes Inceptisoles y Oxisoles. geomorfológica preliminar con apoyo en La estimación de las magnitudes de nuevamente en láminas máximas anuales La vegetación varía en función de la altitud, imágenes Google Earth (2014), ortofotoma- eventos extremos de precipitación, se de precipitación. reconociéndose las formaciones: bosques pas a escala 1:25.000 [Servicio Autónomo llevó a cabo desarrollando un análisis de Con estos valores de láminas máximas tropófilos o deciduos, bosques semideciduos, de Geografía y Cartografía Nacional (SAGE- frecuencia de profundidades de láminas anuales e intensidades máximas anuales sabanas y herbazales, bosques transicio- CAN), 1995], y la cartografía base. máximas anuales de precipitación de la de precipitación, se construyeron las cur- nales, bosques siempre verdes montanos El estudio de la distribución espa- estación San José de El Ávila [Ministerio vas de profundidad-duración-frecuencia (bosques nublados) y bosques de galería cio-temporal de las precipitaciones se basó del Ambiente y de los Recursos Naturales, (PDF) y de intensidad-duración-frecuencia (Carrero et al., 1983; Petróleos de Venezuela, en el tratamiento, análisis e interpretación Dirección de Hidrología y Meteorología (IDF). Posteriormente, se estimaron de ma- S.A., 1993). de datos pluviométricos (totales y prome- (MARN-DHM), 2010] para distintas dura- nera gráfica sobre las curvas las intensida- Williams Méndez, Larry Rivas, Eduardo Fernández, 76 Marielis Arévalo y Noraima Correa Amenaza hidrogeomorfológica en microcuencas de la vert iente sur... pp. 70—91 77 des máximas para los distintos períodos de de avulsiones en los ápices de los abanicos retorno considerados, y para una duración y el poder destructivo de estos fenómenos. de la lluvia igual a los tiempos de concen- La superficie de los abanicos aluviales tración. están completamente intervenidas, lo que Finalmente, se estimaron los caudales determina una situación de riesgo per- pico (Qp) (m3/s) de las crecientes para los manente para las comunidades asentadas distintos períodos de retorno considerados, sobre ellos, considerando que son áreas mediante el empleo del método Racional morfodinámicamente inestables, debido (Chow et al., 1994), y cuya ecuación se ex- a que en ellas se depositan los sedimentos presa como: transportados por las crecientes y aludes Qp CiA torrenciales. 3,6 Las microcuencas de las quebradas donde C es el coeficiente de escorrentía que Catuche, Anauco y Gamboa y del río Coti- depende de las características de la super- za, definidas así por poseer superficies no ficie de la cuenca (tabla de valores estánda- mayores a 20 km2, corresponden a sistemas res), y A es el área de la cuenca (km2). de drenaje naturales típicos de ambientes montañosos, en los que claramente se pue- 4. Análisis y discusión den distinguir: de los resultados 1. Áreas de captación o recepción de En los cauces principales de los cursos de precipitaciones (cuenca propiamente agua estudiados, así como en sus áreas de dicha), modeladas en el sector monta- desbordes contiguas sobre los sectores de ñoso, caracterizadas por la presencia de abanicos aluviales en las partes bajas, se laderas y sistemas de canales de fuertes observa una fuerte intervención antrópi- pendientes y topografía en general acci- ca (figura 2), lo cual confina a sus canales dentada, así como procesos geomorfoló- artificiales (embaulamientos) debido a los gicos propios de vertientes (procesos de desarrollos informales principalmente, remoción en masa). obstaculizando de esta manera la dinámica 2. Cauces o canales de desagües princi- natural de sus secciones hidráulicas bajo pales de los sistemas de drenaje, los eventos hidrogeomorfológicos. Así mismo, cuales ocupan el fondo de estrechos estos canales están obstruidos por depósi- valles terminales (cañones montañosos tos de basura, y en el sector montañoso por profundos de escarpadas vertientes escombros de crecidas y aludes pasados, lo que culminan en el frente de montaña, cual es material susceptible a ser transpor- definido éste por un escarpe de falla) tado por nuevos eventos. que sus corrientes han modelado, y que Esta situación conlleva a su vez a que funcionan como ductos de evacuación en escenarios de crecientes y aludes torren- de aguas y sedimentos de las crecientes. ciales, las construcciones que se inter- 3. Y el área piedemontina, distinguida por ponen a los flujos actúen como barreras el desarrollo de abanicos aluviales que figura 2. Vistas de la elocuente intervención antrópica en las inmediaciones (recorridos de dispersoras que desvían a los mismos, in- evidencian la predominancia de una los cursos de agua sobre las áreas de abanicos aluviales) de los cauces principales de las crementando la posibilidad de ocurrencia morfodinámica depositacional de natu- quebradas y río (a) Catuche, (b) Cotiza, (c) Anauco y (d) Gamboa Williams Méndez, Larry Rivas, Eduardo Fernández, 78 Marielis Arévalo y Noraima Correa Amenaza hidrogeomorfológica en microcuencas de la vert iente sur... pp. 70—91 79 raleza principalmente fluvio-torrencial, Las microcuencas estudiadas son tal como se aprecia en sus depósitos sistemas hidrogeomorfológicos de muy característicos, y por una topografía pequeñas dimensiones con orientacio- más suave con pendientes de valores nes cuasi-perpendiculares al eje urbano significativamente bajos. principal de la ciudad de Caracas, y cuyos parámetros morfométricos relacionados De acuerdo con la distribución espa- con sus tamaños y geometría (área, períme- cio-temporal de las lluvias en el área, los tro, longitud, ancho y diámetro) (cuadro 10º33’20” N N menores montos pluviométricos mensuales 2), determinan condiciones particulares (entre 21,6 mm y 97,5 mm) se observan en que favorecen la ocurrencia de crecidas su parte baja, y los mayores en el sector con hidrogramas de picos pronunciados y Cuenca Cuenca montañoso, destacándose que las lluvias corta duración y menores tiempos de con- Qda. Catuche Rio Cotiza Cuenca más copiosas se reciben en las partes me- centración de estos sistemas, en presencia Qda. Anauco dias hacia las altas de las microcuencas, de tormentas significativas en intensidad, principalmente en los profundos y estre- duración y dimensiones. chos valles de los cauces principales, donde La distribución altimétrica (altitudes Cuenca se represan y ascienden los flujos de aire mínima, máxima y media) acusa desnive- Qda. Gamboa (cuadro 1 y figura 3). les e incrementos de gradientes topográfi- Los mayores montos mensuales (entre cos importantes (relieve máximo y radio 57,8 mm y 39,2 mm) se concentran entre del relieve), que determinan la existencia los meses de mayo y noviembre. En las de laderas con inclinaciones superiores a series temporales se observan picos sobre- 45 % (cuadro 2 y figura 4), y cauces princi- salientes de montos mensuales de precipi- pales de las quebradas y río con pendientes taciones, que se desvían notoriamente por promedio altas (figura 5) para recorridos encima de la línea 2σ, los cuales pudieran de escasa longitud, lo cual genera condicio- estar vinculados con eventos de crecidas nes favorables para la activación de proce- 0 1 Km (figura 3). sos erosivos y de arrastre de materiales, así 10º30’48” N cuadro 1. Datos de precipitación (P) (mm) (promedios mensuales y anuales) correspondientes a las estaciones Hotel Humboldt, Los Venados y San Bernardino. Fuente: INAMEH, 2010 Meses Estación anual E f M a M J J a S o n D Hotel Humboldt 33,2 24,3 69,8 68,4 73,7 85,3 126,7 127,8 112,9 115,8 97,9 60,3 996,1 Los Venados 77,3 51,1 30,6 71,9 111,7 150,4 164,0 106,4 209,8 211,2 139,2 55,6 1.379,3 San Bernardino 34,8 21,6 37,2 61,1 57,8 68,5 76,6 91,4 75,0 97,5 63,4 48,0 732,9 figura 3. Distribución espacio-temporal de las precipitaciones en las microcuencas de drenaje 66º55’40” O 66º52’20” O Williams Méndez, Larry Rivas, Eduardo Fernández, 80 Marielis Arévalo y Noraima Correa Amenaza hidrogeomorfológica en microcuencas de la vert iente sur... pp. 70—91 81 cuadro 2. Parámetros morfométricos de las microcuencas de drenaje de las quebradas Catuche, Anauco y Gamboa y del río Cotiza. Catuche Catuche Escala de la cuenca (área km2) Estadístico Área rectángulo equivalente Vertiente mayor Vertiente menor Valor máximo 3,92 7,61 2,92 1,40 Valor mínimo 2,59 5,00 1,52 0,54 Media 3,04 5,96 2,02 1,02 Estadístico perímetro (km) longitud (Km) ancho promedio (km) ancho máximo (km) Diámetro (km) Valor máximo 9,85 3,44 1,21 2,52 2,23 Valor mínimo 8,30 3,02 0,79 1,64 1,82 Media 9,00 3,19 0,95 1,88 1,96 Gradiente y forma del relieve de la cuenca (msnm) Estadístico altitud mínima altitud máxima altitud media relieve máximo radio del relieve Cotiza Cotiza Valor máximo 1.025,00 2.113,00 1.540,50 1.145,00 372,85 Valor mínimo 957,00 1.880,00 1.430,00 893,00 274,62 Media 982,50 1.998,38 1.490,44 1.015,88 318,85 Estadístico Integral hipsométrica coeficiente de coeficiente relieve relativo número de rugosidad masividad (msnm/km2) orográfico (msnm/km) de Melton Valor máximo 0,50 586,87 892.046,33 137,13 0,70 Valor mínimo 0,50 375,32 552.187,90 93,95 0,45 Media 0,50 504,57 754.255,12 113,46 0,59 forma de la cuenca Estadístico Elongación perímetro relativo coeficiente índice índice de crenulación de compacidad de alargamiento de homogeneidad Valor máximo 0,61 37,46 1,71 2,06 0,71 Valor mínimo 0,48 4,04 1,34 1,20 0,34 Anauco Anauco Media 0,55 22,68 1,46 1,76 0,53 forma de la cuenca Estadístico índice de simetría factor forma alargamiento de caquot radio de elongación radio de circularidad Valor máximo 3,80 0,37 2,09 0,69 0,55 Valor mínimo 1,09 0,23 1,64 0,54 0,34 Media 2,31 0,30 1,85 0,62 0,48 Extensión y forma de la red de drenaje (Km) longitud de la longitud de la longitud media del longitud total de Estadístico corriente principal corriente principal valle de la corriente las corrientes de Sinuosidad total de (desembocadura) (ápice del abanico) principal la red de drenaje la corriente principal Valor máximo 7,26 4,19 3,79 34,05 1,35 Gamboa Gamboa Valor mínimo 3,82 3,77 3,39 24,23 1,18 Media 5,51 3,92 3,54 29,59 1,25 Estadístico Sinuosidad topográfica Sinuosidad hidráulica de Densidad de drenaje coeficiente de Extensión media de la de la corriente principal la corriente principal (km/km2) mantenimiento del escorrentía superficial canal (km2/km) (km) Valor máximo 1,22 1,13 11,66 0,12 0,03 Valor mínimo 1,06 1,09 8,37 0,09 0,02 Media 1,13 1,11 9,85 0,10 0,03 orden y magnitud de la red de drenaje Estadístico orden de la corriente número total de corrientes longitud total, relación de bifurcación red de drenaje media Valor máximo 5 142 34,05 4,70 Perfiles longitudinales Perfiles transversales Valor mínimo 4 85 24,23 3,26 Media 4,25 116,25 29,74 4,11 frecuencia media coeficiente figura 4. Perfiles topográficos longitudinales y transversales (cuencas medias) de las Estadístico relación de longitud media relación de pendiente media de las corrientes de torrencialidad microcuencas de drenaje Valor máximo 2,45 1,46 48,63 38,70 Valor mínimo 1,96 1,35 32,82 24,32 Media 2,23 1,41 38,41 29,42 Williams Méndez, Larry Rivas, Eduardo Fernández, 82 Marielis Arévalo y Noraima Correa Amenaza hidrogeomorfológica en microcuencas de la vert iente sur... pp. 70—91 83 2.070 mayor duración, así como mayores tiempos media, longitud media y pendiente media de concentración y retardo de las micro- con valores característicos de cuencas bien Qda. Gamboa 1.870 cuencas, y baja frecuencia en la ocurrencia drenadas y de rápida evacuación (cuadro Qda. Gamboa de crecidas; sin embargo, dadas las peque- 2), lo que incide de igual forma con gran Qda. Anauco ñas dimensiones de éstas, sus formas no peso, en las características de las respuestas 1.670 Qda. Anauco ejercen un fuerte control en sus respuestas hidrológicas que se han venido señalando, hidrológicas, como sí lo ejercen los paráme- e incrementan el nivel de peligrosidad por 1.470 tros referidos al relieve, las dimensiones de crecidas torrenciales. Río Cotiza la tormenta y la intensidad y duración de Los tiempos de concentración y las Río Cotiza las lluvias. velocidades promedios de los flujos calcu- 1.270 Qda. Catuche A excepción de la microcuenca del río lados para las cuencas de drenaje de las Qda. Catuche Cotiza, las otras presentan valores de asi- quebradas y ríos principales, se muestran 1.070 metría relativamente más altos (por ejem- en el cuadro 3. Estos tiempos son bastan- plo, microcuenca de la quebrada Anauco), te cortos, correspondiéndose con valores (cuadro 2), con lo cual las vertientes (con críticos que suponen el tiempo de arribo 870 0 1.000 2.000 3.000 4.000 5.000 6.000 7.000 relación a los cursos de agua principales) de una crecida a las secciones hidráulicas Distancia horizontal (m) de mayores superficies, poseen mayor ex- de referencia, principalmente en los ápices tensión de la red de drenaje, y por lo tanto, de los abanicos, a partir de los cuales hacia figura 5. Perfiles topográficos longitudinales de los cauces de las quebradas y río principales de sus aportes a las crecidas son mayores. su desembocadura y bordeando los cauces las microcuencas de drenaje Estas asimetrías, probablemente obedecen principales de las cursos de agua sobre los a un control morfotectónico. depósitos torrenciales de dichos abanicos, como crecidas importantes con caudales sobre todo en presencia de eventos de pre- Las redes de drenaje exhiben en líneas se asienta una proporción importante de la picos pronunciados y corta duración. cipitaciones extraordinarias o de intensi- generales, patrones sub-paralelos, indican- población de la ciudad capital. El número de rugosidad de Melton dades y duraciones suficientes para activar do cierta homogeneidad topográfica del El análisis de eventos extremos de la (cuadro 2) arroja valores moderados a estos procesos hidrogeomorfológicos; y por área drenada, así como un control geológi- lluvia, indica valores críticos de profundi- altos (microcuencas bastante rugosas), lo otro lado, indican un moderado estadio co-estructural (patrones de fracturas) en dades de láminas e intensidades máximas que implica una alta probabilidad de que evolutivo y un balance tectónico-erosivo la disposición y orientación espacial de los anuales para eventos de 1 hora de duración se generen crecidas torrenciales y flujos negativo, atribuible a una posible baja tasa cauces. Las corrientes principales de estas y períodos de retorno de 50 y 100 años, que de detritos, corroborado además, por los de levantamiento. Aun así, tales rasgos microcuencas tienen recorridos muy cortos superan los 65 mm/h y 70 mm/h respecti- elevados desniveles topográficos y altos definen una topografía muy accidentada, lo que escasamente alcanzan 4 km (quebrada vamente (figura 6), y para duraciones de la valores de densidad de drenaje. que condiciona a su vez, respuestas hidro- Catuche), con desniveles importantes supe- lluvia igual al tiempo de concentración de De acuerdo con los datos de la integral lógicas rápidas y agresivas de estas micro- riores a 800 msnm. cada una de las microcuencas, se obtuvie- hipsométrica (cuadro 2), estas microcuen- cuencas. Para tratarse de cuencas tan pequeñas, ron valores máximos todos superiores a cas exhiben valores intermedios de áreas Los valores de los parámetros referidos presentan altos valores de densidad de dre- los 25 mm para el caso de las profundida- bajo sus curvas hipsométricas, con lo cual a la forma de las microcuencas (coeficien- naje, orden de la cuenca, frecuencia media des de láminas máximas, y valores todos se infiere que dichas curvas presentan te de compacidad, factor forma y radio de de las corrientes y coeficiente de torrencia- superiores a los 100 mm/h en el caso de las formas cóncava-convexas a ligeramente circularidad), (cuadro 2), indican que se lidad (cuadro 2), elementos que indican que intensidades máximas (cuadro 4), y princi- convexas, permitiendo interpretar que el trata de sistemas de morfología o configu- son sistemas de drenaje altamente efectivos palmente para escenarios de 50 y 100 años potencial erosivo de las redes de drenaje ha ración planimétrica alargada, con lo cual en la evacuación de las aguas de lluvia y de período de retorno. sido moderado, así como la ocurrencia de se esperarían hidrogramas de crecidas con un alto potencial erosivo; y por otro Las dimensiones de las tormentas y la procesos de remoción en masa en laderas, asimétricos con picos más suavizados y de lado, muestran relaciones de bifurcación intensidad y duración de las lluvias, ejer- Altura (msnm) Williams Méndez, Larry Rivas, Eduardo Fernández, 84 Marielis Arévalo y Noraima Correa Amenaza hidrogeomorfológica en microcuencas de la vert iente sur... pp. 70—91 85 1.000 cuadro 3. Tiempos de concentración de las microcuencas de drenaje y velocidad media del flujo de las quebradas Catuche, Anauco y Gamboa y del río Cotiza tiempo de concentración Velocidad media del flujo Microcuenca (tc) (Vmf) h min seg km/h m/s 100 Catuche 0,37 22,11 1.326,79 11,36 3,15 Cotiza 0,32 19,03 1.141,70 12,05 3,35 Anauco 0,27 15,93 955,79 13,03 3,62 Gamboa 0,30 18,23 1.093,69 12,87 3,58 10 cuadro 4. Profundidades e intensidades de láminas máximas anuales de precipitación de la estación pluviográfica San José de El Ávila, y caudales picos de las crecientes para una duración de la lluvia igual al tiempo de concentración de las microcuencas de las quebradas Catuche, Anauco y Gamboa y del río Cotiza y distintos períodos de retorno 1 1 10 100 1.000 10.000 Duración (min) profundidad de la lámina máxima anual de precipitación Microcuenca (p) (mm) 2,33 5 10 25 50 100 500 Catuche 30,96 36,86 37,33 38,07 38,59 39,07 51,60 1.000 Cotiza 28,69 32,33 32,56 33,19 33,51 34,02 46,94 Anauco 26,55 27,24 27,61 28,14 28,41 28,85 41,15 Gamboa 29,01 30,78 31,19 31,90 32,20 32,61 45,57 Intensidad máxima anual de precipitación 100 Microcuenca (I) (mm/h) 2,33 5 10 25 50 100 500 catuche 84,00 100,00 101,30 103,30 104,70 106,00 140,00 cotiza 90,47 101,93 102,66 104,66 105,67 107,26 148,00 anauco 100,01 102,60 104,00 106,00 107,00 108,66 155,00 10 Gamboa 95,50 101,30 102,66 105,00 106,00 107,33 150,00 caudal pico de la creciente Microcuenca (Qp) (m 3/s) 2,33 5 10 25 50 100 500 1 catuche 32,01 42,47 45,22 50,62 54,72 60,02 88,42 1 10 100 1.000 10.000 cotiza 25,68 32,24 34,14 38,20 41,14 45,24 69,63 Duración (min) anauco 25,18 28,79 30,68 34,32 36,95 40,65 64,68 Gamboa 25,25 29,85 31,80 35,70 38,44 42,17 65,73 figu ra 6. Curvas de Profundidad - Duración - Fecuencia (PDF) y de Intensidad - Duración - Frecuencia (IDF) ajustadas por el método de Wenzel para láminas máximas anuales de precipitación de la estación San José del Ávila Intensidad Máxima Profundidad de Lámina Máxima Anual de Precipitación (mm) Anual de Precipitación (mm) Williams Méndez, Larry Rivas, Eduardo Fernández, 86 Marielis Arévalo y Noraima Correa Amenaza hidrogeomorfológica en microcuencas de la vert iente sur... pp. 70—91 87 cen gran influencia en la activación de corrientes de las redes de drenaje y altos 5. Referencias citadas estos controles morfométricos, y en la gene- coeficientes de torrencialidad. AGUIRRE, J. & E. JÁUREGUI. 2006. “Hydrologic and hydraulic study of ración de crecientes y aludes torrenciales. De igual forma, estas respuestas de- Naiguatá and Camurí Grande rivers in Vargas state, Venezuela”. En: J. Las magnitudes estimadas para los cau- penden también de las dimensiones de las LóPEz y R. GARCÍA (eds.). Los aludes torrenciales de diciembre 1999 en dales picos de las crecientes, superan los 25 tormentas que afectan el área, así como de Venezuela. pp. 704-717. Instituto de Mecánica de Fluidos, Facultad de m3/s para todos los períodos de retorno en la intensidad y duración de las lluvias, y en Ingeniería, Universidad Central de Venezuela. Caracas, Venezuela. las cuatro microcuencas, con los mayores particular de los eventos extremos. ÁLVAREZ, R.; kEY, F.; kLANkE, A.; GUERRA, A. y R. CONVIT. 1968. Atlas cli- valores en la microcuenca de la quebrada En vista de la amenaza hidrogeomor- matológico e hidrológico de la cuenca hidrográfica del valle de Caracas. Catuche (todos por encima de 32 m3/s). Para fológica evaluada en las microcuencas del Ediciones de la Biblioteca, Universidad Central de Venezuela. Caracas, eventos de 50 y 100 años de períodos de área de estudio, se recomienda: Venezuela. retorno, se obtuvieron caudales que supe- 1. Reactivar y crear nuevas estaciones ARTIGAS, J. y J. CÓRDOVA. 2010. “Estimación de volúmenes y picos de ran los 35 m3/s y 40 m3/s respectivamente. hidrometeorológicas en toda la exten- aludes torrenciales y producción de sedimentos en cuencas del estado Eventos mucho más extremos (período de sión superficial de la vertiente sur del Vargas”. En: J. LóPEz (ed.). Lecciones aprendidas del desastre de Vargas: retorno de 500 años), alcanzan caudales macizo ‘El Ávila’, a fin densificar la red Aportes científico-tecnológicos y experiencias nacionales en el campo de por encima de los 64 m3/s (cuadro 4). Estas de mediciones. la prevención y mitigación de riesgos. pp. 239-257. Instituto de Mecánica magnitudes, representan crecidas torren- 2. Reactivar e implementar nuevas esta- de Fluidos, Facultad de Ingeniería, Universidad Central de Venezuela. ciales de importantes volúmenes de agua. ciones con sistemas de alertas tempra- Caracas, Venezuela. nas en todas las microcuencas cuyas ARTIGAS, J.; LÓPEZ, J. y J. CÓRDOVA. 2004. Producción de sedimentos en las 4. Conclusiones corrientes principales cruzan la ciudad cuencas de la vertiente sur del Parque Nacional El Ávila. Jornadas de y recomendaciones capital, así como planes de acción y con- Investigación de la Facultad de Ingeniería 2004. Caracas, Venezuela (29 Las microcuencas de drenaje analizadas tingencia ante la ocurrencia de crecidas de noviembre al 03 de diciembre). son sistemas cuyas magnitudes de sus y aludes torrenciales. AUDEMARD, F.; MACHETTE, M.; COX, J.; DART, R. & k. HALLER. 2000. Map respuestas hidrológicas súbitas y agresivas 3. Ejecutar jornadas de información, pre- and database of Quaternary Faults in Venezuela and its offshore regions por efecto de eventos extremos de precipi- paración y autoprotección de las comu- (Open File-Report 00-018). United States Geological Survey. USA. tación, así como sus regímenes torrenciales nidades en situación de riesgo, frente BELLO, M.; O’BRIEN, J.; LÓPEZ, J. & R. GARCÍA. 2006. “Simulation of floo- y cortos tiempos de concentración, están a la ocurrencia de crecidas y aludes ding and debris flows in the Cerro Grande river”. En: J. LóPEz y R. controlados principalmente por las peque- torrenciales de estos cursos de agua. GARCÍA (eds.). Los aludes torrenciales de diciembre 1999 en Venezuela. ñas dimensiones de éstos (área, perímetro, 4. Preparar a las comunidades para la pp. 655-669. Instituto de Mecánica de Fluidos, Facultad de Ingeniería, longitud, ancho y diámetro), y su morfolo- autogestión de sus propios riesgos, así Universidad Central de Venezuela. Caracas, Venezuela. gía tipo embudo. como en la elaboración de mapas de CARRERO, O.; BARRIOS, D.; BONDUkI, Y.; MARÍN, E., y J. MÁRQUEZ. 1983. También influyen con gran peso en este riesgos y recursos comunitarios. Mapa de la vegetación actual de Venezuela, mapa a escala 1:500.000 comportamiento, las marcadas diferen- 5. Difundir la información relacionada (Proyecto VEN/79/001/Sistemas Ambientales Venezolanos). Ministerio cias altitudinales en la topografía, fuertes con la dinámica hidrogeomorfológica del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables. Caracas, Vene- pendientes en las vertientes y cauces de las de las microcuencas de la vertiente sur zuela. áreas de captación, cortas longitudes de los del Parque Nacional Waraira Repano, a CILENTO, A. 2002. “Sobre la vulnerabilidad urbana de Caracas”. Revista cauces principales, las longitudes totales fin de que los organismos competentes Venezolana de Economía y Ciencias Sociales, 8(3): 103-118. de los sistemas de drenaje, densidades de y quienes toman decisiones en cuanto a CÓRDOVA, J. y M. GONZÁLEZ. 2003. “Estimación de los volúmenes y cau- drenaje medias a altas, órdenes de cuencas políticas públicas, la consideren como dales máximos que produjeron los aludes torrenciales ocurridos en altos (entre 4 y 5) para sistemas tan peque- insumos para la revisión y redefinición Diciembre de 1999 en cuencas del Litoral Central del estado Vargas, ños, relaciones de bifurcación media entre de los planes de ordenación del territo- Venezuela”. Acta Científica Venezolana, 54(1): 33-48. Disponible en: 3,26 y 4,70, altas frecuencias medias de las rio a nivel regional y local. http://acta.ivic.ve. Williams Méndez, Larry Rivas, Eduardo Fernández, 88 Marielis Arévalo y Noraima Correa Amenaza hidrogeomorfológica en microcuencas de la vert iente sur... pp. 70—91 89 CÓRDOVA, J. y M. GONZÁLEZ. 2010. “Evaluación hidrológica y de caudales pico de la kIRPICH, Z. 1940. “Time of concentration of small agricultural watersheds”. Civil tormenta extraordinaria de 1999 en el estado Vargas”. En: J. LóPEz (ed.). Leccio- Engineering, 10(6): 362. nes aprendidas del desastre de Vargas: Aportes científico-tecnológicos y experien- kITE, G. 1985. Frequency and risk analysis in hydrology. Water Resources Publica- cias nacionales en el campo de la prevención y mitigación de riesgos. pp. 95-113. tions. USA. Instituto de Mecánica de Fluidos, Facultad de Ingeniería, Universidad Central de LÓPEZ, J.; BELLO, M.; GONZÁLEZ, N.; ALCALÁ, O. y A. TOYO. 2006a. “Consideracio- Venezuela. Caracas, Venezuela. nes sobre el desastre de Carmen de Uria”. En: J. LóPEz y R. GARCÍA (eds.). Los CHOW, V.; MAIDMENT, D. y L. MAYS. 1994. Hidrología aplicada. McGraw-Hill Intera- aludes torrenciales de diciembre 1999 en Venezuela. pp. 670-685. Instituto de mericana, S.A. Santafé de Bogotá, Colombia. Mecánica de Fluidos, Facultad de Ingeniería, Universidad Central de Venezue- DE LISIO, A. 2001. “La evolución urbana de Caracas: Indicadores e interpretaciones la. Caracas, Venezuela. sobre el desarrollo de la interrelación ciudad-naturaleza”. Revista Geográfica LÓPEZ, J.; PÉREZ, D.; GARCÍA, R. y Z. SHUCHENG. 2006b. “Evaluación hidro-geo- Venezolana, 42(2): 203-226. morfológica de los aludes torrenciales de diciembre 1999 en Venezuela”. DIRECCIÓN DE CARTOGRAFÍA NACIONAL (DCN). 1958. Hojas IV-9 y V-9, planos topo- En: J. LóPEz y R. GARCÍA (eds.). Los aludes torrenciales de diciembre 1999 en gráficos a escala 1:5.000, Proyecto BITUCOTEX. Caracas, Venezuela. Venezuela. pp. 41-57. Instituto de Mecánica de Fluidos, Facultad de Ingeniería, DIRECCIÓN DE CARTOGRAFÍA NACIONAL (DCN). 1979. 23 de Enero y Los Chorros, Universidad Central de Venezuela. Caracas, Venezuela. hojas 6847-IV-SO y 6847-IV-SE, cartas topográficas a escala 1:25.000. Caracas, MÉNDEZ, W.; CÓRDOVA, J.; CARTAYA, S. y H. PACHECO. 2007. “Geomorfología y Venezuela. respuesta hidrológica de la microcuenca de drenaje de la quebrada Curucutí, FANGQIANG, W.; kAIHENG, H.; LÓPEZ, J.; PÉREZ, D. & L. SHIJIAN. 2006. “Debris flow estado Vargas, Venezuela”. Revista de la Facultad de Ingeniería, 22(1): 5-20. risk zoning in Cerro Grande, Venezuela”. En: J. LóPEz y R. GARCÍA (eds.). Los alu- MÉNDEZ, W. 2014. Relaciones morfometría-respuesta hidrológica en cuencas de des torrenciales de diciembre 1999 en Venezuela. pp. 774-785. Instituto de Mecáni- drenaje del estado Vargas, Venezuela: Una escala de peligrosidad por crecientes. ca de Fluidos, Facultad de Ingeniería, Universidad Central de Venezuela. Caracas, Facultad de Ingeniería. Universidad Central de Venezuela. Caracas, Venezue- Venezuela. la. Tesis de Doctorado, (inédito). GOBERNACIÓN DEL DISTRITO FEDERAL. 1984. Hojas D-43, E-43, F-43, D-44, E-44 y MINISTERIO DEL AMBIENTE Y DE LOS RECURSOS NATURALES (MARN). 2010. F-44, planos topográficos a escala 1:5.000. Caracas, Venezuela. Datos de láminas máximas anuales de precipitación para distintas duraciones GUEVARA, J. 1987. Métodos de estimación y ajuste de datos climáticos (Colección Mono- de la estación pluviográfica San José de El Ávila. Datos no publicados. Dirección grafías 12). Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico, Universidad Central de Hidrología y Meteorología. Caracas, Venezuela. de Venezuela. Caracas, Venezuela. PETRÓLEOS DE VENEZUELA S. A. 1993. Atlas imagen de Venezuela: Una visión des- GUMBEL, E. 1941. “The return period of flood flows”. The Annals of Mathematical de el espacio. Caracas, Venezuela. Statistics, 12(2): 163-190. SINGER, A. 2010. “Los aludes torrenciales en Venezuela: Antecedentes”. En: J. HERNÁNDEZ, E. 2006. “Flujos de barros y escombros durante las tormentas de los LóPEz (ed.). Lecciones aprendidas del desastre de Vargas: Aportes científico-tec- días 15 y 16 de diciembre de 1999 en el edo. Vargas, Venezuela”. En: J. LóPEz nológicos y experiencias nacionales en el campo de la prevención y mitigación y R. GARCÍA (eds.). Los aludes torrenciales de diciembre 1999 en Venezuela. pp. de riesgos. pp. 65-80. Instituto de Mecánica de Fluidos, Facultad de Ingeniería, 443-453. Instituto de Mecánica de Fluidos, Facultad de Ingeniería, Universidad Universidad Central de Venezuela. Caracas, Venezuela. Central de Venezuela. Caracas, Venezuela. SINGER, A.; ROJAS, C. y M. LUGO. 1983. Inventario nacional de riesgos geológicos: HONG, X.; FANGQIANG, W. & C. PENG. 2006. “Causes and characteristics of the Ávila Estado preliminar, mapa, glosario y comentarios. Departamento de Ciencias debris flows in Venezuela”. En: J. LóPEz y R. GARCÍA (eds.). Los aludes torrencia- de la Tierra, Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas. Caracas, les de diciembre 1999 en Venezuela. pp. 686-693. Instituto de Mecánica de Fluidos, Venezuela. Facultad de Ingeniería, Universidad Central de Venezuela. Caracas, Venezuela. SALCEDO, D. 2006. “Los flujos torrenciales catastróficos de diciembre de 1999, INSTITUTO NACIONAL DE METEOROLOGÍA E HIDROLOGÍA (INAMEH). 2010. Datos en el estado Vargas y en el área metropolitana de Caracas: Características y mensuales de precipitación de las estaciones climatológica Los Venados y pluvio- lecciones aprendidas”. En: J. LóPEz y R. GARCÍA (eds.). Los aludes torrenciales gráficas Hotel Humboldt y San Bernardino. Datos no publicados. Caracas, Vene- de diciembre 1999 en Venezuela. pp. 884-929. Instituto de Mecánica de Fluidos, zuela. Facultad de Ingeniería, Universidad Central de Venezuela. Caracas, Venezuela. Williams Méndez, Larry Rivas, Eduardo Fernández, 90 Marielis Arévalo y Noraima Correa Amenaza hidrogeomorfológica en microcuencas de la vert iente sur... pp. 70—91 91 SERVICIO AUTÓNOMO DE GEOGRAFÍA Y CARTOGRAFÍA NACIONAL. 1995. Caracas y Los Chorros, hojas 6847-IV-SO y 6847-IV-SE, ortofotomapas a escala 1:25.000. Caracas, Venezuela. SHUCHENG, Z.; LÓPEZ, J.; GARCÍA, R. & D. PÉREZ. 2006. “Basic characteristics of lar- ge-scale debris flow in Vargas region, Venezuela, dec. 16 1999: Cerro Grande and Uria ravines as examples”. En: J. LóPEz y R. GARCÍA (eds.). Los aludes torrencia- les de diciembre 1999 en Venezuela. pp. 745-758. Instituto de Mecánica de Fluidos, Facultad de Ingeniería, Universidad Central de Venezuela. Caracas, Venezuela. URBANI, F. y J. RODRÍGUEZ. 2004. Atlas geológico de la Cordillera de la Costa Venezue- la: Caracas, Hoja 6847-IV-SO, carta geológica a escala 1:25.000. Escuela de Geolo- gía, Minas y Geofísica de la Universidad Central de Venezuela, Fundación Vene- zolana de Investigaciones Sismológicas, Fundación Geos. Caracas, Venezuela. WENZEL, H. 1982. “Rainfall for urban stormwater design”. En: Urban Storm Water Hydrology (Water Resources, Monograph 7). American Geophysical Union. USA. Lugar y fecha de culminación: Caracas, Venezuela enero, 2015 pp. 92—109 Recibido: febrero, 2015 Manuel Fuenzal ida, Víctor Cobs 92 Aceptado: junio, 2015 y Minerva Miranda Inequidad socioespacial para hospital izaciones asociadas al contaminante material... pp. 92—109 93 Inequidad Resumen El objetivo es evaluar el comportamiento de las inequidades presentes en el daño en salud por efectos de exposición a material particulado de 10 micras. Se trata de un estudio ecológico longitudinal, no experimental, que utiliza los registros socioespacial oficiales de hospitalizaciones de niños menores de 5 años. La identificación de grupos socioeconómicos (GSE) se obtiene utilizando categorías de beneficiarios del sistema de salud. La presencia y magnitud de las inequidades en salud se cal- para hospitalizaciones culan a partir de tasas de hospitalizaciones (TH), riesgo relativo (RR), la gradiente de desigualdad (m) y un diagrama de dispersión normalizada entre m y el valor asociadas al contaminante material total de TH. Los resultados muestran inequidad en los efectos de la contaminación en la salud de los residentes en diferentes municipios de la ciudad de Santiago de particulado en niños residentes Chile. El riesgo de enfermar y requerir cuidados hospitalarios, aumenta a medida que disminuye el GSE. en Santiago de Chile palabras clave: exposición; inequidades en salud; material particulado; geografía de la salud. Sociospatial inequity for hospital admissions Abstract The objective is to evaluate the behavior of inequities present in health damage due to effects of exposure to particulate matter of 10 microns. It is a non-experimental associated to the pollutant particulate matter longitudinal ecological study using records of hospitalizations of under 5-year-old in resident children in Santiago de Chile children. The identification of socio-economic groups (GSE) is obtained by using categories of beneficiaries of the health system. The presence and magnitude of health inequities are calculated by means of rates of hospitalization (RH), relative Manuel fuenzalida risk (RR), gradient of inequality (m) and a normalized scatter plot between m and the total value of RH. The results show inequity in the effects of pollution on the health Universidad Alberto Hurtado, Departamento de Geografía. Santiago de Chile, Chile of residents in different municipalities of the city of Santiago de Chile. The risk of mfuenzal@uahurtado.cl becoming ill and requiring hospital care increases with decreasing the GSE. Víctor cobs Key words: exposure, health inequalities, particulate matter, geography of health. Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Instituto de Geografía. Valparaíso, Chile vcobs@labtys.cl Minerva Miranda Universidad Alberto Hurtado, Departamento de Geografía. Santiago de Chile, Chile mmiranda@labtys.cl Manuel Fuenzal ida, Víctor Cobs 94 y Minerva Miranda Inequidad socioespacial para hospital izaciones asociadas al contaminante material... pp. 92—109 95 1. Introducción las relaciones entre los patrones de salud y la Por lo tanto, es de gran importancia 2. Materiales y método Desde la década de 1970, un volumen con- estructura espacial de las diferentes caracte- lograr cuantificar el riesgo al cual los dife- Se trata de un estudio ecológico longitudi- siderable de evidencia ha demostrado que rísticas sociales, económicas y ambientales. rentes grupos socioeconómicos se ven po- nal, no experimental. Como fuente principal los grupos socialmente desfavorecidos a Para efectos de este estudio, se utilizará este tencialmente enfrentados. De esta forma es de datos, se consideran los formularios de menudo están expuestos a entornos físi- segundo enfoque. posible encontrar diferentes aportaciones hospitalizaciones recopilados oficialmente en cos que son potencialmente perjudiciales Los resultados de numerosas investiga- científicas que potencian el uso del riesgo el informe estadístico de egreso hospitalario para la salud (Richardson et al., 2013). Se ciones sugieren que el nivel socioeconómico relativo (RR) y riesgo atribuible (RA) en sus (IEEH). ha observado de igual forma, que muchos es uno de los principales factores determi- investigaciones; prueba de ello es Nilunger A efectos de desestimar comportamientos efectos en salud varían geográficamente y, nantes del estado de salud y disparidades de et al. (2004), quienes establecen un pará- puntuales y/o estacionales en las hospita- en particular, que las comunidades social- salud entre los diferentes grupos sociales y metro de cuantificación para la ‘Evaluación lizaciones asociadas a contaminación (e.g. mente más desfavorecidas presentan nive- étnicos y, puede servir como un indicador de Impacto en Salud’ en Quebec, Canadá, condiciones meteorológicas adversas, disponi- les inferiores en la calidad de su salud, en de salud que tiene un valor predictivo en la mediante el análisis de la influencia de los bilidad de camas, estaciones del año), se consi- comparación con los niveles que presentan evaluación epidemiológica espacial (Philips diferentes riesgos relativos sobre la carga dera un periodo quinquenal para este estudio el segmento socioeconómico más favore- et al., 2011). De manera general, las eviden- de la enfermedad para diversos grupos comprendido entre los años 2005-2009. cido; inequidad que se está ampliando en cias apuntan a un fuerte gradiente social en socioeconómicos. muchos países (Pearce y kingham, 2008). el ámbito de la salud de la población, inva- En el caso chileno, Hertel-Fernandez 2.1 Área de estudio El propósito de la investigación es dilu- riablemente desfavorable para grupos so- et al. (2007) calcula tasas de mortalidad El Área Metropolitana de Santiago de Chile cidar si las hospitalizaciones a causa de la cialmente menos privilegiados (Landmann infantil anual y riesgo relativo mediante (AMS) se ubica en la región Metropolita- contaminación por material particulado et al., 2002). la educación de la madre y de la situa- na, zona centro del país, compuesta por 34 de 10 micras (MP10) presentan evidencia En esta línea argumental, Marmot y Wi- ción laboral para cada causa y edad de unidades administrativas distribuidas a una de efectos desiguales en morbilidad de la lkinson (2001) ponen en valor dos formas en fallecimiento. Esto con el fin de medir las altitud que va de los 400 a 900 msnm, siendo población residente en el Área Metropoli- que los ingresos podrían estar causalmente desigualdades socioeconómicas y el riesgo esta una zona altamente contaminada, con al tana de Santiago de Chile. Si esto ocurre, relacionados con la salud: a) a través de un atribuible en mortalidad infantil a nivel menos 5 millones de personas que están ex- la valoración de inequidad en salud será efecto directo sobre las condiciones materia- nacional y regional en Chile entre 1990- puestas a una concentración promedio anual el resultado de constatar que los grupos les necesarias para la supervivencia biológi- 2005, y proponer nuevas metas de política. de MP10 superior al límite establecido en la desfavorecidos económicamente, soportan ca, y b) a través de un efecto sobre la partici- Dada las anteriores premisas, el presen- norma chilena (50 ug/m3) y norma OMS (20 tasas más elevadas de hospitalizaciones pación social y la oportunidad de controlar te trabajo busca ampliar el conocimiento ug/m3). Los registros consultados para la serie en comparación con el grupo de mayores las circunstancias de la vida (Hu et al., 2008). sobre el comportamiento de las inequida- de tiempo trabajada, extraídos del Sistema ingresos. En el plano de la contaminación atmos- des presentes en el estado de salud (daño) de Información Nacional de Calidad del Aire Según señala Aschan-Leygonie et al. férica, conviene señalar que el material por efectos de la exposición a contamina- (SINCA), indican la siguiente concentración (2013), existen diferentes formas episte- particulado, y en especial la fracción res- ción del aire, el cual es un factor determi- promedio anual: 2005: 66 ug/m3; 2006: 72 ug/ mológicas de estudiar la relación entre la pirable (MP10), ha sido relacionado con una nante ambiental ampliamente reconocido m 3; 2007: 69 ug/m3; 2008: 67 ug/m3 y, 2009: 66 salud y el territorio; una de ellas consiste serie de efectos adversos sobre la salud en de la salud, especialmente entre las pobla- ug/m3. en observar el nivel individual con el fin diversos estudios epidemiológicos, incluyen- ciones urbanas (Rodríguez et al., 2012). Nicod e Iizuka (2000) para la Comisión de evaluar en qué medida las caracterís- do: mortalidad, hospitalizaciones por enfer- Económica para América Latina y el Caribe ticas sociales, económicas y ecológicas de medades respiratorias de las vías inferiores (CEPAL), señalan que la ubicación geográfica un lugar influyen en la salud de sus resi- para niños, ataques de asma y enfermedades del AMS en su contexto de cuenca, sumada a dentes y, un segundo enfoque se centra crónicas. En varios estudios se obtienen diferentes factores meteorológicos, constituye en las desigualdades de salud entre los relaciones estadísticamente significativas una de las características más importantes diferentes lugares y los patrones espaciales usando distintas medidas de material parti- para explicar el deterioro de la calidad del resultantes, siendo el objetivo identificar culado (Mehta et al., 2013). aire de la misma. La presencia de un con- Manuel Fuenzal ida, Víctor Cobs 96 y Minerva Miranda Inequidad socioespacial para hospital izaciones asociadas al contaminante material... pp. 92—109 97 junto importante de cerros a su alrededor do del prestador de la atención. Estos datos La identificación del nivel socioeconó- durante un mes estándar, el sueldo prome- constituye un factor que limita la ventila- forman parte de las estadísticas oficiales mico de la población de interés, se obtiene dio es aproximado de $1.099.000 CLP (1.978 ción de la ciudad y también de la evacua- del Ministerio de Salud de Chile. utilizando los datos de tipo de beneficiario USD aproximadamente). ción de los contaminantes que se producen Las variables de estudio seleccionadas de salud. Esto, considerando que en Chile Para obtener la población total por GSE, en ella. A esto se suman otros factores son edad, diagnóstico, lugar de residencia opera un sistema diferenciado de acceso a se utiliza la asignación porcentual de la como la velocidad y dirección de los vien- (municipio), fecha y previsión de salud. Los la atención a salud, FONASA (Fondo Na- participación de los beneficiarios según tos (circulación horizontal), así como la diagnósticos de morbilidad identificados cional de Salud, de naturaleza pública) o sistema de previsión, por cada tramo de existencia de limitaciones a la dispersión para este estudio conciernen a los que la ISAPRE (Instituciones de Salud Previsional, ingreso y municipio (estadística anual vertical por efecto de inversión térmica literatura científica asocia a la contamina- de naturaleza privada), que responde al realizada por FONASA) a la proyección de que también dificultan la dispersión de los ción del aire por MP10 (Ministerio del Medio aporte de las cotizaciones a la seguridad población menor de 6 años, obtenida por el contaminantes. Cabe destacar que el área Ambiente, 2011), y que corresponden, social que realizan los trabajadores (7 % método ‘Taucher’ de estimación de pobla- presenta, además, marcadas diferencias de según la Clasificación Internacional de En- de la remuneración). El sector FONASA ciones menores, por grupos programáticos temperatura entre las diversas estaciones fermedades en su décima revisión (CIE-10), atiende a la mayoría de la población, espe- de edad. del año (Román et al., 2009). a patologías cardiovasculares ataques al cialmente a los segmentos más pobres y a Con fines de análisis, la clasificación de De acuerdo a esto, la evidencia científi- corazón (CIE-10 códigos I21-I22); disritmia adultos mayores; en tanto el sector ISA- GSE se reagrupa en 4 categorías de interés, ca señala que las dinámicas de los contami- (CIE-10 códigos I49.9); y enfermedades PRE a los más jóvenes, sanos y de mayores siendo éstas GSE 1= FONASA A + FONASA B; nantes emitidos durante el día en las zonas isquémicas del corazón (CIE-10 códigos I20; ingresos (Labra, 2002). Utilizamos esta GSE 2= FONASA C; GSE 3= FONASA D; GSE central y surponiente del área de estudio I23-I25) y, las respiratorias no infecciosas: categorización de los beneficiarios de salud 4= ISAPRE. son transportados hacia el sector nororien- neumonía (CIE-10 códigos J12-J18); bronqui- para generar grupos de individuos, cuyos Identificar estos grupos permite eva- te, mientras que en la noche el flujo se in- tis, enfisema y otras enfermedades pulmo- ingresos autónomos del hogar por concepto luar presencia de inequidad en la mag- vierte, descendiendo aire más limpio desde nares obstructivas crónicas (CIE-10 códigos de remuneraciones están dentro de rangos nitud del riesgo de enfermar y requerir la precordillera de los Andes (zona este del J40-J44); y asma (CIE-10 códigos J45-J46). predefinidos y excluyentes entre sí, y por lo cuidados hospitalarios. AMS), llevando el aire contaminado hacia tanto, asimilables a grupos socioeconómi- la zona céntrica y poniente de la ciudad. 2.3 Población de estudio cos (GSE). 2.4 Análisis de datos Por otro lado, el fenómeno de disper- Se trabaja con la población infantil menor Oficialmente, los beneficiarios del siste- Las fuentes de datos tratadas en la presente sión vertical de contaminantes se realiza de 5 años de edad, puesto que a lo largo de ma público se clasifican en 4 grupos de- investigación cuentan con la ventaja de ser usualmente en una capa comprendida en- su vida han presentado menor movilidad pendiendo del nivel de ingreso imponible cifras totales de hospitalizaciones (H); es tre la superficie y una altura determinada territorial, lo que avala que los eventos de mensual de los asegurados, los cuales son decir, el censo de los eventos en salud que por factores termodinámicos, en este caso, daños en la salud puedan ser imputados o medidos en pesos chilenos (CLP). Grupo A, requirieron tratamiento intrahospitalario la altura donde se produce la mezcla pre- tengan directa relación con los niveles de carente de recursos; Grupo B, renta menor para su recuperación. Esto permite identi- senta grandes variaciones según los meses exposición a contaminación ambiental ocu- o igual a $210.000 CLP (370 USD aproxima- ficar de manera directa el comportamiento del año, pudiendo bajar hasta 300 m., en in- rridos en sus lugares de residencia. Siendo damente); Grupo C, renta mayor a $210.001 del daño en salud presente en la población vierno y subir a 1.000 m. en verano, altura además, un grupo de población identifica- CLP y menor o igual a $306.600 CLP (542 bajo estudio, lo que equivale a un 100 % de que está afectada por el efecto de inversión da de riesgo de morbimortalidad por estas USD aproximadamente); Grupo D, renta confiabilidad de los resultados obtenidos. térmica (Nicod e Iizuka, 2000). causas, ya que son particularmente suscep- mayor a $306.601 CLP. Los usuarios del sis- Lo anterior permite disponer de un set de tibles a los efectos de la contaminación am- tema privado, no cuentan con clasificación indicadores capaces de diagnosticar y eva- 2.2 Datos de hospitalizaciones biental en la salud debido a que pasan más según tramo de ingresos, pero al estudiar luar la magnitud del riesgo que enfrenta la Para el análisis del daño en salud utiliza- tiempo en espacios exteriores, tienen una el comportamiento de las cotizaciones salud humana por causas de exposición a mos los datos de hospitalizaciones ocurri- mayor frecuencia respiratoria e inhalan pagadas por el total de afiliados a ISAPRES contaminantes ambientales. das en Chile durante el periodo 2005-2009, un volumen mayor de aire en proporción independiente del carácter público o priva- con su peso corporal (Betts, 2011). Manuel Fuenzal ida, Víctor Cobs 98 y Minerva Miranda Inequidad socioespacial para hospital izaciones asociadas al contaminante material... pp. 92—109 99 La magnitud del riesgo en salud, según pertenecientes a las categorías GSEi, Finalmente, las potenciales asimetrías la distribución territorial de la TH, la cual GSE, la evaluamos a través de 2 paráme- con i =1..3. existentes dentro de las 34 unidades ad- concentra en el sector N y S los Q4 y Q5 tros usados habitualmente en estudios de TH4 es la tasa específica de atenciones ministrativas (UA), se visualizarán en un correspondiente al impacto más nocivo y en desigualdad: Tasa específica de hospitali- hospitalarias ocurridas en el periodo diagrama de dispersión estandarizado, el sector E el Q1 que concierne a un impacto zación por cada 1.000 habitantes (TH), y el 2005-2009, en menores de 5 años de edad dando lugar a cuatro combinaciones teóri- moderado. cálculo del Riesgo Relativo (RR) de los gru- pertenecientes a las categorías GSE4. cas en la relación entre la inequidad (m) y Segundo, a excepción de Vitacura (E), to- pos de menores ingresos en comparación al el valor total de TH. El cuadrante superior dos los GSE más bajos presentan las TH más de ingresos económicos más altos (GSE4). El RR permite además cuantificar las di- derecho con valores altos en ambas varia- altas, lo que evidencia que existe desigual- Tasa de hospitalización por cada 1.000 ferencias en la magnitud encontrada, al bles se valorará como muy alta inequidad. dad en ocurrencia de los casos entre los habitantes (TH): tratar con el cociente de riesgos por GSE, lo El cuadrante superior izquierdo con bajos distintos grupos, situación que ostenta en que nos indica cuánto más probable es que valores de TH y altos de m se valorará como las AU de San Bernardo (S), San Ramón (S), ocurra una H en los 3 primeros grupos GSE alta inequidad. El cuadrante inferior dere- Quilicura (W) y Santiago (N) el mayor núme- Donde: frente al GSE 4 o de mayores ingresos. Si es cho con valores altos de TH y bajos en m se ro de H para los grupos más desfavorecidos THi es la tasa específica de atenciones hos- igual a 1, no hay diferencias en los niveles valorará como moderada inequidad. Por (GSE1), alcanzando éstos más de 250 H por pitalarias ocurridas en el periodo 2005- de daño a la salud entre en los grupos. Por último, el cuadrante inferior izquierdo que cada 1.000 niños. En oposición, los grupos 2009, en menores de 5 años de edad el contrario, si el riesgo en los grupos GSE 1 concentra unidades espaciales con bajos más favorecidos (GSE4), no superan las 80 H pertenecientes a las categorías GSEi, al GSE3 es mayor que 1 es una prueba que valores en ambas variables se valorará para el mismo periodo, siendo los territorios con i = 1..4. existe desigualdad en relación al GSE4. como baja inequidad. con mayor incidencia Lo Prado (S), Conchalí GSEi : corresponde a la población menor de Adicionalmente, cuantificamos los (N), La Cisterna (S) y Huechuraba (N). 5 años de edad que pertenece a uno de comportamientos de desigualdad en los 3. Resultados Dado el comportamiento de las tasas los 4 grupos de GSE (i:1..4) daños en salud entre las TH por GSE a partir especificas obtenidas para cada GSE den- HGSEi : total de hospitalizaciones ocurridas a del concepto de gradiente de desigualdad, 3.1 Hospitalizaciones tro de los territorios, era esperable que las niños/as menor de 5 años de edad, en el definido como el coeficiente angular de la El cuadro 1 muestra la distribución de los gradientes por comuna, se mostraran des- GSEi, con i:1..4. regresión lineal entre TH y GSE, tendiendo indicadores de desigualdad y de las mag- cendientes a medida que mejora la posición PGSEi: población total estimada al año 2007, en consideración el tamaño de cada grupo nitudes de daño en salud que afectan a los socioeconómica en la población. Los valores según pertenecen a los grupos GSEi, con GSE. Esto permite explicar de manera más distintos grupos socioeconómicos (GSE) absolutos de los coeficientes de la pendien- i:1..4. adecuada la relación existente entre las 2 y la tasa total general para la población te (m), muestran que la gradiente tiende variables. residente al interior de las 34 UA del AMS. a mayor inequidad en Providencia (E), Lo Riesgo relativo (RR): El gradiente tiende a representar inequi- Del conjunto de ellas, se pueden constatar Barnechea (E), Cerrillos (W), Quilicura (W), dad en la medida que el coeficiente m de varios hechos. Primero, la tasa específica San Ramón (S) y Santiago (N), siendo mayor la ecuación y = mx + b sea más distante del de hospitalizaciones (TH) en el quinquenio el impacto del GSE sobre el daño en la salud, Donde valor cero (mayor grado de inclinación en la 2005-2009 es desigual y tiende a concen- por efectos de la exposición a contamina- RRi es la razón de tasas relativo o magnitud gráfica). trarse en un eje norte-sur, siendo en orden ción ambiental. la figura 1 (1b) muestra la del riesgo de requerir una atención hos- Para representar la distribución es- ascendente las UA de Conchalí (N), El Bos- distribución territorial de la desigualdad pitalaria de los grupos socioeconómicos pacial de los datos se utilizarán mapas de que (N), Recoleta (N), Renca (W), San Ber- entre grupos GSE, de la cual se desprende menos favorables (GSEi con i:1..3) por cuantiles, con 5 intervalos, razón por la nardo (S), La Pintana (N), San Ramón (N) que la asimetría se reparte de forma aleato- sobre los de mejor posición socioeconó- cual el análisis de resultados se referirá a los casos con más de 160 H por cada 1.000 ria en los sectores del AMS, pero si se toman mica (GSE4). quintiles (Qx). En este método cada clase del niños. En contraposición, las UA situadas en cuenta los 3 últimos quintiles, se traza un THi es la tasa específica de atenciones hos- mapa tiene la misma cantidad de unidades en la zona oriente correspondientes a Las arco de precariedad en la zona poniente que pitalarias ocurridas en el periodo 2005- espaciales, siendo Q1 más favorable y Q5 Condes y Vitacura no superan las 60 H por inicia en Quilicura (N), tiene su punto medio 2009, en menores de 5 años de edad más desfavorable. cada 1.000 niños. La figura 1 (1a) muestra en Cerrillos (W) y finaliza en La Pintana (S). Manuel Fuenzal ida, Víctor Cobs 100 y Minerva Miranda Inequidad socioespacial para hospital izaciones asociadas al contaminante material... pp. 92—109 101 cuadro 1. Resumen de indicadores de desigualdad y magnitudes de daño en salud, según grupo socioeconómico por Unidad Administrativa del Área Metropolitana de Santiago de Chile. Periodo 2005-2009 Fuente: elaboración propia Zona ua GES 1 GES 2 GES 3 GES 4 total Gradiente |m| r2 n Conchalí 191,58 125,68 96,30 72,93 160,51 y = -38,532x + 217,95 38,532 R² = 0,94 n Estación Central 223,59 119,44 97,26 50,90 158,32 y = -54,024x + 257,86 54,024 R² = 0,91 n Huechuraba 236,01 113,64 96,86 77,82 157,01 y = -49,136x + 253,92 49,136 R² = 0,79 n Independencia 183,86 149,85 119,05 59,90 146,98 Y= -40,269x + 228,84 40,269 R² = 0,98 n Quinta Normal 187,09 94,04 78,47 60,50 135,11 y = -39,532x + 203,86 39,532 R² = 0,82 n Recoleta 225,69 128,25 99,02 55,82 164,08 y = -53,884x + 261,9 53,884 R² = 0,93 n Santiago 326,22 212,94 159,64 39,44 122,15 y = -91,362x + 412,96 91,362 R² = 0,98 S El Bosque 222,48 95,37 74,11 42,36 161,97 y = -56,161x + 248,99 56,161 R² = 0,84 S La Cisterna 89,70 38,52 37,34 75,89 77,63 y = -4,2624x + 71,019 4,2624 R² = 0,04 S La Florida 133,67 62,10 50,11 60,20 99,39 y = -23,241x + 134,62 23,241 R² = 0,61 S La Granja 200,25 112,43 78,74 45,93 149,42 Y= -49,665x + 233,5 49,665 R² = 0,93 S La Pintana 236,36 105,42 88,36 52,28 185,27 y = -56,933x + 262,94 56,933 R² = 0,84 S Lo Espejo 162,19 56,92 60,36 27,66 111,62 y = -40,014x + 176,82 40,014 R² = 0,77 S Lo Prado 177,93 75,35 54,40 72,91 131,25 y = -33,601x + 179,15 33,601 R² = 0,60 S Macul 145,67 122,33 74,45 45,91 113,24 y = -34,717x + 183,88 34,717 R² = 0,98 1 a tasa de hospitalización (total) desigualdad (m) 1 b S Pedro Aguirre Cerda 150,63 61,65 67,19 34,80 110,48 y = -34,193x + 164,05 34,193 R² = 0,78 Q1 [53,6 - 98,3] Q1 [4,2 - 23,2] S Puente Alto 198,02 67,29 54,45 43,45 119,99 y = -47,655x + 209,94 47,655 R² = 0,73 Q2 [98,3 - 113,2] Q2 [23,2 - 39,5] S San Bernardo 253,83 104,96 77,46 69,80 179,38 y = -57,956x + 271,4 57,956 R² = 0,75 Q3 [113,2 - 145,8] Q3 [39,5 - 49,8] S San Joaquín 149,66 52,14 42,06 37,98 98,48 y = -34,513x + 156,74 34,513 R² = 0,70 Q4 [145,8 - 160,5] Q4 [49,8 - 57,9] S San Miguel 99,56 54,51 49,05 62,45 81,04 y = -11,678x + 95,588 11,678 R² = 0,44 Q5 [160,5 - 186,3] Q5 [57,9 - 92,5] S San Ramón 255,60 169,58 118,69 22,66 186,31 y = -74,972x + 329,06 74,972 R² = 0,98 Unidad Administrativa Unidad Administrativa W Cerrillos 244,86 107,66 96,15 45,71 154,68 y = -60,895x + 275,83 60,895 R² = 0,85 figura 1. Distribución territorial de la Tasa de Hospitalización y desigualdad entre grupos W Cerro Navia 205,35 104,25 77,86 46,02 152,65 y = -50,437x + 234,46 50,437 R² = 0,89 socioeconómicos por Unidad Administrativa del Área Metropolitana de Santiago de Chile. W Maipú 195,76 106,07 80,81 54,59 115,33 y = -44,877x + 221,5 44,877 R² = 0,89 Periodo 2005-2009 W Pudahuel 223,72 75,81 79,60 56,43 144,20 y = -49,808x + 233,41 49,808 R² = 0,69 Fuente: elaboración propia W Quilicura 276,40 137,89 109,18 56,61 145,83 y = -68,808x + 317,04 68,808 R² = 0,90 W Renca 240,29 105,90 79,65 67,97 168,91 y = -54,322x + 259,26 54,322 R² = 0,78 E La Reina 97,74 106,54 51,63 50,99 98,33 y = -19,517x + 125,52 19,517 R² = 0,73 El cuadro 1 también muestra que para que durante el periodo 2005-2009, en las E Las Condes 79,30 58,24 37,11 39,67 58,24 y = -14,004x + 88,588 14,004 R² = 0,85 28 de las 34 unidades espaciales en estudio, UA bajo estudio, el GSE explica manifies- E Lo Barnechea 204,06 182,28 60,76 42,18 91,42 y = -60,717x + 274,11 60,717 R² = 0,90 el coeficiente de correlación entre GSE y el tamente las diferencias en las TH de los E Ñuñoa 94,81 86,90 53,67 60,10 82,43 y = -13,735x + 108,21 13,735 R² = 0,78 impacto en salud son positivos y altos con menores de 5 años. valores sobre 0,7 en San Joaquín (S) y hasta E Peñalolén 139,92 104,85 69,43 37,70 102,73 y = -34,207x + 173,49 34,207 R² = 0,99 0,99 en Peñalolén (E); es decir, hay una 3.2 Inequidades en salud E Providencia 244,79 92,84 71,64 50,14 102,67 y = -60,515x + 266,14 60,515 R² = 0,78 correlación directa y robusta entre los GSE La figura 2 muestra los niveles de las TH E Vitacura 34,53 0,00 17,29 48,37 53,66 y = 5,8795x + 10,348 5,8795 R² = 0,13 y el daño en salud, lo que permite indicar según la gradiente de asociación con los Manuel Fuenzal ida, Víctor Cobs 102 y Minerva Miranda Inequidad socioespacial para hospital izaciones asociadas al contaminante material... pp. 92—109 103 GSE elaborados en este estudio. El diagra- Los grupos menos pobres presentan dismi- cuadro 2. Riesgo Relativo según grupo socioeconómico por Unidad Administrativa del Área ma estandarizado identifica 4 grupos de nución en los riesgos de daño en salud, pero Metropolitana de Santiago de Chile y posición en el cuadrante de inequidad. Periodo 2005-2009 interés de las UA desde una perspectiva de aún por sobre los valores del grupo de com- Fuente: elaboración propia la magnitud de las inequidades. paración con GSE 4, con RR del GSE 2 entre 7 Zona ua GES 1 GES 2 GES 3 GES 4 posición en el cuadrante de inequidad Al estudiar el cuadrante superior de- y 1,5 veces; y con 5 y 1 veces más para GSE 3. N Estación Central 4,39 2,35 1,91 1 Muy Alta Inequidad recho (muy alta inequidad), hay 13 UA que En el cuadrante superior izquierdo se N Huechuraba 3,03 1,46 1,24 1 Muy Alta Inequidad territorialmente se concentran en el sector encuentran las UA con bajas TH de los niños N Recoleta 4,04 2,30 1,77 1 Muy Alta Inequidad poniente del AMS (figura 3). En concordan- menores de 5 años, pero estas cifras satis- S El Bosque 5,25 2,25 1,75 1 Muy Alta Inequidad cia con el comportamiento de la gradiente factorias encubren las enormes brechas S La Granja 4,36 2,45 1,71 1 Muy Alta Inequidad inversa significativa en este grupo, las entre los GSE, primero identificado por los S La Pintana 4,52 2,02 1,69 1 Muy Alta Inequidad diferencias de riesgos de requerir hospita- valores altos de la gradiente y luego por los lización según GSE varía desde 4 hasta 11 RR de los GSE más bajos con el de contraste. S San Bernardo 3,64 1,50 1,11 1 Muy Alta Inequidad veces más hospitalizaciones, entre el GSE1 Las diferencias para el GSE 1 varían entre S San Ramón 11,28 7,48 5,24 1 Muy Alta Inequidad y el grupo de mayor ingreso (cuadro 2). comunas con valores de hasta 8 veces más W Cerrillos 5,36 2,36 2,10 1 Muy Alta Inequidad W Cerro Navia 4,46 2,27 1,69 1 Muy Alta Inequidad W Pudahuel 3,96 1,34 1,41 1 Muy Alta Inequidad W Quilicura 4,88 2,44 1,93 1 Muy Alta Inequidad W Renca 3,54 1,56 1,17 1 Muy Alta Inequidad N Santiago 8,27 5,40 4,05 1 Alta Inequidad S Puente Alto 3,96 1,34 1,41 1 Alta Inequidad W Maipú 3,59 1,94 1,48 1 Alta Inequidad E Lo Barnechea 4,84 4,32 1,44 1 Alta Inequidad E Providencia 4,88 1,85 1,43 1 Alta Inequidad N Conchalí 2,36 1,72 1,32 1 Moderada Inequidad N Independencia 3,07 2,50 1,99 1 Moderada Inequidad N Quinta Normal 3,09 1,55 1,30 1 Moderada Inequidad S Lo Prado 2,44 1,03 0,75 1 Moderada Inequidad m S La Cisterna 1,18 0,51 0,49 1 Baja Inequidad S La Florida 2,22 1,03 0,83 1 Baja Inequidad S Lo Espejo 5,86 2,06 2,18 1 Baja Inequidad S Macul 3,17 2,66 1,62 1 Baja Inequidad S Pedro Aguirre Cerda 4,33 1,77 1,93 1 Baja Inequidad S San Joaquín 3,94 1,37 1,11 1 Baja Inequidad S San Miguel 1,59 0,87 0,79 1 Baja Inequidad E La Reina 1,92 2,09 1,01 1 Baja Inequidad E Las Condes 2,00 1,47 0,94 1 Baja Inequidad E Nuñoa 1,58 1,45 0,89 1 Baja Inequidad th E Peñalolen 3,71 2,78 1,84 1 Baja Inequidad figura 2. Inequidad en la hospitalización de los niños menores de 5 años por Unidad Administrativa E Vitacura 0,71 0,00 0,36 1 Baja Inequidad del Área Metropolitana de Santiago de Chile. Periodo 2005-2009 Fuente: elaboración propia Manuel Fuenzal ida, Víctor Cobs 104 y Minerva Miranda Inequidad socioespacial para hospital izaciones asociadas al contaminante material... pp. 92—109 105 riesgo de hospitalización y con un mínimo El constante interés de la comunidad de 3,6 veces más (cuadro 2). El modelo de científica por abordar estos temas de distribución espacial es aleatorio, presente desigualdad, es promovido por el intenso en todos los sectores (figura 3). dinamismo con que se enfrenta la polí- El grupo de AU del cuadrante inferior tica pública del siglo XXI a manos de un derecho muestra a 4 comunas con carac- detrimento sostenido del medioambiente terísticas de menor inequidad y mayor y la calidad de vida de la población, afec- TH, lo que sugiere que los daños en salud, tando principalmente a aquellos grupos asociados a la contaminación ambiental más desaventajados. En el contexto de la en menores de 5 años, afectaron a todos de contaminación, resalta el hecho que es un manera similar (cuadro 2). El modelo de evento que causa serios problemas de salud distribución espacial es concentrado en la en millones de personas en todo el mundo, zona norte (figura 3). especialmente en aquellos individuos con Por último, nuestro análisis arroja un enfermedades respiratorias y cardiovas- grupo de UA con baja magnitud del riesgo, culares (Carneseca et al., 2012). De igual medida por sus bajas TH y menor gradiente forma, si las comunidades desfavorecidas de inequidad entre los GSE (cuadro 2). Es- están expuestas a niveles elevados de con- tas 12 UA se concentran en la zona oriente, taminación del aire y posteriormente, de- eje SE (figura 3). bido a los efectos adicionales de privación material y el estrés psicosocial, es plausible 4. Discusión considerar que sean más susceptibles a los Existe el entendimiento moderno que las efectos de la exposición a la contaminación desigualdades en salud son un tópico de sobre la salud. Adicionalmente, los factores gran relevancia científica y pública, y se socioeconómicos podrían modificar la rela- pronostica que lo seguirán siendo mien- ción entre la contaminación atmosférica y tras existan diferencias considerables en los resultados de salud (Pearce y kingham, el daño al estado de salud de los grupos de 2008). En teoría, las personas con peor población según sus desiguales factores situación socioeconómica también están discriminantes, en correlato a la diversi- más predispuestos a recibir los efectos de dad connatural de la sociedad actual. la contaminación del aire, ya que tienen inequidad territorial En este sentido, las ciudades presentan limitado acceso a la información o a los re- desafíos específicos para el enfoque de la cursos para comprar alimentos saludables, Muy Alta salud y el medio ambiente. Reflexionar lo que resulta en reducción de la ingesta Alta sobre el hecho urbano en su perspectiva de vitaminas antioxidantes que podrían Moderada ambiental conduce necesariamente a en- protegerlos de las consecuencias adversas Baja tender la dinámica relacional de un siste- de exposición a la contaminación del aire, Unidad Administrativa ma complejo asignado por determinaciones además de tener un acceso condicionado socio-culturales, donde el ser humano, en a su nivel de pago, para atención médica y figura 3. Distribución territorial de la Inequidad en la hospitalización de los niños menores de 5 años sus procesos de adaptación tecnológica, recibir prescripciones inadecuadas para por Unidad Administrativa del Área Metropolitana de Santiago de Chile. Periodo 2005-2009 regula el equilibrio de los nuevos sistemas las condiciones respiratorias como el asma Fuente: elaboración propia que construye (Vargas et al., 2008). (Habermann et al., 2014). Manuel Fuenzal ida, Víctor Cobs 106 y Minerva Miranda Inequidad socioespacial para hospital izaciones asociadas al contaminante material... pp. 92—109 107 En términos de material particulado la morbi-mortalidad en patologías respira- una especial importancia ya que, el tipo tramos de ingresos monetarios, y con base inferior a 10 micras, la Organización Pa- torias y cardiovasculares (Rodríguez et al., de previsión y beneficiario de salud, se en esto inferir grupos socioeconómicos namericana de la Salud (OPS) ha señalado, 2012). Entre los pacientes que requieren presenta como un indicador que permite concentrados. Además, tiene la ventaja que que las partículas sólidas en suspensión en hospitalización, entre 30 y 60 % presentan evaluar el grado de desigualdad en salud cuenta con el dato de población total para el aire afectan a la población mundial de neumonía y asma (Vargas et al., 2008). que soportan los distintos grupos sociales cada uno de estos grupos, lo que permite forma más permanente que cualquier otro Se debe establecer que las causas que residentes en un territorio, al permitir ca- la obtención de tasas comparables entre contaminante; se dispone de datos sobre originan la contaminación son diversas, tegorizar a la población atendida según sus distintos territorios. las concentraciones de partículas en la pero las actividades antropogénicas son las atmósfera, datos epidemiológicos sobre su que más contribuyen al problema. Sin em- exposición y efectos en la salud, más que bargo, el grado de contaminación también de cualquier otro contaminante. Un docu- está influenciado por otros factores, como mento reciente de la OMS informa que más el clima y la topografía. El clima influye 5. Conclusiones de 40% de la morbilidad mundial se origi- de manera decisiva en la persistencia de Queda de manifiesto que ante una hipotética igualdad de grado y tiempo na por factores ambientales (Gil, 2008). La los contaminantes atmosféricos; el viento, de exposición a contaminación por material particulado, el riesgo de en- contribución estimada de la contaminación la temperatura y la radiación solar modi- fermar, aumenta a medida que disminuye el GSE, siendo éstos en defini- del aire a las infecciones respiratorias es, fican de manera drástica la dispersión y el tiva, aquellos que soportan la mayor carga de hospitalizaciones. Con base aproximadamente, sobre 40 % en países en tipo de contaminantes que puede haber en en estos resultados se logra identificar los territorios donde se concentran desarrollo y 20 % en los industrializados un determinado momento; la topografía los daños en salud en relación a la magnitud de las inequidades ocurridas (Gavidia et al., 2009). En Latinoamérica, por influye en el movimiento de las masas de durante el quinquenio en estudio. cada cien consultas pediátricas ambulato- aire y por lo tanto en la persistencia de la Esta comunicación contribuye a la literatura al usar la información del rias, aproximadamente 70 se deben a infec- contaminación en una determinada zona tipo de beneficiario y previsión de salud como un indicador que permite ciones respiratorias agudas (IRA); de igual geográfica. La combinación de todos estos evaluar la desigualdad en salud, asociando los tramos de ingreso mone- manera, se reporta que este evento contri- factores determina finalmente la calidad tario de cada categoría, y sobre esta base inferir grupos socioeconómicos buye con una de cada dos hospitalizaciones del aire (Román et al., 2009). concentrados excluyentes entre sí. Además, tiene la ventaja de localizar en servicios pediátricos, principalmente De acuerdo a aquello, cabe destacar el estos grupos según residencia, lo que permite la obtención de tasas especí- en épocas de invierno. Se debe destacar contexto de inequidad en que encuentra ficas comparables tanto inter como intra territorios. que, en las áreas urbanas los niños pe- la población del AMS, la cual presenta una queños que juegan en las calles y aquellos relevante geografía de la contaminación 6. Agradecimientos transportados en cochecillos, respiran a atmosférica por la cual las partículas se Trabajo realizado en el marco del proyecto FONDECYT Nº 11121354, finan- la altura de los tubos de escape por lo que concentran en el sector Poniente de la mis- ciado por el Programa Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnoló- pueden estar expuestos a hidrocarburos no ma presentando una dinámica de concen- gico de Chile. quemados, monóxido de carbono, óxidos de tración de MP10 en el centro de la ciudad azufre y de nitrógeno y otros tóxicos, que durante las noches y sobre el borde ponien- se suman a las concentraciones de material te durante las mañanas, siendo esta zona particulado, cenizas y plomo según el área del área donde se concentra principalmen- (Gavidia et al., 2009). te la población de estratos socioeconómicos A la luz de estos antecedentes, en los medios y medios bajos (Romero et al., 2010). últimos años se ha prestado considerable En consecuencia, comprender estos atención a los efectos adversos de la con- patrones de desigualdad abordados en el taminación atmosférica sobre la salud, presente trabajo, los cuales poseen una centrando la atención en el incremento de expresión territorial intrínseca, goza de Manuel Fuenzal ida, Víctor Cobs 108 y Minerva Miranda Inequidad socioespacial para hospital izaciones asociadas al contaminante material... pp. 92—109 109 7. Referencias citadas ASCHAN-LEYGONIE, C.; BAUDET-MICHEL, S.; MATHIAN, H. & L. SANDERS. 2013. MINISTERIO DEL MEDIO AMBIENTE. 2011. Informe del estado del medio ambiente “Gaining a better understanding of respiratory health inequalities among 2011. Ministerio del Medio Ambiente. Santiago de Chile. cities: An ecological case study on elderly males in the larger French cities”. NICOD, C. y M. IIZUkA. 2000. Conciencia ciudadana y contaminación atmosférica: International Journal of Health Geographics, 12: 19. Estado de situación en el Área Metropolitana de Santiago de Chile. Comisión BETTS, k. 2011. “Ambient Air Pollution and Infant Health: Home Monitors Make Económica para América Latina y el Caribe. Santiago de Chile. Cardiorespiratory Connections”. Environmental Health Perspectives, 119: NILUNGER, L.; DIDERICHSEN, F.; BURSTRÖM, B. & P. ÖSTLIN. 2004. “Using risk a398-a398. analysis in Health Impact Assessment: the impact of different relative risks CARNESECA E.; ACHCAR, J. & E. MARTÍNEZ. 2012. “Association between parti- for men and women in different socio-economic groups”. Health Policy, 67: culate matter air pollution and monthly inhalation and nebulization proce- 215-224. dures in Ribeirão Preto, São Paulo State, Brazil”. Cadernos de Saúde Pública. PEARCE, J. & S. kINGHAM. 2008. “Environmental inequalities in New Zealand: A 28(8): 1.591-1.598. national study of air pollution and environmental justice”. Geoforum, 39: 980- GAVIDIA, T.; PRONCZUk, J. y P. SLY. 2009. “Impactos ambientales sobre la salud 993. respiratoria de los niños: Carga global de las enfermedades respiratorias pe- PHILIPS, B.; GONG, G.; HARGRAVE, k.; BELASCO, E. & C. LYFORD. 2011. “Correla- diátricas ligada al ambiente”. Revista chilena de enfermedades respiratorias, tion of the ratio of metastatic to non-metastatic cancer cases with the degree 25(2): 99-108. of socioeconomic deprivation among Texas counties”. International Journal of GIL, S. 2008. “Salud ambiental infantil: un nuevo desafío para el pediatra”. Archi- Health Geographics, 10: 12. vos Argentinos de Pediatría, 106(5): 458-461. RICHARDSON, E.; PEARCE, J.; TUNSTALL, H.; MITCHELL, R. & N. SHORTT. 2013. HABERMANN, M.; SOUZA, M.; PRADO, R. & N. GOUVEIA. 2014. “Socioeconomic “Particulate air pollution and health inequalities: a Europe-wide ecological inequalities and exposure to traffic-related air pollution in the city of São analysis”. International Journal of Health Geographics, 12: 34. Paulo, Brazil”. Cadernos de Saúde Pública, 30(1): 119-125. RODRÍGUEZ, L.; CASTRO, H. & J. REY. 2012. “The effects of air pollution on respi- HERTEL-FERNANDEZ, A.; GIUSTI, A. & J. SOTELO. 2007. “The Chilean infant ratory health in susceptible populations: a multilevel study in Bucaramanga, mortality decline: improvement for whom? Socioeconomic and geographic Colombia”. Cadernos de Saúde Pública, 28(4): 749-757. inequalities in infant mortality, 1990-2005”. Bulletin of the World Health ROMÁN, O.; PRIETO, M.; MANCILLA, P.; ASTUDILLO, P.; ACUÑA, C. e I. DELGADO. Organization, 85(10): 798-804. 2009. “Aumento del riesgo de consultas cardiovasculares por contaminación HU, Z.; LIEBENS, J. & k. RAO. 2008. “Linking stroke mortality with air pollution, atmosférica por partículas. Estudio en la ciudad de Santiago”. Revista Chilena income, and greenness in northwest Florida: an ecological geographical de Cardiología, 28(2): 159-164. study”. International Journal of Health Geographics, 7: 20. ROMERO, H.; IRARRÁZAVAL, F.; OPAZO, D.; SALGADO, M. y P. SMITH. 2010. “Cli- LABRA, M. A. 2002. “La reinvención neoliberal de la inequidad en Chile. El caso mas urbanos y contaminación atmosférica en Santiago de Chile”. Revista de la salud”. Cadernos de Saúde Pública, 18(4): 1.041-1.052. EURE, 36(109): 35-62. LANDMANN, C.; BASTOS, F. y C. TAVARES DE ANDRADE. 2002. “Medidas de VARGAS, S.; ONATRA, W.; OSORNO, L.; PÁEZ, E. y O. SÁENZ. 2008. “Contaminación desigualdad en salud: la discusión de algunos aspectos metodológicos con atmosférica y efectos respiratorios en niños, en mujeres embarazadas y en una aplicación para la mortalidad neonatal en el Municipio de Rio de Janei- adultos mayores”. Revista U.D.C.A Actualidad & Divulgación Científica, 11(1): ro, 2000”. Cadernos de Saúde Pública, 18(4): 959-970. 31-45. MARMOT, M. & R. WILkINSON. 2001. “Psychological and material pathways in the relation between income and health: a response to Lynch et al.”. British Medical Journal, 322: 1.233-1.236. MEHTA, S.; SHIN, H.; BURNETT, R.; NORTH, T. & A. COHEN. 2013. “Ambient par- ticulate air pollution and acute lower respiratory infections: a systematic review and implications for estimating the global burden of disease”. Air Lugar y fecha de culminación: Quality, Atmosphere and Health, 6(1): 69-83. Santiago de Chile, enero, 2016 pp. 110—123 Recibido: marzo, 2015 110 Aceptado: junio, 2015 Natasha Picone y Al icia M. Campo Análisis del confort cl imático en la ciudad de Tandil, Argentina. pp. 110—123 111 análisis Resumen Los efectos urbanos sobre el clima regional también alteran las condiciones de confort, modificándolas a escala local y microclimática. No existen trabajos sobre esta temática en la ciudad de Tandil, por lo cual el objetivo del presente artículo es del confort estudiar el confort en la ciudad. Se analizaron las condiciones regionales utilizan-do tres índices de verano y uno de inverno, ya que se considera que las ciudades con clima templado generan mayores condiciones de poco confort en verano que climático en la en invierno. Los mismos índices fueron calculados para realizar una compara-ción urbano-rural de la temática. Además, se estudió particularmente la distribu- ciudad de Tandil, ción espacial del Humidex para la estación estival. El resultado fue que la ciudad presentó mejores condiciones de confort climático durante el invierno que el área Argentina circundante, mientras que durante la tarde y la noche del verano se presentaron áreas de poca confortabilidad en el norte y en el centro urbano. palabras clave: clima urbano; confort climatic; Humidex. Climatic confort analysis Abstract Urban effects on regional climate also affect comfort condition modifying it at in Tandil city, Argentina a local and microclimatic scale. There are not studies about climatic comfort in Tandil city and that is why this article main objective is to study the comfort in the city. Regional comfort conditions were analyzed by using three indexes for summer comfort and one for winter, because temperate climate cities are supposed to generate discomfort condition during summer more than winter. The same three indexes were calculated to develop a rural-urban comparison. By using data from summer measurement, the spatial distribution of the Humidex was studied. The result was that the city had best comfort conditions during winter than surrounding natasha picone area, while in summer afternoon and night had discomfort in the north and center of Universidad Nacional del Centro de la Provincia the urban area. de Buenos Aires (UNCPBA), Centro de Investigaciones Key words: urban climate; climatic comfort; Humidex. Geográficas (CIG), Instituto de Geografía, Historia y Ciencias Sociales (IGEHCS), CONICET. Tandil, Provincia de Buenos Aires, Argentina npicone@fch.unicen.edu.ar alicia M. campo Universidad Nacional del Sur. Departamento de Geografía y Turismo. Bahía Blanca, Provincia de Buenos Aires, Argentina amcampo@uns.edu.ar 112 Natasha Picone y Al icia M. Campo Análisis del confort cl imático en la ciudad de Tandil, Argentina. pp. 110—123 113 1. Introducción se ha llevado a cabo en distintas partes del Los climas urbanos son las modificaciones globo, por ejemplo: Canadá (kosatsky et a escala local de los climas regionales a al., 2005; Stathopouos et al., 2004) y Chile causa de las variaciones generadas por el (Sarricolea E. y Romero A., 2010). espacio urbano en las condiciones de sitio En la Argentina se han desarrollado (Landsberg, 1981). Estos cambios se ven trabajos sobre la temática en varias ciuda- reflejados en los parámetros meteoroló- des: Bahía Blanca presentó los primeros gicos. De esta manera, la temperatura, la resultados sobre la misma a partir de un humedad y el viento se ven afectados por estudio pormenorizado de varios índices los cambios en la morfología urbana, gene- (Capelli de Steffens et al., 2005). Los análi- rando nuevas condiciones de confort en la sis realizados por García (2009) en Mar del ciudad. Plata y Necochea mostraron los efectos de El confort climático es entendido por la brisa del mar sobre el confort. En Men- ASHRAE (1966) como las condiciones de la doza se han desarrollados trabajos sobre mente humana que expresan satisfacción las variables que condicionan la sensación con el ambiente térmico. Estas condiciones de confort (Polimeni, 2000) y cuáles son han sido estudiadas desde la antigüedad y los efectos que las áreas verdes y la dia- en la actualidad, dichos trabajos tienen por gramación de la ciudad tienen sobre este objetivo analizar los mecanismos que el parámetro (Correa et al., 2010). La ciudad hombre utiliza para estar en equilibrio con de Tandil carece de este tipo de estudios; es la temperatura exterior y en qué condicio- por ello que en este trabajo se analizan las nes esos mecanismos dejan de funcionar condiciones generales de confort en el área, produciendo daños irreversibles; estos realizando una comparación urbano-rural estudios comprenden una rama de amplio y estudiando la distribución espacial del desarrollo en los trabajos de clima urbano, mismo en el interior de la ciudad. centrándose en cómo varía al interior de la La ciudad de Tandil (37° 19’ S - 59° 07’ O) ciudad la confortabilidad de las personas es cabecera del partido homónimo y cuenta (Tornero et al., 2006). Existen en la actua- con 116.916 habitantes (INDEC, 2010). Está lidad varios índices de confort térmico, ubicada en el centro sur de la provincia ya sean para condiciones de verano o de de Buenos Aires y se emplaza en la cuenca invierno; algunos de los más conocidos son: media de los arroyos Blanco y del Fuerte, Humidex (Weather Services of Environ- rodeada a su vez de oeste a sur por el sector ment Canada, 2001), Temperatura Aparente central del sistema de Tandilia (figura 1). (Steadman, 1984), Enfriamiento por efecto Se ubica dentro de los climas templados del Viento (Siple y Passel, 1945) o el de Tem- argentinos, con características de tipo peratura Equivalente (Quayle y Steadman, chino (Picone, 2014), con una amplitud 1999). También se han construido diagra- térmica inferior a los 20 °C y diferencias mas bioclimáticos donde se integran dos estacionales marcadas tanto térmicas como o más variables y se determinan distintas pluviométricas (figura 2). zonas de confort; uno de los más utilizados Tandil cuenta con una economía muy figura 1. Ubicación de la ciudad de Tandil es el de Olgyay (1988). Este tipo de análisis diversificada; la extracción de piedra en Fuente: elaborado por Picone y Campo, 2014 114 Natasha Picone y Al icia M. Campo Análisis del confort cl imático en la ciudad de Tandil, Argentina. pp. 110—123 115 25 125 °C); Peligro (45 – 53 °C); Inminente peligro de 3. Resultados sufrir infarto al corazón (> 54 °C). 20 100 El segundo índice de calor es el de 3.1 Análisis de las condiciones Temperatura Aparente (Ta), que se basa en generales del confort 15 75 la resistencia térmica que una persona ne- climático en el área cesita para mantener el equilibrio (Stead- de estudio 10 50 man, 1984). Se calcula utilizando la tempe- Para conocer cuáles son las condiciones ratura real en °C (T), presión de vapor en generales de confort para el área de estu- 5 25 mb (e) y velocidad del viento en m/s (V): dio, se calcularon los índices con datos de las estadísticas climáticas de la estación 0 0 Ta = -2,7 + 1,04*T + 2,0*e -0.65*V [2] Tandil-AERO (1971-2010) y se analizaron J A S O N D E F M A M J las posibles variaciones durante estas cua- Precipitaciones Temp. Media Anual Temp. Media Mensual El Índice de Temperatura-Humedad (ITH) tro décadas. muestra la sensación de bienestar del figura 2. Diagrama ombrotérmico Tandil-AERO 2001-2010 individuo y normalmente es inferior a la 3.1.1 Índices de calor Fuente: Estadísticas climáticas Servicio Meteorológico Nacional. temperatura real (Segal y Pielke, 1981). El cuadro 1 muestra los datos utilizados Elaborado por Picone y Campo, 2014 Según los valores obtenidos se clasifica en: para el cálculo de los índices de confort tér- Confortable (hasta 21,1 °C); Poco conforta- mico y valores obtenidos para cada década ble (23,6 °C – 26,7 °C) y Agobio (> 26,7 °C). Se de cada índice. Todas las décadas analiza- cercanías a la zona urbana se desarro- máticas del Servicio Meteorológico Nacional calcula a partir de la siguiente fórmula: das presentan valores de confort; es decir, lló hasta el año 2012, cuando la zona fue (1981-2010) y los datos medios de la estación que los valores se encuentran entre los 20 declarada Área de Paisaje Protegido por la automática urbana, comparándolos a su vez ITH = 0,4 (T - Th)+ 4,78 [3] ºC y los 29 ºC. A su vez, se puede observar provincia de Buenos Aires. La actividad se- con los datos de la estación Tandil-AERO. que el mes de diciembre es el único que cundaria está representada por las indus- El primero de ellos fue el Humidex, que donde: muestra una tendencia de aumento a lo trias metalmecánicas, las agroindustrias indica cuál es la temperatura efectiva que T es temperatura del bulbo seco (°C) y Th largo de los años, mientras que los valo- y las informáticas. El sector terciario es de el individuo percibe bajo ciertas condicio- temperatura del bulbo húmedo (°C). res de enero y febrero no presentan una gran importancia en servicios financieros, nes de humedad y temperatura (Capelli de tendencia significativa. Por otro lado, las comerciales, educativos y turísticos cuyo Steffens et al., 2005). El mismo fue desarro- Para estudiar el confort durante la época diferencias entre el índice y la temperatura auge surgió en los últimos 15 años. llado por el Servicio Meteorológico Cana- invernal se utilizó el índice de Temperatu- real son máximas en enero y febrero y mí- diense y se comenzó a utilizar en 1965. La ra Equivalente (Quayle y Steadman, 1999), nimo en diciembre, lo cual muestra efectos 2. Materiales y métodos fórmula es: el cual permite analizar el efecto combina- más acentuados del calor durante los dos Según Voogt (2002), las ciudades de climas do de la temperatura en °C (T) y el viento primeros meses del año. templados presentan condiciones favora- Th = T + 5/9 * (e-10) [1] en m/s (V). La combinación de temperatura, hu- bles en cuanto al confort durante las épo- Te = 1,41 – 1,162*V + 0,980*T medad y viento hacen que la Temperatura cas frías y pueden generar zonas de poca donde: + 0,0124*V2 + 0,0185*V*T [4] Aparente siempre sea ≈2 °C inferior a la confortabilidad durante el verano. Es por T es la temperatura real (°C) y e es la presión temperatura real. El ITH en todas las me- ello que se seleccionaron para el estudio de vapor (mb). A partir de él se calcula el factor de en- diciones se mantiene por debajo de los 21,1 del confort de la ciudad tres índices asocia- Según el valor obtenido se lo clasifica en friamiento que se utiliza para conocer la °C. dos a las condiciones de verano y uno a las categorías de confort: Confortable (20 – 29 pérdida de calor de una persona. éste se Del análisis realizado se desprende que de invierno. Los mismos fueron calculados °C); Poco confortable (30 – 39 °C); Muy poco calcula a través de la resta de la temperatu- el área de estudio se emplaza en una zona utilizando como base las estadísticas cli- confortable, evitar ejercicios físicos (40 – 45 ra equivalente a la temperatura real. confortable. Ninguno de los índices presen- temperatura (°c) precipitaciones (mm) 116 Natasha Picone y Al icia M. Campo Análisis del confort cl imático en la ciudad de Tandil, Argentina. pp. 110—123 117 tó características de poca confortabilidad agosto, lo que genera condiciones de poca cuadro 2. Índice para invierno de las estadísticas climáticas Tandil-AERO (1971-2010) en los años considerados para el período confortabilidad en todo el período. Fuente: Servicio Meteorológico Nacional. Elaborado por Picone y Campo, 2014 estival. 3.2 Comparación urbana rural 1971 - 1980 1981 - 1990 1991 - 2000 2001 - 2010 3.1.2 Índices de frío del confort Jn Jl a Jn Jl a Jn Jl a Jn Jl a Las condiciones de poco confort térmico El clima urbano genera modificaciones en el V (m/s) 6,1 6,3 6,8 4,7 5,2 5,5 4,4 4,3 4,6 4,0 4,3 4,6 en condiciones de frío, según el diagrama clima regional debido a las transformacio- t (°c) 7,5 7,4 8,3 7,2 6 8,4 7,2 6 8,1 7,0 6,3 7,9 de Olgyay (1988), se producen cuando las nes que se dan en una ciudad. Como conse- tE 3,0 2,7 3,3 3,9 2,2 4,5 4,2 3,0 4,9 4,3 3,3 4,8 temperaturas son inferiores a los 8 °C. Las cuencia de la alteración de los parámetros Enfriamiento 4,5 4,7 5,0 3,3 3,8 3,9 3,0 3,0 3,2 2,7 3,0 3,1 mismas se presentan aunque las condicio- meteorológicos, las condiciones de confort nes climáticas sean favorables (cielos despe- pueden variar en el área urbana, teniendo jados y sin viento). Como se puede observar por ello la necesidad de comparar los índices en el cuadro 2, los meses de junio y julio referentes a esta variable. cuadro 3. Índices de verano del área urbana y rural (2010-2013) poseen temperaturas mínimas inferiores Fuente: Servicio Meteorológico Nacional, 2013. Elaborado por Picone y Campo, 2014 a este valor, mientras que agosto solo tiene 3.2.1 Índices de calor urbano rural esos valores en la última década. Ello indica Al comparar los datos rurales del período de D E f D E f que la población durante el invierno está estudio (2010-2013) con los datos mensuales e (mb) 14,2 15,6 14,2 10,9 12,8 12,0 sometida a situaciones poco confortables. de las estadísticas climáticas, se observó La temperatura estimada siempre es que los meses de diciembre y febrero fueron t (°c) 24,3 23,9 21,6 19,4 21,1 19,6 mayor durante el mes de agosto, mientras ligeramente más frescos que los estadísticos, Humidex 26,7 27,1 23,9 19,9 22,7 20,7 que julio presenta valores siempre inferio- mientras que enero presentó un valor leve- ta 23,0 22,6 20,2 17,5 19,3 17,7 res. A pesar de ello, por el efecto combinado mente superior (cuadro 3). La variación de t - Humidex 2,3 3,1 2,3 0,5 1,5 1,1 del viento y la temperatura, el factor de cada uno es de 0,2 °C, lo que indica que se enfriamiento siempre es más alto durante encuentra dentro de los valores normales. Al comparar datos del medio rural y proceso de convertirse en una zona poco urbano se observó un claro efecto urbano, confortable para la población. cuadro 1. Índices para verano de las estadísticas climáticas de la estación Tandil-AERO (1971-2010) principalmente en los meses de diciembre Fuente: Servicio Meteorológico Nacional, 2011. Elaborado por Picone y Campo, 2014 y enero. Los valores se presentan dentro de 3.2.2 Índices de frío 1971 – 1980 1981 - 1990 1991 - 2000 2001 - 2010 los rangos de confortabilidad para el índice Los valores rurales para el periodo de D E f D E f D E f D E f Humidex, a pesar de que el aumento de las estudio mostraron que los mismos fueron temperaturas en el área urbana es notable. ligeramente más fríos que las estadísticas V (m/s) 6,28 5,2 6,4 5,8 6,3 5,9 5 4,6 4,4 4,55 4,4 4 Por otro lado, la Temperatura Aparente es climáticas, sobre todo en el mes de julio, e (mb) 15 16,2 16,5 15,1 17,2 17,1 14,3 16,1 15,9 14 15,8 16,5 inferior a la real, pero los valores urbanos donde la temperatura fue 0,4 °C inferior a t (°c) 19,4 20,5 19,5 19,4 21,1 20,2 19,2 20,5 19 19,2 20,9 19,8 tienen una menor diferencia que los rura- los valores estadísticos en tanto que agosto th (°c) 15,5 16,6 16,4 15,6 17,4 17 15 16,5 15,8 14,3 16,3 16,2 les. y junio presentaron valores similares a Humidex 22,2 23,9 23,1 22,2 25,1 24,1 21,6 23,9 22,3 21,4 24,1 23,4 Las amplitudes entre la temperatura los de referencia. Por otro lado, los valo- ta 17,5 18,6 17,6 17,5 19,2 18,3 17,3 18,6 17,1 17,3 19,0 17,9 real y el Humidex muestran que el área res de viento fueron mucho más bajos que urbana tiene diferencias que superan en las medias estadísticas (cuadro 4), lo cual ItH 18,7 19,6 19,1 18,8 20,2 19,7 18,5 19,6 18,7 18,2 19,7 19,2 dos veces a la rural. Todo esto indica que la pudieron influenciar en las condiciones de t - Humidex 2,8 3,4 3,6 2,8 4,0 3,9 2,4 3,4 3,3 2,2 3,2 3,6 zona más densamente construida está en confort. 118 Natasha Picone y Al icia M. Campo Análisis del confort cl imático en la ciudad de Tandil, Argentina. pp. 110—123 119 cuadro 4. Índice de frío del área urbana y rural (2010-2013) Fuente: elaborado por Picone y Campo, 2014 urbano rural Jn Jl a Jn Jl a V (m/s) 0,75 0,88 0,9 3,25 3,8 4 t (!c) 8,5 8,4 10,8 7,0 5,6 7,8 tE 9,0 8,8 11,1 5,0 3,0 5,2 Enfriamiento -0,5 -0,4 -0,3 2,0 2,5 2,6 Todos los valores de temperatura del 3.3 Distribución espacial medio urbano son superiores a 8 °C, lo que del confort climático estaría indicando condiciones más confor- en verano en el interior tables que en el área rural, especialmente de la ciudad durante el mes de agosto, en el que se supe- Estudiar la distribución del confort en el raron los 10 °C de temperatura. Las ampli- interior de la ciudad contribuye a compren- tudes entre los valores rurales y urbanos der la variabilidad de los parámetros meteo- fueron máximas durante agosto con 3 °C de rológicos y cómo ellos afectan a la población. diferencia. La zona urbana durante la época invernal Mediante el análisis de los valores de la presentó condiciones de confort corrobora- Temperatura Estimada se identificó que las das al analizar las mediciones de invierno variaciones entre las dos áreas fueron muy (21 de agosto de 2011). Los valores obtenidos figura 3. Valores del índice Humidex durante la mañana estival importantes (valor máximo 5,9 °C). Esto para la Temperatura Estimada y los factores Fuente: elaborado por Picone y Campo, 2014 indicó que las zonas urbanas presentaron de enfriamiento en cada punto de medición condiciones mucho más confortables para presentaron condiciones de confort debido su población que el área rural. principalmente a las bajas velocidades del El factor de enfriamiento en el área viento. fortabilidad, ya que los mismos estuvieron bles se observaron en el norte y el noreste urbana fue negativo, por lo que las condi- Los procesos observados en el verano incluidos en la categoría de Confortable. de la ciudad, área ocupada por Metalúrgica ciones fueron confortables. Mientras que generaron posibilidades de condiciones Durante la tarde las condiciones varia- Tandil, la estación del Ferrocarril y el Parque en la zona rural dichas condiciones fueron de poco confort durante esta estación. Es ron (figura 4). Se observó que toda la ciu- Norte. negativas, ya que los valores indicaron más por ello que se calculó el índice Humidex a dad, incluso la periferia, presentó situacio- Durante la noche la variabilidad espacial de 2 °C de enfriamiento por mes, aumen- partir de las mediciones realizadas el 8 de nes de Poco Confort. Los valores más bajos fue menor que en las mediciones anteriores tando así la poca confortabilidad. Además marzo de 2011 (Picone y Campo, 2012). se encontraron en la zona este de la ciudad, (figura 5). El índice presentó valores de Poco de las temperaturas, en este caso se destacó La figura 3 muestra los valores obteni- donde dominan las áreas parquizadas. Confort lo que indicó que las condiciones de el efecto del viento en el área urbana, don- dos para el Humidex en las mediciones que Gran parte de la urbe tuvo valores inferio- la tarde se prolongaran durante la noche. Se de las menores velocidades contribuyeron se realizaron en el horario de la mañana. res a 38 °C. Las áreas con mayores valores observó que, excepto en el oeste de la ciudad, a generar condiciones más confortables. A pesar de que los valores fueron ligera- se concentraron en el norte de la ciudad, en todos los valores fueron superiores a 30 °C, mente superiores a la temperatura real, no el centro y en las inmediaciones del mismo. con áreas de 32 °C en el noreste, coincidiendo se presentaron condiciones de poca con- Las zonas con valores Muy Poco Conforta- con lo ocurrido durante la tarde. 120 Natasha Picone y Al icia M. Campo Análisis del confort cl imático en la ciudad de Tandil, Argentina. pp. 110—123 121 figura 4. Valores del índice Humidex durante la tarde estival figura 5. Valores del índice Humidex durante la noche estival Fuente: elaborado por Picone y Campo, 2014 Fuente: elaborado por Picone y Campo, 2014 4. Conclusiones se ve favorecida por el efecto de la isla de de mitigación, como por ejemplo la planta- 5. Nota El área de estudio posee un clima regional calor y la disminución de las velocidades ción de árboles caducifolios. Esta sencilla Este artículo se enmarca en los proyectos: que presenta condiciones de poco confort del viento. medida permitiría mantener condiciones Análisis de conflictos ambientales a distin- térmico en época invernal. A pesar de ello, Al analizar la distribución espacial confortables en verano y no impediría la tas escalas. Aportes para la construcción de en el área urbana durante el invierno no interna del confort térmico durante el formación de la isla de calor durante el sustentabilidad (SPU-UNCPBA) y Geografía se generan estas situaciones que sí ocurren verano, se observó que existe poco confort invierno, que es beneficiosa para el confort Física Aplicada al estudio de la interac- durante el verano, donde las condiciones durante la tarde y la noche, donde la isla de del habitante urbano. ción Sociedad-Naturaleza. Problemáticas rurales son más confortables que las urba- calor urbana está en su máximo desarrollo, a diferentes escalas témporo-espaciales nas. De esta manera se corrobora lo plan- generando sobre los sectores norte, nores- (SGCyT-UNS) teado por Voogt (2002), que en ciudades de te y en el centro de la ciudad áreas que al climas templados las condiciones de poco menos entran en la categoría Poco Confort. confort se presentan durante el verano, Es por ello que se considera necesario que mientras que en el invierno el área urbana para dichas áreas se implementen políticas 122 Natasha Picone y Al icia M. Campo Análisis del confort cl imático en la ciudad de Tandil, Argentina. pp. 110—123 123 6. Referencias citadas ASHEAR. 1966. “Thermal comfort conditions”. ASHAER standars, pp. 55-66. Ame- QUAYLE, R. & R. STEADMAN. 1999. The Steadman Wind Chill. An improvement rican Society of Heating, Refrigerating and Air-Conditioning Engineers, Inc. over present scales. 11th Conference on Applied Climatology. 187-190. Dallas, Atlanta, USA. Texas. (10 15 de enero). CAPELLI de STEFFENS, A; PICCOLO, M. y A. CAMPO DE FERRERAS. 2005. Clima SARRICOLEA ESPINOzA, P. y H. ROMERO ARAVENA. 2010. Isla de calor urbana y urbano de Bahía Blanca. Departamento de Geografía y Turismo, Universidad temperatura efectiva: hacia la comprensión de la justicia socio-ambiental de Nacional del Sur. Bahía Blanca, Argentina. la ciudad de Valparaiso. I Encuentro de geógrafos chilenos en Barcelona-Socia- CORREA. E. N.; RUÍZ, M. A. y M. A. CANTóN. 2010. “Morfología forestal y confort lizar Conocimiento. pp. 71-89. Barcelona, España. térmico en ‘ciudades oasis’ de zonas áridas”. Ambiente Construido, 10(4): 119- SEGAL, M. & R. A. IELkE. 1981. “Numerical model simulation of human biometeo- 137. rological heat load conditions-Summer day case study of the Chesapeake bay GARCÍA, M. C. 2009. El clima urbano costero de la zona Atlántica comprendida entre area”. Journal of Applied Meteorology, 20: 735-750. 37°40´ y 38°50´ S y 57° y 59° W. Departamento de Geografía, Universidad Na- SERVICIO METEOROLóGICO NACIONAL. 2011. Estadísticas Climatológicas. Serie cional del Sur. Bahía Blanca, Argentina. Tesis de Doctorado. 2001-2010. INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA Y CENSOS (INDEC). 2010. Censo Nacional SERVICIO METEOROLóGICO NACIONAL. 2013. Datos horarios. Serie 2011-2013. de 2010. Buenos Aires, Argentina. SIPLE, P. & C. PASSEL. 1945. “Measurements of dray atmospheric cooling in sub- kOSATSkY, T.; kING, N. & B. HENRY. 2005. “How Toronto and Montreal (Canadá) freezing temperatures”. Proceeding of American Philosophical Society, 89(11): Respond to heat”. En: W. kIRCH; B. MEMME & R. BERTLLINI (editors) Extreme 177-199. Weather Events and Public Health Responses. 167-171. Springer/Verlag; Berlin, STATHOPOUOS, T.; WU, H. & J. ZACHARIAS. 2004. “Outdoor human comfort in an Germany. urban climate”. Building and Environment, 39: 297-305 LANDSBERG, H. E. 1981. The urban climate. Academic Press, INC. Nueva York, Esta- STEADMAN, R. 1984. “A universal scale of apparent temperature”. Journal of Cli- dos Unidos. mate and applied Meteorology, 23: 1.674-1.687. OLGYAY. 1988. Arquitectura y clima. Manual del diseño bioclimático para arquitec- TORNERO, J.; PÉREZ CUEVA, A. J. y F. GóMEz LOPERA. 2006. “Ciudad y confort tos y urbanistas. Barcelona, España. ambiental: estado de la cuestión y aportes recientes”. Cuadernos de Geografía, PICONE, N. y A. M. CAMPO. 2012. Variación estacional de la isla térmica en la 80: 147-182. ciudad Tandi. IX Jornadas Nacionales de Geografía Física. pp. 99-106. Bahía VOOGT, J. A. 2002. “Urban Heat Island”. En: I. DOUGLAS (ed.), Causes and conse- Blanca, Argentina. (18 a 21 de abril). quences of global environmental change. pp. 660-666. Encyclopedia of Global PICONE, N. y A. CAMPO. 2014. “Comparación urbano-rural de parámetros me- Environmental Change, Vol. 3. University of Manchester, Uk. teorológicos en la ciudad de Tandil, Argentina”. Revista de Climatología. 14: WEATHER SERVICES OF ENVIRONMENT CANADA. 2001. Disponible en: http:// 13-23. www.msc.ec.gc.ca. PICONE, N. 2014. Clima urbano de la ciudad de Tandil. Departamento de Geografia, Universidad Nacional del Sur. Bahía Blanca, Argentina. Tesis de Doctorado. POLIMENI, C. M. 2000. Condiciones climáticas y microclimáticas del Gran Mendoza. Identificación y génesis de la isla de calor urbana. Análisis termofisiológico. Faculta de Filosofía y Letras, Universidad Nacional de Cuyo. Mendoza, Argen- tina. Tesis de Doctorado. Lugar y fecha de culminación: Tandil, Argentina, marzo, 2015 notas y documentos notes and documents pp. 126—133 Recibido: julio, 2015 126 Aceptado: octubre, 2015 Iván Fortunato Notas sobre el lugar desde el punto de vista de la geograficidad. pp. 126—133 127 notas sobre Resumen Este artículo es un ensayo sobre el concepto de lugar a través del lente de la geograficidad. Sobre la base de Dardel, Relph y Tuan, tenemos la intención de demostrar que los lugares de nuestra vida hacen mucho más que apoyar a nues- el lugar tros comportamientos, deseos, sentimientos y expectativas, ya que, al igual que nuestros amigos, compañeros, colegas y familiares, un lugar nos puede cambiar y dar calidad de vida, conectándose con nuestra propia existencia. Dos lugares desde el punto de vista específicos de la propia experiencia del autor se presentan como ejemplos de cómo los lugares se mezclan con nuestras experiencias. Al final, este ensayo se ha de la geograficidad escrito para apoyar la hipótesis de que todo el mundo puede encontrar sus lugares significativos. palabras clave: lugar; Dardel; Geografía Humanística. Abstract This paper is an essay regarding the concept of place through the lens of Notes about place from geographicity. Based on Dardel, Relph and Tuan, we intend to demonstrate that the places of our lives do much more than just support our behaviors, a geographicity standpoint desires, feelings and expectations because, just like our friends, companions, colleagues and family, a place involves personal change and it offers quality to life, connecting itself to the core of our own existence. Two specific places of the author’s very own experience are presented as examples of how places do blend with our experiences. At the end, this paper was written to support the hypothesis that everyone can meet their meaningful places. key words: place; Dardel; humanistic geography. Iván fortunato Instituto Federal de Educação, Ciência e Tecnologia de São Paulo (IFSP), Campus de Itapetininga. São Paulo (SP), Brasil ivanfrt@yahoo.com.br 128 Iván Fortunato Notas sobre el lugar desde el punto de vista de la geograficidad. pp. 126—133 129 Notes about place from a geographicity viewpoint is to recognize that a place greatly matters in a geographicity standpoint1 the quality of everyday experience, because a place is not only where we live, but it is part of our life; it is not just a geometric area with defined In the small world of each person places are more than boundaries, but also unique in its own name and characteristics. This simple entities that provide the physical environment means that we can all name and fully describe at least one country or city where the drama of life happens. Some places are or street, store, club, park, a room we are fond of… or a place we just as symbols for lived experiences, centers loaded with well dislike or even fear. meanings. And as such, places are attached to the core For me, geographicity was empirically revealing itself, as I could of human existence2 (Godkin, 1985: 242). observe and understand the importance of places in the quality of my own earthly experience. Actually, I have started to better grasp this when I moved to the big city of Sao Paulo and I was welcomed into a very dis- It is more than common to hear someone stating that when it comes to sha- tinguished district named Mooca. It was like one could almost touch its ring an experience what really matter are the people that come along, re- warmness and that was a feeling that just had to be shared. Not far from gardless of where one is. The fact is that most individuals who claim this Mooca, another emotional bond was established with São Paulo’s Historic are planning ‘where’ to go during the Holydays or selecting the ‘location’ Center. Its history and collective sense of homeness, work and daily life of his/her wedding or birthday party, the ‘whereabouts’ of the new apart- experienced in this place had to be jotted down so people could reflect ment… We do agree: people with whom we share our journey on Earth upon this place and perhaps go beyond its obviousness: it is not just an old do make our existence richer. Nevertheless, the place where we make it district full of homeless people and popular commerce. So I made sure to happen has an equal fundamental role when it comes to appraising our highlight the meanings of those experiences in which the sense of place experience and how we feel. What we intend to demonstrate throughout became alive, recording them through papers published in Brazilian jour- this paper is that the places of our lives do much more than just support nals (Fortunato, 2012; 2014; 2015; Fortunato et al., 2011). our behaviors, desires, feelings and expectations because, just like our As follows, these experiences show that a place is much more than a friends, companions, colleagues and family, a place undergoes change and simple scenario of events. From the phenomenological perspective, Relph it gives quality to life, connecting itself, just like Godkin (1985: 242) stated (1976a) confirmed this idea by refusing the Man-Earth duality, taking a above, “to the core of human existence”. place further than its spatial location, considering it as part of the expe- Thus, we infer that people relate to places in a way that is very similar rience and extension of the individual, becoming a source for safety and to the relationship one have with others. Maybe it was Dardel3 (2011), in belonging. For this author, the recognition of a place is idiosyncratic and the early 1950s, the first to alert us about this complicity we have with it is related to a particular and metaphorical reading of the environment places on Earth. From the perspective of geographicity, a field that stu- where the meanings are assigned symbolically and emotionally, often wi- dies the sense of the experiences with places and the human perception thout the need for any concrete ballast in the physical environment to jus- about the place one inhabits, this author sought to understand the disgust, tify the affection and assigned values. Ergo, a place is built by experience, aversion and/or fear we have for a whole city or for a simple street, but he establishing a sense of complicity and mutual responsibilities of care and also sought for the close ties that bind us to a neighborhood or a square, protection. Place is involvement and acceptance, being recognized by the for instance. feeling of being at home ... As Relph (1976b: 141) have stated: “Places are Dardel (2011: 33) started off from the idea about the geographical rea- fusions of human and natural order and are the significant centres of our lity, stating that this should not be considered as a simple object, wherein immediate experiences of the world. They are defined less by unique loca- the “geographical science assumes that the world is geographically known, tions, landscape, and communities than by the focusing of experiences and that humans feel and know they are bond to the Earth and are being called intentions onto particular settings. Places are not abstractions or concepts, to be held in their earthly condition”. Geographicity refers, therefore, to but are directly experienced phenomena of the lived-world and hence are full this link with the planet and that it is understood as something concrete, with meanings, with real objects, and with ongoing activities. They are im- while sharpened by a strong emotional feeling. This is why to think from portant sources of individual and communal identity, and are often profound 130 Iván Fortunato Notas sobre el lugar desde el punto de vista de la geograficidad. pp. 126—133 131 centres of human existence to which people have deep emotional and psy- Another way of taking responsibility for a place is devoting time to chological ties. Indeed our relationships with places are just as necessary, really understanding it, which means going back its history, getting ac- varied, and sometimes perhaps just as unpleasant, as our relationships with quainted with its most respectful happenings and people, and describing other people.” it in all of its excellence and even its flaws… I did that with a very special It is important to clarify that the sense of place does not always equate place, the cornerstone of Sao Paulo, located in its very Historic Center: a to a nurturing or a romanticized description of the experience because, place named ‘Pateo do Collegio’, which was fully scanned and also ‘wooed’ as cores of meanings, some places may trigger disaffection and disgust. in my doctoral dissertation (Fortunato, 2014). We must also remember that one place may even awake in a single indivi- From a theoretical perspective that is especially similar to Dardel’s dual affection and repulsion; or it can be an extremely affective place that geographicity, Tuan (1983) outlines a place as a center of meaning and a becomes aversive due to the quality of a few experiences lived there, and specific location, which is valued individually and/or collectively. These vice versa. This is why geographicity is founded on a phenomenological values, he clarifies, are built on experience, which comes to attitudes, basis, on which every experience must be considered unique, including cognitive components such as memory and perception, and affective ele- those developed in our favorite places where we feel quite safe. ments, like emotion. According to the author: “Human places vary greatly In addition to remembering that interactions with the places are not in size. An armchair by the fireside is a place, but so is the nation-state. always pleasant, Relph (1976b: 82) expressed concern about the increase Small places can be known through direct experience, including the intimate in non-authentic attitudes toward places, wherein “an inauthentic attitu- senses of smell and touch. A large region such as the nation-state is beyond de to place is essentially no sense of place, for it involves no awareness of most people‘s direct experience, but it can be transformed into place - a focus the deep and symbolic significances of places and no appreciation of their of passionate loyalty -through symbolic means of art, education, and poli- identities”. In the author’s view, such attitudes, developed without the tics How a mere space becomes an intensely human place is a task for the perception of symbols and meanings of place, imply a kind of generalized humanistic geographer; it appeals to such distinctively humanist interest as alienation of the very meaning of life, because it obscures the sense of the nature of experience, the quality of the emotional bond to physical ob- place. From this finding emerged, then, the concept of ‘placelessness’, in jects, and the role of concepts and symbols in the creation of place identity.” reference to meaningless places, bonding or authenticity. This concept is (Tuan, 1976: 269). not about fear or hatred of a place, but the indifference that can be un- This extensive quote carries key concepts and the fundamental basis derstood as something like ‘I know nothing about the place where I am of a geographical thought that helps us understand what we do on Earth, and, frankly, I do not care’. and the reasons that lead us to our personal behavior, which are only the Thus, when considering the human need for places and our connec- visible part of a long submerged process involving cognition, memory, tions with their symbols, meanings and values, the idea of placelessness emotions and feelings. The above quotation also helps to clarify this in- becomes a blunt warning, after all, without places, regrets Relph, the ternal process, demonstrating, from the examples given, that place is very capacity and the variety of human experiences are left limited to mere personal (even when shared), much more emotional than concrete, more repetition, or even only to survival and a tedious and insipid life. Hence felt and experienced than observed and rationalized. So, a place may be Relph’s (1976b: 146) aphorism: “whether the world we live in has a placeless the favorite chair resting the body, as well as it can be a vast territory, geography or a geography of significant places, the responsibility for it is which is not known in whole, but that it is loved and protected, such as the ours alone”. From my standpoint, this responsibility had to be both accep- nation-state. Nonetheless, a place can also be the childhood home, a squa- ted and taken. In this matter, the safety felt at Mooca, my neighborhood in re, a room ..., and the sense of place can be aroused by everyday experien- São Paulo, had to be shared for I was actually witnessing its entire warm ce and/or by memory, be it individual and/or collective. embrace being taken away for its landscape was turning into just another In this manner, Tuan (1976) wanted to demonstrate that the symbolic indistinct district with very tall buildings: many of its old factory edifices contents are as strong as the experience in creating the sense of place ... are being demolished, making room for modern home and office comple- Just as there are times when the experience can be indirectly lived by the xes. This progress is not only destroying the environment, but just as well memory that recovers the places, as are the example of notorious histori- it is ‘devouring’ the collective memory of its inhabitants (Fortunato, 2012). cal monuments, or natural emotional moments to visit the old house whe- 132 Iván Fortunato Notas sobre el lugar desde el punto de vista de la geograficidad. pp. 126—133 133 re was born and raised, for example, one’s paternal grandfather, allowing Notes the individual to better understand his or her own history and therefore 1. I acknowledge Guilherme Fortunato for reviewing and offering quality comments on the draft their very own self. Hence the author’s claim about the task of a humanis- paper. tic geographer being the research on emotion, symbols, and experience in 2. The original text is in Spanish: En el pequeño mundo de cada persona los lugares son algo más the sense of place. How do people experience delight of body and spirit wi- que unas simples entidades que proporcionan el escenario físico donde se desarrolla el drama de thin places? How do those feelings deeply connect us with a given place? la vida. Algunos son símbolos de experiencias, centros cargados de una gran significación. Como These were questions that prompted the development of what Tuan tales, están unidos al núcleo de la existencia humana. (1976: 272) named as “distinctive humanistic approach”, which is precisely 3. Dardel wrote in French. His book was translated into Portuguese in 2011 by Professor Werther “to describe the quality of the emotion experienced in specific cases” or, bet- Holzer from the Universidade Federal Fluminense, Rio de Janeiro, Brazil. For this paper, all ter, in specific places. This author deals with the interpretation of complex passages that were quote were taken from the Portuguese version and converted to English. human experiences in their contradictions, ambiguities and inconsisten- * O autor é doutor em Geografia pela Universidade Estadual Paulista Júlio de Mesquita Filho, Rio cies. Experiences that lie, mainly, on what is symbolic about the places Claro/SP. Líder do Núcleo de Estudos Transdisciplinares em Ensino, Ciência, Cultura e Ambien- of human life. The task of the humanist geographer, explains Tuan (1976: te (NuTECCA). Editor da revista Hipótese e coeditor da Revista Brasileira de Iniciação Científica. 273), is to show “how the place is a concept and a shared feeling”, and its contribution is to “suggest ways in which a sense of place can be emphasi- References cited zed”. DARDEL, E. 2011. L’homme et la terre: nature de la réalité géographique. Brazilian version by Wer- From this point of view we can therefore strengthen the idea that the ther Holzer. Perspectiva, São Paulo, Brasil. relationship with places is very similar to the relationship with another FORTUNATO, I. 2012. “Mooca, ou como a verticalização devora a paisagem e a memória de um person, because knowing a place suggests knowing its history and its bairro”. Arquitextos, 12(140.05). specific features which give its identity. This becomes evident when Tuan FORTUNATO, I. 2014. Pateo do Collegio: um lugar na cidade de São Paulo. Instituto de Geociências e (1975: 152) states that “to know a place fully means both to understand it in Ciências Exatas, Rio Claro (SP), São Paulo, Brasil. Tese de Doutorado em Geografia. an abstract way and to know it as one person knows another”, ratifying the FORTUNATO, I. 2015. Passeio como ação política de proteção ao lugar: as caminhadas noturnas no idea that places are as important as people in the sense of our own exis- centro histórico de São Paulo. (Paper submitted). tence. FORTUNATO, I.; BASTIDAS, J.; BARBOSA, J. E. C. e S. T. LIMA-GUIMARÃES. 2011. “Multifuncionali- Place ... meaning center... basis of the experience ... The sense of place dade e consumismo na paisagem do Centro de São Paulo”. Caderno de Geografia, (21): 31-55. is built on the direct and/or symbolic experience, involving feelings of GODkIN, M. A. 1985. “Identidad y lugar”. En: M. D. G. RAMÓN. Teoría y método en la geografía huma- well-being, joy, fear, disgust... meaning that it lies also on the updating na anglosajona. pp. 242-253. Editorial Ariel. Barcelona, España. of the past by memory, whether individual or collective. Small places and RELPH, E. 1976a. The phenomenological foundations of Geography. Discussion Paper no 21. Depart- reserved, as the bedroom... huge places and unknown to the fullest, as ment of Geography, University of Toronto, Canadá. the country in which we live ... ephemeral and transient places ... Places ... RELPH, E. 1976b. Place and Placelessness. Pion Limited. London, Uk. Place ... “core of human existence.” TUAN, Y. 1975. “Place: an experimental perspective”. The geographical review, LXV(2): 151-165. This is certainly inconclusive but, at our very best, we can properly TUAN, Y. 1976. “Humanistic Geography”. Annals of the Association of American Geographers, 66(2): state that a place is not just there for it can be found there… And just like 266–276. I have claimed ‘Mooca’ and ‘Pateo do Collegio’ as my places, I am quite TUAN, Y. 1983. Space and place: the perspective of experience. Brazilian version by Lívia de Oliveira. certain that everyone can meet their very own meaningful places. Difusão Européia do Livro. São Paulo, Brasil. Lugar y fecha de culminación: Itapetininga (São Paulo), Brasil, julio, 2015 pp. 134—139 Recibido: julio, 2015 134 Aceptado: octubrCe,a 2rl0o1s5 Urbina, Anairamiz Aranguren B. y Jorge López Márquez Semblanza del profesor Rigoberto Andressen. pp. 134—139 135 Semblanza El profesor Rigoberto Andressen Lozada fue un respetable geógra-fo venezolano, nacido en San Cristóbal, estado Táchira (18/6/1939- 18/6/2015), quien en vida tuvo una destaca participación como docente del profesor e investigador en geografía, climatología, meteorología, ecología, quí-mica atmosférica, etc., con numerosas publicaciones que constituyen un legado muy apreciado para las generaciones futuras y el país. rigoberto El profesor Andressen formó parte de la segunda generación de geógrafos venezolanos graduados en el país, en la Universidad Central de Venezuela (1956-1961), además cursó tres (3) años de la carrera de ingeniería donde obtuvo una sólida formación matemática. En esta andressen generación se encuentran el destacado científico venezolano Miguel Acosta Saignes (†), gran investigador de la antropología del país que hizo una fructífera labor en beneficio de los grupos indígenas vene- Biographical notes of profesor zolanos. Y el eminente geógrafo Luis Fernando Chaves (†) que dejó honda huella en la ciencia geográfica del país, de manera que el profe- Rigoberto Andressen sor Andressen pertenece a una generación valiosa y ejemplar digna de reconocer. Rigoberto realizó dos (2) post-grados, el primero en Geografía (1966-1968) en la Universidad de Wisconsin, Madison, Estados Unidos carlos urbina y, el segundo en Meteorología Aplicada (1974-1977) en la Universidad Ministerio del Poder Popular para Ecosocialismo y Aguas, de Birmingham, Inglaterra. Así como el curso “Estudios Multidiscipli- Dirección General de Conservación de Cuencas Hidrográficas, Dirección de Conservación de Suelos y Lucha contra la Desertificación, narios con Fines de Desarrollo” realizado en el Instituto Internacional Caracas, Venezuela. de Levantamiento Aéreo y Ciencias de la Tierra (I.T.C.) en Enschede, carlosurbina56@gmail.com Holanda en 1977 y el curso de “Modelos Agrofísicos” impartido en anairamiz aranguren b. Bet-Dagan, Israel en 1989 (agosto-septiembre). Además de unos 10 cur- sos cortos de mejoramiento en estadística, computación, idiomas. Universidad de Los Andes, Facultad de Ciencias, Instituto de Ciencias Ambientales y Ecológicas (ICAE). Mérida, Venezuela. Labor Profesional anairami@ula.ve Se inició en la labor docente impartiendo clases de geografía en secun- Jorge lópez Márquez daria —como tantos otros geógrafos de la época—, en el liceo Rafael M Baralt, de la ciudad de Maracaibo (1961). Luego pasó a laborar en el Universidad Centro-Occidental ‘Lisando Alvarado’, Decanato de Agronomía, Escuela de Ingeniería Ministerio de Agricultura y Cría, en la Dirección de Recursos Natura- Agronómica, Barquisimeto, Venezuela les Renovables (1962-1966) en el área de climatología. A partir de 1968 136 Carlos Urbina, Anairamiz Aranguren B. y Jorge López Márquez Semblanza del profesor Rigoberto Andressen. pp. 134—139 137 ingresa a la Universidad de Los Andes-Mérida, donde trabajó el resto de su vida. Publicaciones Comenzó en la Escuela de Geografía, donde estuvo por 16 años (1968-1984), como Otra fructífera labor fueron las innumerables investigaciones y estudios en los profesor de las cátedras de Meteorología y Climatología. Además, fue el fundador que participó, en varios campos de su especialidad recogidos en artículos de de la asignatura Teoría y Metodología Geográfica, en lo que influyó su formación revistas y libros, de los cuales se pueden resaltar: en matemáticas, estadísticas y computación. Por otra parte, ejerció actividades administrativas como Director del Instituto ANDRESSEN, R., PORRAS, O.A. y L. E. PéREz R. 1966. Estudio Climatológico de de Geografía y Conservación de los Recursos Naturales Renovables (1981-1984); las Islas de Margarita, Coche y Cubagua. Ministerio de Agricultura y Cría. también fue Jefe del Departamento de Geografía Física y Jefe de la Biblioteca. Caracas, Venezuela. Desde 1984 pasó a formar parte de la planta profesoral del Centro de Investiga- ANDRESSEN, R. 1968. “Spatial Rainfall Variability in the State of Iowa. 1930- ciones Ecológicas (CIELAT) de la Facultad de Ciencias, donde ejerció distintas 1961”. The Iowan Geographer. actividades como profesor en el Postgrado de Ecología Tropical y Coordinador del ANDRESSEN, R. 1969. Interrelationships between Vegetation Types and Módulo de Dinámica Ambiental. El CIELAT, posteriormente, se transformó en el Climatic Parameters in the Islands of Margarita, Coche and Cubagua. Instituto de Ciencias Ambientales y Ecológicas (ICAE). Nueva Esparta, Venezuela. Madison: University of Wisconsin, Geography A partir de 1992 ejerció la coordinación de la Unidad de Estudios del Clima Department. Seminar Paper. Tropical (UNECT), adscrito al Centro Interamericano de Desarrollo e Investiga- ANDRESSEN, R. 1970. “Densidad de Población en las Áreas Marginales de ción Ambiental y Territorial (CIDIAT). Caracas y su Relación con la Topografía y la Distancia al Centro”. Revista Geográfica, XI(24-25): 5-24. Ámbito Internacional ANDRESSEN, R. 1970. “Algunos Conceptos sobre la Geomorfología Teórica de Fue coordinador de eventos tales como la ‘Conferencia Internacional sobre Cam- Scheidegger”. Revista Geográfica, XI(24-25): 113-115. bios Climáticos en las Américas Intertropicales’ realizado en 1988; primer Taller ANDRESSEN, R. y R. PONTE. 1973. Estudio Climatológico e Hidrológico de las Internacional sobre ‘Variabilidad y Cambios Climáticos en Venezuela y el Caribe’ Cuencas de los Ríos Chama y Capazón, Estado Mérida. Universidad de Los en 1990 (proyecto PAN EARTH CIDIAT / ULA / MARNR / CONICIT); coordinador Andes, Instituto de Geografía y Conservación de Recursos Naturales. Facul- y organizador del curso ‘Métodos Avanzados de Análisis de Datos Climáticos’ tad de Ciencias Forestales, Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela. impartido en la Universidad de Colorado (USA) 1991, como profesor invitado. ANDRESSEN, R. 1974. Índice Bibliográfico sobre Climatología de Venezuela. Además, fue autor principal en la sección de Mountain Regions (1993-1994), per- Universidad de Los Andes, Escuela de Geografía. Mérida, Venezuela. teneciente al Grupo de Trabajo II, Subgrupo C del Panel Intergubernamental de ANDRESSEN, R. 1978. Crecimiento de la gota de agua y contenido de agua líquida Cambios Climáticos (IPCC). Miembro de este panel a partir de 1994, hizo valio- en nubes. Universidad de Los Andes, Facultad de Ciencias Forestales, Escuela sos aportes para estudiar estudiar el cambio climático a nivel internacional, en de Geografía. Mérida, Venezuela. especial contribuyó a la evaluación de los impactos sobre actividades agrícolas, ROBOCk, A.; ANDRESSEN, R.; ACEVEDO, M. & JAIMEZ, R. 1994. “General humanas, bosques, ecosistemas, recursos hídricos. Circulation Model-Based Scenarios of Future Climate for Venezuela”. Por su activa y consecuente participación, se hizo merecedor del Premio Enviado a Climatic Change. Nobel de la Paz 2007, junto a destacados científicos mundiales que integran este ANDRESSEN, R. 2007. “Circulación atmosférica y tipos de climas en Venezuela”. panel. Ese año, la Organización Mundial de Meteorología (OMM) recibió de la En: Geo Venezuela. pp. 238-325. Fundación Empresa Polar. Caracas, Academia de Noruega este importante galardón pero, la OMM consideró justo Venezuela. otorgarle este premio a los expertos que se habían abocado a este problema MAYTIN, C.; ACEVEDO, M.; JAIMEZ, R.; ANDRESSEN, R.; ROBOCk, A. y A. ambiental de manera que la OMM escogió por Venezuela al eminente profesor AzóCAR. 1993. “Effects of Climatic Change on the Phenology and Yield of Andressen, entre 400 expertos internacionales, para recibir este reconocimiento. Maize in Venezuela”. Climate Change, 23: 293-335. En la última década se interesó en contaminación química, impartiendo el ANDRESSEN, R. y A. DÍAz. 2000. “Influencia de la altitud y la distancia al Lago curso ‘Aplicaciones de la Meteorología en el Análisis de la Contaminación At- de Maracaibo en la caracterización pluviométrica del estado Trujillo, mosférica’ cursado regularmente en el Centro Interamericano de Desarrollo e Venezuela”. Rev. Fac. Agron., 26: 107-124. Investigación Ambiental y Territorial (CIDIAT). 138 Carlos Urbina, Anairamiz Aranguren B. y Jorge López Márquez Semblanza del profesor Rigoberto Andressen. pp. 134—139 139 ARANGUREN, A.; ANDRESSEN, R. y A. HENAO. 2012. “El clima estacional del humedales, hidrología, contaminación de aguas y la atmósfera. Siguió cinturón montano en el estado Mérida, Venezuela”. Revista Geográfica contribuyendo con la universidad en la revisión de tesis de grado, trabajos Venezolana, 53(2): 187-212. de ascenso e investigaciones. ANDRESSEN, R.; LÓPEZ MÁRQUEZ, J. L. y A. LUGO. 2010. “Patrones de vientos Fue un incansable amante de las actividades de campo desde las troposféricos en la cuenca del lago de Maracaibo, Venezuela”. Revista prácticas de campo con estudiantes de pregrado y postgrado; así como Terra, 26(39): 13-30. también, visitas a cada uno de los proyectos de investigación. Observaba ANDRESSEN, R.; LÓPEZ MÁRQUEZ, J. L. y M. DENNET. 2010. “Intercepción detenidamente las formas de la naturaleza, hacia mediciones del caudal de radiación solar por el cultivo de cebolla (Allium cepa) en condiciones de los ríos, instalaba y procesaba datos de estaciones meteorológicas sin tropicales semiáridas”. Revista Unellez de Ciencia y Tecnología, 28: 43-46. importar que tan lejos quedarán y el esfuerzo por se requiriera para obte- ANDRESSEN, R. y J. L. LóPEz. 2015. “Clima de los Llanos Venezolanos”. En: ner la información. Tierras llaneras de Venezuela “tierras de buena esperanza”. pp. 40-62. R. El profesor Rigoberto Andressen fallece en la tarde del jueves 18 de LóPEz FALCóN, J. M. HÉTIER. D. LÓPEZ HERNÁNDEZ, R. SCHARGEL, A. junio del 2015, producto de complicaciones de salud. Deja no solamente un ZINCk (ed.). pp. 40-62. Consejo de Publicaciones Universidad de Los Andes. legado científico y cuadros profesionales por él preparados, sino también Mérida, Venezuela. una sólida familia, constituida con su esposa Xiomara Zambrano, quien ANDRESSEN, R.; LÓPEZ MÁRQUEZ, J. L. y D. NIEVES. 2015. “Estimación de fue su principal admiradora y por sus hijas, Diana, médico graduada en la emisión de metano por la ganadería bovina en Venezuela, período 1997- ULA y haciendo en la actualidad un postgrado en Berlín, Alemania y, Ana, 2007”. Revista Agrollania, vol. 12. En prensa. quien cursa estudios de Ingeniería Geológica, también en la ULA. Pero Vale la pena resaltar que en estos últimos años, el profesor Andressen publicó esta familia es mucho más extensa, pues está formada por 10 hermanos un artículo como resultado de investigaciones relacionados con los efectos de Andressen Lozada y numerosos sobrinos. Es importante recordar las con- la radiación sobre el cultivo de cebolla en condiciones tropicales; trabajo pu- tribuciones que hacia el profesor a sus hermanos desde que era estudiante blicado en las revista de Ciencias y Tecnología de la UNELLEZ (Vol. 28, 2010). de la Universidad Central de Venezuela, para ayudarles a superarse que Al mismo tiempo, en su trabajo conjunto con la Fuerza Aérea de Venezuela ahora ellos gratamente reconocen. (FAV), participó activamente en algunos experimentos de campo sobre estu- El geógrafo Carlos Urbina recuerda “cuando éramos estudiantes (1977- dios de la atmosfera en niveles bajos, con el auspicio de la NOOA, cuyos resul- 1982), el profesor tenía un carácter afable, que a pesar de su alto nivel acadé- tados se presentaron en la revista Terra (Vol. 26, N° 39, 2010), en un artículo mico, era de trato cordial y compartía con nosotros una interesante conver- sobre el campo de viento en la cuenca del Lago de Maracaibo. sación; además tenía la amabilidad de llevarnos en su carro hasta el centro Como posibles trabajos póstumos se destaca la publicación en la revista de Mérida y, en algunas oportunidades nos atendió en su propia casa”. Por Agrollania (Vol. 12, 2015) del artículo sobre emisiones de metano por parte de otra parte, le estamos muy agradecidos por ser colaborador y jurado de la ganadería bovina en Venezuela y la de un capítulo en el libro de los Llanos nuestras respectivas tesis de grado y, sus elogios a nuestra investigación, de Venezuela, tierra de esperanza (julio 2015). Este último capítulo del libro al recomendarla como digna de publicación, aparte de las múltiples ayu- fue editado y presentado digitalmente por la Universidad de Los Andes; allí, das posteriores en mi área de trabajo, tal como la reciente revisión del los autores analizan las características climáticas de la zona llanera, destacan- Estudio Climas secos de Venezuela, a ser publicado por el Ministerio del do el carácter meteorológico-climático del análisis espacio temporal de varia- Poder Popular para el Ecosocialismo y Aguas (MPPpEA). bles climáticas en esta zona de Venezuela. También tuvo bajo su responsabi- Se puede concluir aseverando que el profesor Rigoberto Andressen lidad la dirección de una tesis de pregrado en la Escuela de Geografía sobre Lozada tuvo una vida provechosa, logrando prosperar con éxito tanto en confort climático en la ciudad de Mérida. el plano laboral como en el familiar. Es un buen ejemplo a seguir como docente, investigador, y miembro de una comunidad. Otras actividades Como jubilado de la Universidad de los Andes continuó dictando charlas y Lugar y fecha de culminación: conferencias en lugares donde era requerido, siempre muy dispuesto a cola- Mérida, Venezuela borar trasmitiendo sus conocimientos sobre cambio climático, ecología de octubre, 2015 bibliografía crítica books review 142 Delfina Trinca Fighera Del agrarismo histórico a los desafíos del desarrol lo... pp. 142—145 143 Entre las múltiples actividades que ha desarrollado el ser humano a través de los tiempos, la agricultura ha sido y es una de las más trascendentes, pues su acción se sustenta en el reino de la necesidad, pero también en el de la liber- tad. Es a través del paisaje y sus sucesivas transformacio- nes, visibles al observador o no, que se aprecia, en particu- lar para el caso de la actividad agrícola, cómo se resuelve esa contradicción entre la necesidad y la libertad. Este proceso histórico tiene en la diferenciación geográfica, bien sea buscando regularidades, bien determinando las formas de combinación y modificación que alcanzan esas regularidades su pivote. José Jesús Rojas López, geógrafo e investigador incan- José Jesús Rojas López sable del mundo primigenio de la necesidad, pero también de la libertad, se ha dedicado con absoluto esmero, serie- Del agrarismo histórico a los desafíos dad y pasión a estudiar el ámbito del quehacer humano en del desarrollo territorial en Venezuela esa tenaz búsqueda por sustentar su permanencia en tanto que ser vivo sobre la faz de la tierra y, por tanto, transfor- From the historic agrarianism to the challenges mador y creador permanente de nuevas realidades. Allí se of territorial development in Venezuela encuentra la esencia del colega y amigo Rojas López en su afán por ir más allá de la mera descripción de la construc- Universidad de Los Andes, ción de la realidad de lo rural en Venezuela. Facultad de Ciencias Forestales y Ambientales, Escuela de Geografía, De larga y dilatada trayectoria en este campo parti- Mérida, Venezuela. 175 p. 2016 cular de investigación de la geografía, Rojas López logra hilvanar la historia de la Venezuela profunda, ese mundo de relaciones entre el constructor de su historia y el terri- torio, partiendo de una base conceptual sólida en la que destaca la noción de heterogeneidad, pues cuando afirma que todo espacio geográfico es siempre un mosaico de tem- Delfina trinca fighera poralidades desiguales, tiene en el movimiento histórico Instituto de Geografía y Conservación de Recursos un elemento fundamental de explicación; de allí que, para Naturales, Facultad de Ciencias Forestales y Ambientales comprender y explicar la realidad rural de la Venezuela Universidad de Los Andes, Mérida, Venezuela trincad@ula.ve contemporánea, considere imprescindible otear el pasado. 144 Delfina Trinca Fighera Del agrarismo histórico a los desafíos del desarrol lo... pp. 142—145 145 Este ir y venir entre pasado y presente, le permite al autor ‘observar’ lo ru- artesanales, para finalmente, mostrarnos la importancia, poco resaltada, ral y sus necesarias articulaciones con el ‘resto’ del territorio venezolano, de la labor de las misiones en el desarrollo de la actividad agrícola como pero también vislumbrar lo que vendrá. base de la colonización al sur del Orinoco. Con esta descripción destaca En Del agrarismo histórico a los desafíos del desarrollo territorial en como la diversidad agraria fue mucho más amplia e interconectada que lo Venezuela, José Jesús Rojas López despliega todo su amplio conocimiento dicho muchas veces de que el territorio venezolano de la época era sec- del mundo de lo rural. Es meridiana la manera como trabaja la relación cionado en pedazos en los que predominaban haciendas centrales, hatos entre la construcción del territorio de la Venezuela rural y la geografía y llaneros y conucos amazónicos. sus aportes conceptuales para interpretar esa relación. Luego, ya en el siglo XIX, se centra en detallar lo que significó el pro- Desde esta perspectiva, le da al lector la base conceptual que le facilita ceso independentista al frenar la expansión que vivía la agricultura de el abordaje teórico y metodológico de su ensayo sobre el mundo de lo rural la Venezuela del siglo XVIII. Superado el conflicto con España y luego de en Venezuela. Así, se pasea por conceptos tales como territorio, espacio varias décadas de luchas intestinas, que sumieron en un profundo es- geográfico, sistemas agrarios, nuevas ruralidades que, en sus palabras, tancamiento al territorio de la Venezuela profunda, resalta la influencia le “ayudan a comprender los cambios geográficos desde el agrarismo a lo del denominado período guzmancista (fines del siglo XIX), en el que el rural-territorial como procesos discontinuos y substantivos de la historia proyecto de modernidad fue el que facilitó el reimpulso de la economía nacional”. Por ello se entiende que desarrolle temas como heterogeneidad agro-exportadora, destacando “…la desigual dinámica de la trama produc- del territorio, sistemas agrarios históricos, nuevas ruralidades, modelos tiva, demográfica y comercial, desde la importante concentración del centro endógenos. norte costero, hasta la involución territorial de los llanos altos occidentales”. Es importante destacar la forma como trata el tema, dentro de la pers- La llegada del petróleo a la vida social de Venezuela marca un nuevo pectiva teórica asumida, de lo que denomina los ‘primeros agricultores de rumbo en el desarrollo territorial de Venezuela. En este proceso, cam- Venezuela’. En este punto destaca de manera explícita que “los europeos no bia profundamente el paisaje hasta ahora dominado por el mundo de la arribaron a un espacio silvestre, sino valorado material y simbólicamente: ruralidad y se comienzan a perfilar nuevos objetos que dicen con relación un dilatado pasado, muy anterior a 1498”. Esta manera de mirar nuestro al nuevo rumbo que toma el país: transformarse en petrolero y urbano, pasado prehispánico es absolutamente novedosa, pues rompe con una pero manteniéndose también rural. La trama que desarrolla el autor vieja idea de que los pocos habitantes que poblaban a la Venezuela de es extraordinaria, pues logra mostrar en detalle el solapamiento de dos ese tiempo, se reducían a grupos trashumantes, a excepción de aquellos temporalidades y su correlato territorial, pero que de manera progresiva que hacían vida en la cordillera de Los Andes. Logra demostrar que, aun marchan a un solo compás: la construcción de un país moderno, petrolero cuando los grupos nómadas practicaban la caza, pesca y recolección, la y fundamentalmente urbano. La diversidad del paisaje, antes dominada agricultura fue la que “posibilitó formas más acabadas de organización por lo rural, ahora se le suman múltiples objetos que tienen mucho más social, económica y territorial, en particular en los ambientes serranos y pie- que ver con este nuevo momento histórico marcado por la modernidad, y demontinos de occidente”. porque no decirlo, también por la postmodernidad. Más adelante nos seduce su descripción de cómo con el arribo de los Rojas López alcanza con este trabajo una madurez intelectual que le europeos a fines del siglo XV, se habla de “un nuevo mundo” para los que permite hilvanar de una manera limpia y sin contradicciones en la na- llegan, “pero muy antiguo para los visitados”. Allí se detiene para discutir rrativa, la historia de la formación del territorio nacional, visto desde la cómo se da el proceso de desterritorialización de los sistemas ancestrales. Venezuela profunda, lo que facilita una comprensión del cómo y por qué Destaca varios momentos: concentración socioproductiva; encomiendas somos quienes somos hoy en día. La lectura de este ensayo nos faculta a y misiones; la interpretación humboldiana, a fines del siglo XVIII, de las afirmar que es una referencia obligada para quienes el mundo de lo rural variaciones de intensidad de uso de la tierra por densidad de trabajo y forma parte de su quehacer cotidiano. producción. Cuando aborda la diversidad de los sistemas agrarios coloniales, desta- Nota: lo esencial de esta reseña bibliográfica se extrajo de la presentación ca, de manera especial, la diferenciación geográfica regional. Se pasea por hecha por quien la suscribe del libro del profesor Rojas López, titulada: haciendas y plantaciones, hatos, labranzas, núcleos y complejos agro- De un libro rico en historia, pero pleno de geografía. INSTRUCCIONES A LOS AUTORES referencias citadas AUDEMARD, F. A. 1993. Trench investigation across the Oca-Ancon fault system, Northwestern Las referencias citadas en el texto deben señalarse entre paréntesis, con el nombre del autor segui- Venezuela. Second International Symposium on Andean Geodynamics. pp. 51-54. Oxford, do por una coma y el año de la publicación; por ejemplo (Silveira, 2013). Cuando la cita sea textual England. (Extended abstract). deberá indicarse el número de página correspondiente (Silveira, 2013: 15). Si la referencia en el texto es de más de dos autores, se cita solo el primero acompañado de la expresión et al., (Lemos, et al., 2006); pero, en las referencias citadas al final del texto deben incluirse todos los autores, siendo que la otras publicaciones (tesis, informes, etc.) inicial (iniciales) del nombre del último autor debe ir antes del apellido: LEMOS, A. I. G.; SILVEIRA, M. ULLMAN, R. 1988. Técnicas digitales de modelaje cartopográfico para ambientes urbanos. Escuela L. y M. ARROYO. En el caso de varios trabajos de un mismo autor o autores, elaborados en un mismo de Geografía. Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela. Trabajo Especial de Grado. año, las referencias se indicarán con letra minúscula (a, b, c, etc.) colocadas inmediatamente después (Inédito). del año de publicación, ejemplo (Gómez, 2015a; Gómez, 2015b). Las referencias citadas en el texto se SANTANA, D. 2013. Precariópolis y privatópolis en la región metropolitana de Bogotá (1990- deben corresponder con una indicación completa en la lista de referencias citadas al final del artículo, 2010). Un análisis socioespacial de los barrios cerrados. Departamento de Geografía. Univer- y deben aparecer en estricto orden alfabético, respetando lo siguiente: sidad Nacional de Colombia. Bogotá, Colombia. Tesis de Grado. CAPRON, G. 1996. La ville privée: les shopping centers à Buenos Aires. Universidad Toulouse-2. artículos de revistas Le Mirail, Francia. Tesis de Doctorado. ALTEZ, R. 2014. “Historia comparada de los sismos de Caracas: dinámica y variabilidad de las intensi- dades”. Revista Geográfica Venezolana, 55 (1): 129-153. Si la referencia tiene como fuente a Internet, debe señalarse Disponible en: http://www.(direc- CHOY, J. E.; PALME, C.; GUADA, C.; MORANDI, M. & S. kLARICA. 2010. “Macroseismic Interpretation of ción web) y mencionar la fecha de la consulta [fecha consulta], manteniendo la forma de citar the 1812 Earthquakes in Venezuela using intensity uncertainties and a priori fault-strike informa- previamente señalada para artículos de revistas, capítulos de libros, congresos, seminarios, reu- tion”. Bulletin of the Seismological Society of America, 100 (1): 241-255. niones y otras publicaciones, salvo que la publicación siga un formato electrónico particular. SMALLER, C.; WEI, Q. & L. YALAN. 2013. “The quest for commodities: Chinese investment in artículos / capitulos de libros farmland”. International Institute for Sustainable Development (June 26). Disponible en: FROLOVA, M. y G. BERTRAND. 2006. “Geografía y paisaje”. En: D. HIERNAUX y A. LINDÓN (dirs.), Tra- tado de Geografía Humana. pp. 254-269. Anthropos Editorial, Barcelona / Universidad Autónoma https://www.iisd.org/itn/2013/06/26/the-quest-for-commodities-chinese-investment-in- Metropolitana, Unidad Iztapalapa, División de Ciencias Sociales y Humanidades. México. farmland/ [Consulta: octubre, 2015]. HERITAGE, J. 1990. “Etnometodología”. En: J. ALBORÉS (ed.), La teoría social hoy. pp. 290-350. Alianza YAÑEZ, G.; REHNER, J. y O. FIGUEROA. 2010. “Redes empresariales e informales en el mercado Editorial. Madrid, España. inmobiliario de Santiago de Chile”. Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales, [En línea]. Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de agosto de 2010, vol. XIV, nº 331 (91). . [ISSN: 1138-9788]. libros VIVAS, L. 2015. La megadiversidad físico-natural del territorio venezolano. Gráficas El Portatítulo. En el caso de leyes para citarlas en el cuerpo del texto se debe señalar el nombre o número Mérida, Venezuela. de acta y el año de publicación; ejemplo: (Ley N° 18525, 1986). En las referencias citadas debe PAGE, S. &. C. M. HALL. 2003. Managing Urban Tourism. Prentice Hall. Essex, United kingdom. SANTOS, M. y M. L. SILVEIRA. 2001. O Brasil: Território e Sociedade no início do século XXI. Record. Rio colocarse: Número de la ley y denominación oficial si la tiene, título de la publicación en que de Janeiro, Brasil. aparece oficialmente, lugar de publicación y fecha (indicar día, mes y año). Ejemplo: Ley Orgá- LEMOS, A. I. G.; SILVEIRA, M. L. y M. ARROYO (comp.). 2006. Questões territoriais na América Latina. nica de Ordenación del Territorio. Gaceta Oficial de la República de Venezuela, Número 3.238 Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), Universidade de São Paulo (USP). Brasil / Extraordinario. Caracas, jueves 11 de agosto de 1983. Buenos Aires, Argentina. forma de citar los textos publicados en la revista Geográfica Venezolana congresos, seminarios, reuniones (versión digital): ALVES, V. E. L. 2011. A expansão da produção de soja na fronteira agrícola dos cerrados brasileiros. HIDALGO R.; DE SIMONE L.; SANTANA D. y F. ARENAS. 2016. “Geografías del comercio Hegemonia das grandes empresas e processo de exclusão. IX ENANPEGE (Encontro Nacional da en Santiago de Chile (1990-1910): de la reestructuración comercial al policentrismo Associação Nacional de Pós-Graduação e Pesquisa em Geografia). pp. 1-18. Goiânia, Brasil. (9-12 de inmobiliario”. Revista Geográfica Venezolana, 57 (1): 14-37. Disponible en: http://www.saber. outubro). ula.ve/regeoven. [Consulta -insertar fecha de acceso o descarga]. INSTRUCtions to the AUThORS references Quoted other publications (thesis, reports, etc.) The references quoted in the text should be followed by the name of the author and the year of ULLMAN, R. 1988. Técnicas digitales de modelaje cartopográfico para ambientes urbanos. Escuela publication in parentheses. For example: (Silveira, 2013). When the reference is a textual quote the de Geografía. Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela. Trabajo Especial de Grado. number of the page should be included (Silveira, 2013: 15). If the reference belongs to more than (Inédito). two authors only the name of the first should be added, followed by the expression et al., (Lemos, et SANTANA, D. 2013. Precariópolis y privatópolis en la región metropolitana de Bogotá (1990- al., 2006); but, in the references quoted at the end of the text all the authors should be included as 2010). Un análisis socioespacial de los barrios cerrados. Departamento de Geografía. following: Initial name (or initials) of the last author must be go before the surname: LEMOS, A. I. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá, Colombia. Tesis de Grado. G.; SILVEIRA, M. L. y M. ARROYO. When several works by the same author written the same year are CAPRON, G. 1996. La ville privée: les shopping centers à Buenos Aires. Universidad Toulouse-2. quoted, the references will be indicated with a lower caption letter following the year of publication Le Mirail, Francia. Tesis de Doctorado. (a, b, c, etc.) placed right after the year of issue; for example: (Gómez, 2015a; Gómez 2015b). All references should be respectively indicated in the list of references at the end of the text and should If the main source of the reference is from Internet must indicate as follow: Disponible en: be displayed in alphabetical order. Quotes at the end of the text will be as follows: (Web address) and mention the search date [Consulta: search date], maintaining the citation above mentioned for journal papers, chapters/papers from books, congresses, seminars, Journal papers meetings and other publications, excepting particularly electronic format citation. ALTEZ, R. 2014. “Historia comparada de los sismos de Caracas: dinámica y variabilidad de las SMALLER, C.; WEI, Q. & L. YALAN. 2013. “The quest for commodities: Chinese investment intensidades”. Revista Geográfica Venezolana, 55 (1):129-153. in farmland”. International Institute for Sustainable Development (June 26). Disponible CHOY, J. E.; PALME, C.; GUADA, C.; MORANDI, M. & S. kLARICA. 2010. “Macroseismic Interpretation en: https://www.iisd.org/itn/2013/06/26/the-quest-for-commodities-chinese-investment-in- of the 1812 Earthquakes in Venezuela using intensity uncertainties and a priori fault-strike farmland/ [Consulta: octubre, 2015]. information”. Bulletin of the Seismological Society of America, 100 (1): 241-255. YAÑEZ, G.; REHNER, J. y O. FIGUEROA. 2010. “Redes empresariales e informales en el mercado inmobiliario de Santiago de Chile”. Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias papers / chapters from books Sociales, [En línea]. Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de agosto de 2010, vol. XIV, nº FROLOVA, M. y G. BERTRAND. 2006. “Geografía y paisaje”. En: D. HIERNAUX y A. LINDÓN (Dirs.), 331 (91). . [ISSN: 1138-9788] Tratado de Geografía Humana. pp. 254-269. Anthropos Editorial, Barcelona / Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa, División de Ciencias Sociales y Humanidades. In the case of laws, in order to quote them in the paper body, the minutes name or number México. and year of issue should be added; for example: (Ley N° 18525, 1986). In the quoted references HERITAGE, J. 1990. “Etnometodología”. En: J. ALBORÉS (ed.), La Teoría Social hoy. pp. 290-350. Alianza should be: number of the law, and official name if any, title of the publication where it Editorial. Madrid, España. was officially issued, date and place of issue (day, month, year). For example: Ley Orgánica de Ordenación del Territorio. Gaceta Oficial de la República de Venezuela, Número 3.238 congresses, seminars and meetings Extraordinario. Caracas, jueves 11 de agosto de 1983. VIVAS, L. 2015. La megadiversidad físico-natural del territorio venezolano. Gráficas El Portatítulo. Mérida, Venezuela. How to cite the texts published in the revista Geográfica Venezolana PAGE, S. &. C. M. HALL. 2003. Managing Urban Tourism. Prentice Hall. Essex, United kingdom. (digital versión): SANTOS, M. y M. L. SILVEIRA. 2001. O Brasil: Território e Sociedade no início do século XXI. Record. Rio HIDALGO R.; DE SIMONE L.; SANTANA D. y F. ARENAS. 2016. “Geografías del comercio de Janeiro, Brasil. en Santiago de Chile (1990-1910): de la reestructuración comercial al policentrismo LEMOS, A. I. G.; SILVEIRA, M. L. y M. ARROYO (Comp.). 2006. Questões territoriais na América Latina. inmobiliario”. Revista Geográfica Venezolana, 57 (1): 14-37. Disponible en: http://www.saber. Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), Universidade de São Paulo (USP). Brasil / ula.ve/regeoven. [Consulta: search date]. Buenos Aires, Argentina. INST R U CCIONES PARA LO S ÁRB IT R O S CDCHTA El Consejo de Desarrollo Científico, La Revista Geográfica Venezolana es una Humanístico, Tecnológico y de las Artes publicación científica arbitrada, por lo que es el organismo encargado de promover, los artículos que se publican son sometidos, financiar y difundir la actividad investigativa previamente, a evaluación por parte de personas en los campos científicos, humanísticos, sociales y tecnológicos. especializadas en el tema tratado en los mismos. objetivos generales A los árbitros se les envía una planilla guía en El CDCHTA, de la Universidad de Los Andes, desarrolla la que deben registrar todos aquellos aspectos políticas centradas en tres grandes objetivos: que, a juicio, de los editores, debe cumplir todo ● Apoyar al investigador y su generación de relevo. artículo o contribución para la sección de Notas ● Vincular la investigación con las necesidades del país. y Documentos. El árbitro debe calificar el grado ● Fomentar la investigación en todas las unidades aca- démicas de la ULA, relacionadas con la docencia y con de cumplimiento de tales aspectos y emitir un la investigación. dictamen definitivo referente a la calidad del artículo. En este sentido, a continuación se señalan objetivos específicos● Proponer políticas de investigación y desarrollo cien- algunas recomendaciones a ser tomadas en cuenta. tífico, humanístico, tecnológico y de las Artes para la Universidad. Los árbitros deben dar una apreciación general ● Presentarlas al Consejo Universitario para su conside- del trabajo (tema adecuado para la revista; citas ración y aprobación. ajustadas a las normas de publicación; extensión, ● Auspiciar y organizar eventos para la promoción y la etc.), así como señalar la originalidad (de ser el evaluación de la investigación. caso) y claridad (título, resumen). También deben ● Proponer la creación de premios, menciones y certifi-caciones que sirvan de estímulo para el desarrollo de incluir dentro de su evaluación la ortografía y la los investigadores. redacción como aportes para mejorar la calidad del ● Estimular la producción científica. artículo. Por último, emitir una evaluación global funciones que especifique si el trabajo debe ser publicado ● Proponer, evaluar e informar a las Comisiones sobre sin modificación alguna; puede ser publicado si los diferentes programas o solicitudes. se realizan las modificaciones indicadas; debe ser ● Difundir las políticas de investigación. modificado a fondo y ser sometido nuevamente a ● Elaborar el plan de desarrollo. arbitraje o no debe ser publicado. Estructura ● Directorio: Vicerrector Académico, Coordinador del El artículo, una vez recibido, leído y evaluado, CDCHTA. deberá ser devuelto al editor responsable en un ● Comisión Humanística y Científica. lapso no mayor de 15 días hábiles. Si por alguna ● Comisiones Asesoras: Publicaciones, Talleres y Mante- nimiento, Seminarios en el Exterior, Comité de Bioética. razón el árbitro tuviese algún inconveniente con ● Nueve subcomisiones técnicas asesoras. este período para realizar la evaluación, deberá informarlo a la mayor brevedad. El trabajo debe programasProyectos › Seminarios › Publicaciones › Talleres y ser tratado confidencialmente y su contenido es Mantenimiento › Apoyo a Unidades de Trabajo › Equipa- propiedad del autor o autores. miento Conjunto › Promoción y Difusión › Apoyo Directo a Grupos (ADG) › Programa Estímulo al Investigador (PEI) Los resultados de la evaluación deberán ser › PPI-Emeritus › Premio Estímulo Talleres y Mantenimien- enviados al correo (regeoven@ula.ve) con to › Proyectos Institucionales Cooperativos › Aporte Red ESTA VERSIÓN ELECTRÓNICA indicación expresa de que es una evaluación, Satelital › Gerencia. o entregados personalmente en la Oficina DE LA REVISTA GEOGRÁFICA VENEZOLANA VOLUMEN 57(1) 2016,www2.ula.ve/cdcht ● correo: cdcht@ula.ve de Publicaciones del Instituto de Geografía y teléfonos: 0274-2402785/2402686 SE EDITÓ CUMPLIENDO CON LOS CRITERIOS Y LINEAMIENTOS Conservación de Recursos Naturales. AlejAndro Gutiérrez S. Coordinador General ESTABLECIDOS PARA PRODUCCIÓN DIGITAL EN EL AÑO 2016.